Sentencia definitiva

Martina no se suicidó: cayó de un balcón en Palma intentando huir de una violación

El Tribunal Supremo italiano corrobora que Martina Rossi falleció en agosto de 2011 cuando intentaba escapar de sus agresores

Los abogados de la familia de la joven exigen ahora que "España pida perdón", por dejar en libertad, en primera instancia, a los atacantes

La joven Martina Rossi en una imagen obtenida de sus redes sociales.

La joven Martina Rossi en una imagen obtenida de sus redes sociales. / El Periódico

Irene Savio

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Martina Rossi, la joven italiana fallecida en 2011 al caer de la sexta planta del hotel Santa Ana de Cala Major en Mallorca, y cuyo caso fue archivado por un juzgado de Palma como un suicidio, no murió por voluntad propia, sino que su muerte se produjo mientras intentaba escapar de una violación. Así lo ha determinado la cuarta sección del Tribunal Supremo de Italia, con una sentencia definitiva, que llega 10 años después de los hechos y de cinco procedimientos judiciales, y es inapelable.  

El tribunal italiano ha confirmado de esta manera las condenas a tres años de prisión para Alessandro Bertoni y Luca Vanneschi, dos de los cinco jóvenes que estaban presentes en la habitación del hotel Santa Ana de Palma en la que falleció Martina, como ya había establecido el tribunal de Apelación de Florencia, el juzgado que siguió el caso en segunda instancia. De esta manera queda avalada la tesis de la familia y de la fiscalía de que la mujer, de 20 años cuando murió, huía desesperada de los que querían atacarla sexualmente y, por eso, intentó saltar al balcón de la habitación contigua y cayó al vacío. 

“Martina murió por un intento de violación, no existe otra verdad”, ha dicho uno de los abogados de la familia de Rossi, Luca Fanfani, tras conocerse el veredicto. “Ahora España debe pedir perdón por cómo el caso fue archivado después de tres horas”, ha añadido el letrado. “Por fin se ha hecho justicia. Nadie podrá devolverme a mi hija, ni aliviar nuestro dolor eterno. Pero ahora Martina ha recuperado la dignidad”, ha comentado, por su parte, el padre, Bruno Rossi. “Nadie debe pensar que puede lastimar a una mujer y no ser castigado”, ha agregado, visiblemente conmocionado. 

Sin piedad

Inicialmente, en 2011, el juzgado de instrucción número 11 de Palma había archivado el caso al no encontrar, según explicaban las crónicas de la época, indicios de que se hubiera cometido un crimen, y considerar el episodio como un suicidio. Sin embargo, la familia, que nunca aceptó esta versión, convenció a la policía de Génova para iniciar una investigación sobre los hechos y, en 2018, se llegó a una primera sentencia de culpabilidad. Un veredicto inicial, este, dictaminado por el tribunal de Arezzo y en el que los jóvenes resultaron castigados a seis años de prisión, por violación en grupo, abuso y omisión de socorro, dado que durante 40 minutos después de la caída nadie acudió en ayuda de Martina. No obstante, posteriormente la omisión de socorro prescribió. 

Tanto así que, para obtener la condena, la fiscal Elisabetta Ceniccola incluso puso en relieve detalles dolorosos para la familia, como que la joven no llevaba sus pantalones cortos cuando fue encontrada ya muerta, y estos “nunca más fueron encontrados”, según dijo. Además, también subrayó que en el cuerpo de la joven había “heridas no provocadas por la caída” y rasguños en el cuello. “No tuvieron piedad”, concluyó la madre de Martina, Franca Murialdo.

En este contexto, el abogado de la familia, Fanfani ha considerado que “España tiene una responsabilidad muy grave”. “Este juicio no se debería haber celebrado en Italia”, ha añadido, al recordar también que, pocas horas después de la muerte de la joven, se permitió al hotel de volver a alquilar la habitación. El caso también ha provocado una movilización del colectivo feminista “Ni una menos” que, antes de que se conociese la sentencia, organizó el jueves una sentada de protesta delante de la sede del Supremo italiano en la plaza Cavour de Roma. “No es un caso aislado, se llama patriarcado”, se leía, en algunas pancartas.