La erupción continúa

Las entrañas del volcán de La Palma se derrumban

Los científicos creen que la nueva sismicidad está causada por el desplome de una cámara magmática a gran profundidad

Nuevo golpe a La Palma tras caer la parte norte del volcán

Nuevo golpe a La Palma tras caer la parte norte del volcán

Verónica Pavés

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Las entrañas de La Palma están rugiendo con fuerza de nuevo dejando tras de sí una serie de seísmos fuertes ampliamente sentidos por la población. Los científicos saben que se trata de una fase normal en las erupciones de Canarias –también ocurrió en El Hierro–, sin embargo, están buscando respuestas a lo qué pueda estar ocurriendo en estos momentos en el subsuelo de la isla. Una de esas teorías es que en lo más profundo, a esos 30 kilómetros de profundidad, existe un reservorio magmático que llevaba miles de años fraguándose y que ahora el volcán está absorbiendo para poder mantenerse en activo. Al irse vaciando, los huecos que deja caen por su propio peso causando los terremotos de gran magnitud –el máximo de 4,3– en esta zona del subsuelo, muy cercana al manto terrestre. 

«Esto explicaría por qué es capaz de generar la suficiente energía como para provocar terremotos de gran magnitud a esas profundidades», reseña Itahiza Domínguez, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN), que señala que «este lugar es el sitio que empezó a acumular magma». Existe otra hipótesis que, por su parte, explicaría la sismicidad a 10 y 15 kilómetros de profundidad y es que el sistema volcánico se está realimentando continuamente de un reservorio magmático que se encuentra ahí, donde también empezó la serie sísmica a mediados de septiembre de este año. 

El IGN notifica 108 terremotos, de los que siete fueron sentidos por la población

En el día de ayer el IGN notificó la localización de 108 terremotos en la zona afectada por la reactivación volcánica de Cumbre Vieja. De ellos, siete fueron sido sentidos por la población. La intensidad máxima fue III y IV, en un sismo ocurrido a las 22:46 horas del domingo 10 de octubre, que tuvo magnitud 4,3 a 38 kilómetros de profundidad. Este sismo es el de mayor magnitud hasta el momento. De los terremotos localizados en este último periodo analizado por el IGN, 14 se encuentran a profundidades superiores a los 30 kilómetros, el resto de los hipocentros están localizados a menor profundidad, en el entorno de los 12 kilómetros.

Todos estos datos, sin embargo, se deben revisar de manera continua, pues al comunicarse en tiempo real existe un margen de error. Para ello, los científicos del IGN realizan una «relocalización» de los seísmos diaria. El primer error se suele encontrar en la «solución automática» que da parte de los seísmos apenas un minuto después de que ocurran.

«Tiene muchos fallos, pero es imprescindible para poder avisar a tiempo a las autoridades o Protección Civil», explica Domínguez. Con esa información inicial, los científicos realizan una revisión manual lo que suele modificar la magnitud. Esto provoca que, en algunas ocasiones, se haya dado parte de un seísmo de magnitud 4 que posteriormente ha pasado a ser uno de 3,5. 

El tremor volcánico crea un ruido que impide detectar los terremotos más débiles

«Tenemos un problema más y es que la magnitud que se calcula en las estaciones sísmicas de La Palma está sobreestimada», reseña el sismólogo. Como explica, al hacer un estudio del sismo con otras estaciones más lejanas, la mayor parte fuera de la isla bonita, comprueban que la magnitud acaba descendiendo. «Luego hacemos la media y por eso baja». 

La localización de los terremotos está siempre sujeta a cambios. A los datos automáticos y la manuales, se les realiza una revisión más exhaustiva y completa posteriormente. Para hacerlo aplican técnicas de «relocalización relativa», es decir, se fijan en terremotos anteriores para dictaminar cómo han sido los actuales. «Se puede hacer porque los terremotos se parecen entre sí», insiste Domínguez, que matiza que esto ocurre en los terremotos que se producen en la misma zona o por el mismo mecanismo, y por tanto sus formas de onda son parecidas. 

En La Palma hay ahora una dificultad añadida para medir los temblores y es el propio volcán. «El tremor volcánico es una señal sísmica continua que afecta a la localización de los terremotos porque genera ruido que se introduce en la señal del terremoto», explica el investigador. Esta es la razón por la que muchos terremotos con una magnitud menor a 2 ni siquiera se estén detectando. «Muchos terremotos solo se ven con claridad fuera de la isla o en el norte de la isla, pero en el sur es muy difícil porque la señal es más ruidosa debido al volcán», aunque como señala «los seísmos de cierta magnitud se están calculando bien». 

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