Luchadoras contra el cáncer

Ànnia y Martina llenan de estrellas el hospital infantil de Vall d'Hebron

Alumnas del colegio Frederic Mistral Tècnic Eulàlia de Barcelona, ambas combaten un tumor cerebral

"Queremos que los Reyes Magos vean las estrellas para que traigan regalos a los niños del hospital"

Ànnia y Martina, pacientes con tumor cerebral del hospital Vall Hebrón, en su tarea de decorar la planta infantil con 10.000 estrellas para guiar a los Reyes Magos

Ànnia y Martina, pacientes con tumor cerebral de Vall d'Hebron, decoran la planta infantil con 10.000 estrellas para guiar a los Reyes Magos. /

Montse Baraza

Montse Baraza

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Ànnia Font y Martina son dos niñas de primaria del colegio Frederic Mistral Tècnic Eulàlia de Barcelona. Además de escuela, comparten batalla: las dos plantan cara a un tumor cerebral. A Ànnia, que cursa 2º de primaria, se lo diagnosticaron en junio de 2020: un tumor cerebral de bajo grado que por su ubicación es inoperable. El tratamiento pasa por la quimioterapia. El diagnóstico de Martina, que cursa 6º, es más reciente: del pasado septiembre.

En afrontar las sesiones de quimio y todo lo que ello conlleva han estado centradas las dos. En eso y en seguir siendo las niñas que son, vitales, entusiastas, enérgicas y creativas. Fruto de ese espíritu "mágico" como define Joana, la madre de Ànnia, es el proyecto en el que han embarcado a todas las clases desde P-3 hasta 6º de primaria de su escuela: decorar con motivos navideños todo el hospital infantil del Vall d'Hebron. Han sido más de 10.000 estrellas. La última caja la han entregado este viernes y han dado por culminado el proyecto.

Ania, izda., y Martina, pacientes con tumor cerebral del hospital Vall de Hebrón en su tarea de decorar la planta infantil con 10.000 estrellas para guiar a los Reyes Magos a todos los niños ingresados

Ànnia (izquierda) y Martina, pacientes con tumor cerebral del Hospital Vall de Hebrón, en su tarea de decorar la planta infantil con 10.000 estrellas para guiar a los Reyes Magos a todos los niños ingresados / JORDI COTRINA

La 'ideóloga' de todo ha sido Ànnia, que desde hace un año y medio tiene en el hospital uno de sus escenarios cotidianos. "Vi que el hospital estaba muy vacío y pensé que podríamos llenarlo de estrellas para que los Reyes Magos las viesen y trajesen regalos a todos los niños que están aquí", cuenta a EL PERIÓDICO. Ella tiene la 'suerte' de que su tratamiento es ambulatorio, pero hay decenas de niños ingresados en el hospital. "Como sola no podía hacerlo, pedí ayuda a todo el colegio, y les pareció una buena idea. Sabía que me ayudarían", dice rodeada de sus tres mejores compinches, Pol, Júlia y Jana.

El cáncer, "sin estereotipos"

Y es que el colegio y sus compañeros han sido una buena medicina para Ànnia. "Le dan fuerza", explica su padre, Dani. Y ella se la transmite a ellos. "Ella es la que nos da fuerza a nosotros porque esto es una montaña rusa, hoy estás contento y mañana, hundido". Joana pone en valor la respuesta de la escuela, que ha posibilitado que Ànnia pueda seguir las clases on-line con relativa normalidad y que ha apoyado a la niña en todo momento. "El contacto con el colegio cuando estás viviendo una situación así es muy importante porque da seguridad a los niños. Todos sus compañeros han cuidado y mimado a Ànnia".

Joana valora también positivamente que el colegio haya aprovechado esta tesitura difícil para hablar del cáncer con los niños, de forma natural, "rompiendo estereotipos, desde un punto de vista positivo, dando visibilidad a estos pequeños grandes guerreros que están llenos de vida". Ànnia ya ve la luz al final el túnel: las sesiones semanales de quimio acabarán en febrero. El mejor regalo de Reyes.