La lacra de la violencia de género

Violación de Igualada: Cómo educar a los chicos para que las chicas vayan tranquilas por la calle

Fomentar las nuevas masculinidades en la familia y la escuela, una asignatura pendiente

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Patricia Martín

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Aunque cada vez hay más campañas dirigidas a que los hombres se impliquen en la lucha contra la violencia machista, los expertos siguen echando de menos que las administraciones, la escuela y la sociedad fomenten más las nuevas masculinidades y acompañen a los hombres en este proceso. "La solución pasa por los chicos. Es la clave", sostiene el antropólogo Ritxar Bacete, autor del libro ‘El poder de los chicos’, destinado a dar herramientas a las familias (y a los hijos) para una educación libre de estereotipos patriarcales que, en los casos más extremos, se traducen en actos tan execrables como la violación de Igualada.

El problema, sostiene Bacete, es que "el feminismo y la agenda de igualdad está pensada para empoderar a las chicas, que es fundamental, pero también hay que desempoderar a los hombres, hacerles que pierdan sus privilegios y, además, que vean que ese proceso es deseable". Una asignatura pendiente en España, donde ni siquiera se ha implantado, a nivel nacional, una educación sexual igualitaria que forme parte del currículo escolar, como ya existe en casi todos los países europeos. "Las investigaciones indican que la mejor herramienta para prevenir la violencia de género y sexual es impartir educación sexual”, según la responsable de intervención social de la Federación de Planificación Familiar, Raquel Hurtado.

Evitar "resistencias"

La 'ley Celáa' introduce la educación sexual, de forma trasversal, pero no comenzará a aplicarse hasta el próximo curso. Y es una incógnita cómo se impartirá y si los profesores recibirán formación. Porque, uno de los riesgos, advierte Bacete, es que entre los chicos se generen "resistencias" si se transmite el mensaje equivocado de que todos los hombres son malos. “Hay que distinguir entre hombres y masculinidades tóxicas”, reclama.

Esas resistencias comienzan a ser palpables cuando barómetros como el de la Fundación para la Ayuda contra la Drogadicción avisan de que uno de cada cinco hombres de entre 15 y 29 años opinan que la violencia de género no existe y es un "invento ideológico", cifra que se ha duplicado en los últimos cuatro años.

El impacto en los hombres

En opinión de Bacete, uno de los problemas es que "se crean disonancias" cuando se traslada a los hombres "que tienen que desempoderarse pero no se tiene en cuenta el impacto sentimental que en ellos genera ni se les ayuda a superar el dolor que les provoca, también a ellos, una educación sexista". Y es que la desigualdad está presente desde el nacimiento, cuando muchos padres no se implican en las clases de preparación al parto, cuando las matronas y pediatras son sobre todo mujeres, por no hablar de la preponderancia femenina en la educación infantil. "Hay un sesgo en la construcción de referentes masculinos", que provoca que desde la infancia se traslade el mensaje de que la igualdad es cosa de mujeres, argumenta el experto.

Hurtado también comparte que hay que actuar desde los primeros años de vida. "Las familias pueden hacer algo que ningún otro profesional puede hacer: transmitir la igualdad entre sexos, el valor de la autoestima y cuáles son los límites propios y de otros", algo que, más adelante, "será fundamental en las relaciones eróticas, tanto para ellos como para ellas".

No hay una edad a partir de la cual las familias tengan que hablar a sus hijos de sexo. Aunque conviene anticiparse a que tengan las primeras relaciones sexuales, teniendo en cuenta que la edad media de inicio ha bajado a los 15 años, según la encuesta anual de la Sociedad Española de Contracepción, que también ha detectado que casi el 50% de jóvenes busca información sexual en internet, donde el porno es completamente accesible. Por ello, Hurtado aconseja aborden sin tapujos el porno, "haciendo ver a los jóvenes que lo que se refleja en el porno es ficción, anecdótico e infrecuente".

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