Proyecto pionero

El bosque de las antropólogas

Investigadoras de la UAB ofrecen un servicio de atención a personas que recurren a la reproducción asistida

El grupo trabaja en una casita en el bosque de Bellaterra y ha recibido un premio por este servicio pionero

tramullas

tramullas / Ferran Nadeu

Gemma Tramullas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La casita de color blanco-grisáceo destaca entre los pinos y las encinas del bosque otoñal de Bellaterra. En el rótulo de la entrada se lee: AFIN Grup de Recerca y Centre d’Atenció. Su logo es un trisquel, la triple espiral que simboliza la evolución y el aprendizaje continuos.

En el frío interior, un grupo de jóvenes antropólogas, con Diana Marre al frente, departen alrededor de una mesa. Recientemente han recibido un premio europeo por un servicio pionero de antropología aplicada que consiste en un acompañamiento dirigido a personas que inician un proceso de reproducción asistida. ¿Pero qué hacen en medio del bosque y de qué le sirve la antropología a alguien que desea tener hijos?

Tras doctorarse en los años 90, Diana Marre fundó el grupo Afin para investigar sobre diversidad familiar y reproducción asistida en sentido amplio, que incluye las intervenciones médicas pero también la adopción. La antropóloga considera que estas investigaciones se financian con los impuestos y por lo tanto sus resultados tienen que servir no solo a la comunidad académica sino a toda la ciudadanía.

Así nació el laboratorio Afin, una entidad de la Universitat Autònoma de Barcelona con sede en el bosque que linda con el campus. Por la misma razón editan una revista digital gratuita que llega a 40.000 suscriptores.

Pacientes internacionales

El servicio de acompañamiento Afin-Art Support Service que ha recibido el premio de la conferencia Why the World Needs Anthropologists se ofrece a pacientes internacionales de la clínica IVI Barcelona, sobre todo procedentes de Francia, Italia y el Reino Unido. Pero cualquier persona que necesite exponer sus inquietudes reproductivas y familiares en un espacio tranquilo, agradable y discreto puede dirigirse al centro de atención en Bellaterra.

Además, las investigadoras tienen como líneas de estudio la cuestión de los derechos de los futuros hijos e hijas y el papel de las terceras personas que contribuyen con su material genético al nacimiento, pero no a la crianza, de estos niños y niñas.

Ya no existen mundos remotos por descubrir y la mirada antropológica se ha vuelto hacia nuestras sociedades. España es un caso curioso en el ámbito de la reproducción humana. En 1975 tenía el índice de natalidad más alto de Europa y 20 años después pasó a tener el índice más bajo junto con Italia.

Líder en tratamientos de fertilidad

En 2004 España era el segundo país del mundo, solo por detrás de Estados Unidos, en número de adopciones internacionales y desde 2016 es líder europeo tanto en tratamientos de fertilidad como en donación de óvulos, prohibida en algunos países. En Catalunya se realizan el 25% de los tratamientos de todo el Estado, la mitad de ellos a extranjeros.

“Nosotros no hacemos terapia -explica Diana Marre-. Tratamos de gestar un espacio donde las personas puedan expresarse libremente porque cuesta mucho que la gente que no ha pasado por esto lo entienda. Nuestra principal herramienta es la escucha activa y también podemos mostrarles artículos y cuestiones que hemos investigado en los últimos 30 años".

La perspectiva antropológica respeta la diversidad cultural en lo que respecta a la construcción de familias. "No hay un modelo bueno de familia, cada cultura tiene los suyos y la gente escoge su manera o hace lo que puede”, afirma Marre. Tampoco pone pegas a la gestación subrogada (popularmente conocida como vientres de alquiler), mientras la gestante sea una persona adulta con igualdad de derechos.

Identidad y herencia genética

La reproducción asistida comprende procesos complejos, largos y caros que muchas veces se viven en soledad y que hacen aflorar muchas preguntas, como el papel de la herencia genética en la identidad del individuo, cómo hablar de ello a los niños y niñas y también cuestiones éticas. La antropología atiende a las relaciones humanas y las sitúa en un contexto histórico y cultural a través de una actitud de observación, escucha activa y, solo a veces, participación.

Una de las mujeres que forman parte del equipo es Chandra Clemente que a sus conocimientos a nivel de máster suma la experiencia de haber sido adoptada a los 5 años en Nepal por una familia de Barcelona. Para su tesis doctoral viajó a Katmandú con varios objetivos: encontrar a su hermano mayor; ayudar a los hijos adoptivos de familias españolas a saber de sus padres en Nepal y, a la inversa, ayudar a familias nepalíes a conocer la situación de los hijos que dieron en adopción, y reunir material para la tesis.

Derecho a los orígenes

El suyo fue un trabajo de antropóloga, detective, mediadora y psicóloga que le confirmó que “falta tener más en cuenta los derechos de las personas que han sido adoptadas o que han de nacer”. La falta de registros fiables en el caso de la adopción y la condición de anonimato para donar óvulos, semen y embriones impide o dificulta el ejercicio del derecho a conocer a los orígenes, aunque no se quiera contactar finalmente con las familias biológicas y los donantes. Clemente aboga por una colaboración con las administraciones para mejorar los mecanismos de acceso a la información.

“Por un lado se exige a las familias que les digan a sus hijos e hijas que son adoptados antes de los 12 años, pero en cambio se mantiene la anonimidad de la donación de gametos”, apunta Marre, quien considera que es una cuestión de tiempo que se igualen los derechos: “Forma parte de los derechos humanos de la infancia. Como antropólogas sabemos que el parentesco y la familia se construye a través de la convivencia, no por compartir la sangre, pero la gente tiene derecho a completar la pieza del puzzle de su identidad que les falta”.

Suscríbete para seguir leyendo