Las ayudas a los afectados

El kilómetro cero de la reconstrucción de La Palma tras la erupción del volcán

La Oficina de Atención Ciudadana inicia las entrevistas con los damnificados para baremar la entrega de casas

La lava baja a toda velocidad del volcán de La Palma

La lava baja a toda velocidad del volcán de La Palma / INVOLCAN

Nora Navarro / El Día

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Detrás de la antigua casona de El Rincón de Moraga, en el Llano de Argual en dirección a Tazacorte, la histórica Casa Massieu, con sus raíces solariegas del siglo XVII, aloja el kilómetro cero de la reconstrucción de la isla de La Palma fracturada por el volcán de Cumbre Vieja. Su gran portón de entrada, arropado por una banderola que reza «Oficina de Atención Ciudadana», aglutina a decenas de palmeros en una sala de espera desbordada de preguntas, que, es en su reverso, una sala de espera despojada de presente.

«Me da lo mismo una casa en Los Llanos, en El Paso o en Tazacorte: yo lo que pido es un techo», reclama Jacinto, propietario de varias parcelas de fanegas de plátanos en El Paraíso, sepultadas hace dos semanas bajo el magma. Una trabajadora social le responde «¿Pero se ha inscrito usted también por las fincas?», a lo que este responde en un suspiro: «¡Pues y no! Ya vuelvo aquí con una mano delante y otra detrás».

Atención psicosocial y jurídica

A lo largo de sus 15 días de apertura, este centro puesto en funcionamiento por el Gobierno de Canarias junto con el Cabildo de La Palma y los ayuntamientos de Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte, ya ha atendido a más de medio millar de personas desalojadas de sus viviendas, afectadas de forma directa o indirecta en el plano residencial o laboral por los estragos de la lava, para apuntarse en los listados de acceso a las ayudas básicas, así como para recibir atención psicosocial y jurídica.

«No está mal para una oficina que se ha creado totalmente desde la nada, sin referentes ni modelos previos, hace dos sábados», señala Sergio Matos, gerente de la Oficina de Atención Ciudadana en representación del Gobierno de Canarias, así como exsenador y exalcalde de Santa Cruz de La Palma (PSOE). Su función principal consiste en la coordinación de la acción social de la oficina y la planificación de acciones junto con el tercer sector, toda vez que Miguel Ángel Pulido (NC), director general de Coordinación y Apoyo a la Vicepresidencia del Gobierno de Canarias, lidera las gestiones de carácter logístico y operativo desde esta misma oficina.

Equipo multidisciplinar

La dotación de este espacio, que albergaba en su planta superior las instalaciones de la UNED (desplazadas de forma temporal de este edificio), cuenta con un equipo multidisciplinar de distintos técnicos de las ramas jurídica, psicológica, trabajo social o aparejadores que, en las últimas dos semanas, ha redoblado su personal desde una plantilla provisional inicial de 25 o 30 profesionales a más de 50, «y probablemente necesitaremos refuerzos, porque cada día recibimos más y más personas y, además, esto sigue vivo», señala Matos, en relación a los ya 28 días de erupción. «No sabemos cuándo va a terminar y no sabemos cuánta afección va a tener, pese a que ya es muchísima la que tenemos», añade.

Pero los centenares de habitantes evacuados de sus casas y que, en otros centenares de casos, carecen de viviendas a las que regresar, no pueden (des)esperar para siempre. «En todas partes nos hablan de ayuda y ayuda por todos lados, pero yo necesito saber: ¿cuándo? ¿Cómo? ¿Y cuánto serán esas ayudas?», inquiere Juana, que perdió su casa familiar en Los Campitos, su pajero y, en los últimos días, puede que también una parte de sus plátanos por el reboso lávico. «Cuando se entreguen las casas, muchas familias seguiremos sin trabajo. Ojalá a nosotros nos den, al menos, una casita».

Protocolo complejo

Y es que el protocolo no es sencillo, dado que la prioridad estriba en ser diligentes pero, sobre todo, «lo más justos posible». Por esta razón, la Casa Massieu, que se reinventó dos semanas atrás bajo la premisa principal de brindar atención social, ha ampliado su espectro para elaborar informes de situación lo más completos y exhaustivos posible.

El protocolo es el siguiente: aunque se recomienda a los afectados que acudan, en primera instancia, al área de Servicios Sociales de su municipio correspondiente, con el fin de realizar un informe de situación de cada caso concreto, la Oficina de Atención Ciudadana brinda también este servicio, que empieza por la elaboración de una ficha que registre datos como la enumeración de pérdidas sufridas, los ingresos, el estado de la vivienda o las circunstancias laborales. Esta ficha incluye, en un plano sociológico global, qué esperan los palmeros y palmeras para el futuro de la reconstrucción de La Palma.

Entrevistas personales

El paso siguiente, que se inició esta semana, consiste en la realización de entrevistas personales en profundidad a los afectados y afectadas, con el fin de establecer parámetros y prioridades para la puesta a disposición de las viviendas en proceso de adquisición por parte del Gobierno de Canarias, que será el destinatario final del archivo único que compile todas estas informaciones.

«Ya hemos empezado a hacer las entrevistas en profundidad a los primeros afectados en el Hotel Princess de Fuencaliente, que es donde tenemos centralizados a los primeros 200 evacuados por la erupción, para poder empezar con la baremación», indica una de las trabajadoras sociales de la Casa Massieu. «Pero será un proceso largo, porque la adjudicación de casas no podrá empezar hasta que recabemos y unifiquemos los datos y testimonios de todas las familias completas, para luego hacer un registro único de todas las personas afectadas por el volcán y empezar a aplicar los filtros», explica. «Las necesidades básicas y las circunstancias personales serán la primera acotación: personas que ya no tienen ni vivienda ni trabajo; personas que han perdido su primera y única vivienda, etcétera».

Una parte de los profesionales procedente del Colegio de Trabajo Social y contratado por el área de Servicios Sociales, dispone de un equipo de ordenador portátil y teléfono móvil para poder desplazarse a las zonas de realojamientos en otros municipios de la isla y completar estas entrevistas.

6.500 personas

Por su parte, Matos señala que «intentamos que, en la medida de las posibilidades, no se nos escape nadie». «Entendemos que, tengan o no dinero, estas personas han perdido su vida, su trabajo y su sustento complementario. Hablamos de 6.500 personas, hasta la fecha, con su propia historia y muchas variables dentro de cada historia», sigue. «Por ejemplo, en Todoque, hay calles enteras sepultadas con viviendas que pertenecían a una misma familia. Luego, hay gente evacuada, no damnificada, que también debe tenerse en cuenta porque no pueden acceder a sus casas por la lava».

El Presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, ya anunció a mediados de esta semana que la empresa pública Viviendas Sociales de Canarias (Visocan) adquirirá pronto un segundo lote de 44 casas provisionales para los damnificados, que se sumarían a las 18 ya compradas, y que se prevé adjudicar la próxima semana en función de los criterios de baremación. El objetivo es que, una vez equipadas y terminadas, junto con la ultimación de las bases para su concesión, se acometa la primera fase de entrega de alrededor de un centenar de viviendas a los damnificados entre finales de este mes y el próximo diciembre.

Recalificación de terrenos

En paralelo, Matos señala que el Gobierno de Canarias ya estudia posibles soluciones en materia de política territorial, el estado del patio de viviendas y la recalificación de terrenos en la isla para poder «elaborar un plan de infraestructuras», si bien, para esto último, aún se debe esperar a que finalice el proceso eruptivo y evaluar su magnitud.

Entre tanto, Santiago, que vivía de su cosecha, pero fue incapacitado hace tres meses debido a una intervención quirúrgica en la pierna derecha por diabetes, perdió su finca junto al Callejón de la Gata bajo la última colada de lava. Ante este panorama de desolación, y la espera frente a un proceso de reparación que no puede ganarle ventaja al volcán, ya sopesa la idea de empezar de cero en otra isla. «Yo quiero mucho a mi tierra, pero se nos vienen muy feas en La Palma», cavila. «Yo ya no puedo trabajar; no puedo llegar a mi casa, ni sé cómo está ahora. Y quien sí pueda trabajar, ¿podrá encontrar trabajo cuando pase to’ esto? No sé yo, mi alma. Yo creo que aquí no va a quedar nada».

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