Drama humano y consecuencias laborales
"Tuve un cáncer y me despidieron alegando bajo rendimiento"
María Teresa López trabajaba hasta hace poco en el servicio de cocina y cafetería en un hospital de Vigo
"Al volver de la baja me mandaron a la cocina; no respetaron el puesto en el que estaba", explica López
Trabajaba hasta hace poco en el servicio de cocina y cafetería del Hospital do Salnés, en Vigo, externalizado a una empresa. Su nombre es María Teresa López. Explica que estuvo de baja ocho meses a consecuencia de un cáncer y que decidió coger el alta voluntaria “porque necesitaba trabajar”. Su sorpresa fue que solo cinco meses después de su incorporación fue despedida por “bajo rendimiento”. “Estuve dos años como camarera en la cafetería y al volver de la baja me mandaron a la cocina; no respetaron el puesto en el que estaba”, se queja María Teresa.
Anxo Lúa, de la Confederación Intersindical Galega (CIG), denuncia que este despido responde “a una represalia por defender los derechos de los trabajadores”. Y es que “en esta empresa no se sustituyen las bajas de IT ni las excedencias ni las reducciones de jornadas por conciliación. Ahora en la cocina están dos personas: un cocinero y un ayudante de cocina, cuando tendrían que estar cuatro. Es inasumible asumir esos ritmos de trabajo”, expone el sindicalista. Ante lo que CIG considera una “clara represión”, ya está convocada para el próximo lunes una concentración delante del Hospital do Salnés para solicitar la readmisión de María Teresa López e instar a Catering Arcasa a “sentarse a negociar para solucionar el conflicto”.
“Llevamos dos meses intentando ponernos en contacto con la empresa y no nos responde a los correos”, recuerda Lúa. Tampoco tienen noticias del Sergas, que conoce la situación a través de la junta de personal y de la delegada sindical de CIG. “Cocinamos, emplatamos, limpiamos, repartimos los menús por las 80 habitaciones y los recogemos. Nos encargamos de la comida de todo el hospital, incluida la del personal y de la cafetería. Y eso entre dos personas por turno”, advierte la empleada despedida. “Es una carga de trabajo sobrenatural”, resume. Ante esta situación, las comidas están llegando con retraso a las habitaciones. La plantilla de Arcana entre cocina y cafetería está formada por doce personas.
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