Movimientos sociales

El ejemplo de la PAH al mundo

La fundación alemana Rosa Luxemburg edita en castellano y en inglés 'La PAH, manual de uso', libro del periodista Joâo França que recoge los testimonios de medio centenar de activistas de la organización que ha logrado cambiar el relato sobre el derecho a la vivienda en España 

Llibre PAH

Llibre PAH / ZOWY VOETEN

Helena López

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Colgaron carteles por media Barcelona casi a ciegas, invitando a quien se encontrara en riesgo de perder su vivienda por no poder pagar la hipoteca a que se acercara aquella tarde de domingo de 2009 a la Casa de la Soli, en el Raval. Acudieron un centenar de personas. "Ver que había gente que, aun habiendo entregado su casa, seguiría arrastrando una deuda de por vida que les impediría prácticamente rehacerla me hizo hacer un click", recuerda Lucía Delgado, una de las fundadoras de la PAH que, más de 12 años después, sigue entregada a la organización. "Vine para cambiar unas leyes injustas y me quedaré hasta que lo consiga", bromea. Es viernes por la tarde y habla desde el escenario del auditorio de la biblioteca Jaume Fuster, en la plaza de Lesseps; en la presentación del libro 'La PAH, manual de uso', escrito por el periodista Joâo França y editado -en castellano y en inglés- por la fundación alemana Rosa Luxemburg. Un libro trabado con el "cariño, la capacidad y la inteligencia" de França -como destaca la responsable de la fundación en Madrid, Vera Bartolomé Díaz- que no es solo la historia de los casi 13 años del movimiento, sino, como su nombre indica, una herramienta, un instrumento para compartir estrategias, aciertos y errores con el mundo.

El 'Manual de uso' de França -que puede descargarse en la web de la fundación editora- se complementa con el vídeo 'El primer día', de Pau Faus, autor también de 'Sí se puede, siete días en PAH Barcelona', en el que se revive el primer contacto con la PAH de varios miembros de la asamblea. Un primer día, normalmente una primera tarde, que ha supuesto un punto de inflexión en la vida de miles de personas (la PAH ha llegado a tener 200 asambleas activas por todo el Estado). Personas a las que cruzar esa puerta les cambió la vida. O se la devolvió, según coinciden sin exagerar varias voces. "La gente florece, les cambia clara. Ver a personas que pasaron lo mismo que tú y que salieron adelante no solo te hace sentir que no estás sola, sino que ves, porque lo ves, que sí se puede", son algunas de las frases más repetidas tanto en el emotivo vídeo de Faus como en los testimonios recogidos por França de activistas de PAH de todo el Estado. Otro de los puntos fuertes del movimiento que destaca el 'manual' es su descentralización, muy presente en la presentación del libro, que subió al escenario, por turnos, a una decena de activistas de toda España. De Murcia a Cardedeu, lo que convirtió el acto en un merecido autohomenaje en el que la ternura es el denominador común.

A base de tropezones

Las historias recogidas por França tanto en el libro como en el acto de este viernes son una pequeña muestra de que en la PAH, lo del apoyo mutuo no es una teoría romántica, sino una realidad que se mastica a diario. "Somos gente de la calle que ha ido aprendiendo a base de tropezones", resumen.

Barcelona 30/09/2021 Barcelona Nuevo intento de deshaucio de Ángel, 'el okupa bueno de l'Hospitalet'. Ángel ( de espaldas con sombrero) , vecinas y miembros de la PAH celebran el aplazamiento de deshaucio. AUTOR: JORDI OTIX

La PAH celebra la paralización de un desahucio en L'Hospitalet, hace unos días. / JORDI OTIX

Una de las grandes y tal vez poco reconocidas victorias de la PAH, que hizo que organizaciones de todo el mundo se fijaran en ella, fue su gran incidencia pública en el país. Cómo en muy poco tiempo logró cambiar el relato y, casi, que la vergüenza cambiara de bando. Que quiénes vivieran esa culpa, quienes se sintieran señalados, fueran los banqueros y no las personas que habían firmado hipotecas en unas condiciones inasumibles. Que esas mismas personas dejaran de sentirse y ser consideradas "fracasadas" a ser reconocidas como víctimas de una estafa y, a la vez, y más difícil todavía, transformar ese sentimiento de víctima en empoderamiento, otro de los términos estrella en estos lares. Un empoderamiento no solo para ser capaces de resolver su caso particular -la PAH también va de eso; cada persona tiene que ser responsable de su propio caso-, sino también para ayudar y arropar al resto con todos esos aprendizajes adquiridos durante el proceso.

"Una persona que está hecha polvo tiene derecho a ser acompañada al banco, a los servicios sociales o al juzgado; tenemos que garantizar el derecho a esa calidez; es algo muy potente", señala en el libro Berni, de PAH Bages. "Ese primer cariño, ese primer saber que estás en un espacio donde te van a cuidar, eso es muy importante", añade Santi, de PAH Barcelona.

Manifestación de la PAH en la plaza de Catalunya el martes 20 de julio para pedir una prórroga en la moratoria de paralización de los desahucios.

Manifestación de la PAH en la plaza de Catalunya, el pasado 20 de julio. / JORDI OTIX

"Veníamos de un desierto"

Como rápido vieron que cambiar las leyes iba para largo, empezaron a organizar el mientras tanto con la primera gran campaña de desobediencia civil pacífica: 'Stop desahucios'. Plantarse frente a la puerta de la familia a la que van a desahuciar para impedirlo. Una práctica que hoy resulta habitual -este mismo lunes, varias convocatorias en paralelo en Barcelona y L'Hospitalet, pese a que todavía no ha finalizado la moratoria estatal- pero que en aquel momento fue revolucionaria. "Veníamos de un desierto", resume Diego, de PAH Vallekas.

Una de las suertes -si es que existe tal cosa- de la PAH, fue que al poco de su nacimiento llegó el 15-M, y de sus asambleas salió muchísima gente que se sumó a las convocatorias y se pararon (y siguen parando) miles de desahucios. El problema de fondo es que el objetivo final de la PAH era cambiar las leyes para que el derecho a la vivienda sea un derecho reconocido y asegurado (y, claro, no tener que llegar ahí). El jueves, el día antes de la presentación, la PAH se había manifestado en las calles de Barcelona -otra vez- contra las enmiendas de Junts per Catalunya a la ley catalana de vivienda.