Estragos de la erupción

La investigación sobre el fallecido en La Palma descarta que muriera aplastado por la ceniza

Los resultados de la autopsia para determinar las causas del fallecimiento tardarán varios días

Un vecino de El Paso muere en una casa cargada de ceniza del volcán de La Palma

Un vecino de El Paso muere en una casa cargada de ceniza del volcán de La Palma

A. C. D.

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La autopsia preliminar realizada al cadáver de Julio Camacho, el vecino de El Paso de 72 años que el pasado sábado fue encontrado muerto en el interior de una vivienda situada dentro de la zona de exclusión, no dejó claro cuáles fueron las causas de su defunción. La investigación, sin embargo, descarta que pereciera aplastado por el techo o por una caída accidental cuando limpiaba cenizas del tejado ya que el cadáver fue hallado dentro del inmueble, cuya estructura no había sufrido desperfecto alguno.

La familia del fallecido indicó ayer al periódico El Mundo que «o bien murió por los gases del volcán o de muerte natural» puesto que la cubierta del domicilio, situado en la urbanización Corazoncillo, estaba en «perfecto estado». El Tribunal Superior de Justicia de Canarias, por su parte, informó de que «la autopsia preliminar al cadáver del hombre que falleció mientras recogía ceniza en la zona de exclusión en La Palma no permite emitir un diagnóstico certero sobre la causa de la muerte», por lo que, añadió, «es necesario esperar a las analíticas, qué tardarán varios días» en dar resultados. El juzgado de primera instancia e instrucción número 1 de Los Llanos de Aridane es el encargado de llevar el caso, que investiga la Guardia Civil.

El alcalde de El Paso, Sergio Rodríguez, explicó a Cope que el fallecido había accedido a la zona de exclusión para recoger enseres y limpiar los tejados de cenizas junto a un grupo de personas, entre las que se encontraba un concejal de la formación municipal que dirige. «Hay un protocolo establecido que indica que la gente tiene que entrar con responsables, con un número de coches determinados y a una zona determinada», apuntó el primer edil, quien recalcó que los vecinos nunca van «solos»; Julio Camacho «tampoco fue solo».

En el convoy en el que se empotró la víctima iba el edil municipal, quien relató al regidor que en un momento dado Julio Camacho avisó de que se tenía que ir. «El concejal es consciente de que Julio había salido», apuntó. E incidió: «Todo el mundo pensaba que Julio había salido porque lo había dicho». La cuadrilla regresó a sus respectivos domicilios con el pensamiento de que el jubilado, de 72 años de edad, también había regresado con su familia. En el control de salida situado en la zona de El Charco, en el municipio de Fuencaliente, tampoco se percataron de que había una persona que no había abandonado la zona de exclusión.

Todo esto ocurrió el pasado viernes. El sábado fue cuando la familia dio aviso de que el fallecido no había regresado. Ese día se encontraron con el cuerpo de Julio Camacho en el interior de la vivienda de un familiar. En un primer momento se informó de que su muerte se había debido a un colapso del techo del edificio por el peso de la arena volcánica, con dos hipótesis: que se había caído cuando estaba subido al techo o que el colapso de la cubierta le había aplastado hasta provocarle la muerte.

La familia ya lo aclaró ayer al citado rotativo madrileño al apuntar a un posible infarto o una intoxicación por gases como posibles causas de su muerte, pero en ningún caso se produjo por un accidente ya que el techo estaba «en perfecto estado», por lo que se descarta que la ceniza emitida por el volcán tuviera relación con su muerte. «Yo vi esos techos días antes y estaban bastante limpios, los habían limpiado, para nada podían pesar tanto como para haber hundido el techo», indicó un familiar al periódico.

Ya durante los 57 días de emergencia por la erupción volcánica se han producido búsquedas de personas que no habían salido de la zona de exclusión en el tiempo establecido. En la tercera semana, los bomberos del Consorcio de Gran Canaria tuvieron que acceder a un punto muy próximo al cono volcánico para rescatar a un científico que se había aproximado demasiado al centro emisor sin seguir las indicaciones por parte del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca). En aquella ocasión, el protocolo funcionó y permitió detectar que alguien se había quedado en la zona de exclusión.

En otras ocasiones, los agentes que se encuentran en los controles no han podido detectar la presencia de personas que se introducen en el terreno prohibido para quienes no tengan relación con la emergencia. Estos utilizan senderos o caminos secundarios que no están vigilados para poder así acceder. Fue el caso de los cuatro jóvenes que se fotografiaron cerca del volcán y después subieron las imágenes a las redes sociales para fardar de ello. La Guardia Civil logró identificarlos. O el llamado ‘A Team’, que rescató a los perros podencos que quedaron atrapados en un estanque de Las Manchas. El último episodio se produjo el domingo cuando la Guardia Civil rescató a un senderista extranjero perdido, aunque en esta ocasión se encontraba cerca de la zona de exclusión y no en su interior.

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