Fiesta en la calle

Un botellón en Sarrià (Barcelona) termina de nuevo con altercados y detenciones

Una fiesta de decenas de jóvenes en el centro del barrio de Sarrià acaba con robos, heridos y ocho detenidos

En las playas y en Ciutat Vella el número de personas bebiendo era mucho más reducido y sin incidencias destacables

La noche se salda con 15 detenciones en toda la ciudad, con arrestados con una treintena de antecedentes

El botellón de Sarrià termina con robos, heridos y varios detenidos.

El botellón de Sarrià termina con robos, heridos y varios detenidos. /

Elisenda Colell

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Otro viernes de otoño, los jóvenes, y no tanto, han vuelto a salir a las calles de Barcelona y Madrid para bailar, beber y en definitiva, montar pequeñas fiestas callejeras. Ambiente, sí, pero en el caso de la capital catalana, lejos de las grandes aglomeraciones ocurridas durante las fiestas de La Mercè. La noche ha transcurrido con cierta tranquilidad, pese a que en el centro del viejo Sarrià, que estos días está de fiesta mayor, una juerga improvisada ha terminado con peleas, heridos, robos, lluvia de botellas de cristal y varias detenciones. De hecho, el dispositivo policial conjunto entre Mossos y guardia Urbana ha llevado a cabo 15 arrestos, de los que ocho se han producido en Sarrià, donde además se han detectado delincuentes que actuaban en grupo aprovechando las aglomeraciones. En el caso de Madrid, la Policía Nacional tuvo que emplearse a fondo para disolver un botellón en la plaza del Dos de Mayo.

"A ver, yo te digo lo que ha pasado: hemos salido de fiesta aquí por el barrio, pensábamos que sería tranquila", cuenta Alex, un joven de 17 años, vecino de Sarrià. "A las doce de la noche los Mossos han montado un control para evitar que si entrábamos en la plaza de Sarrià o en la calle Major, lo hiciéramos con alcohol. ¿Qué ha pasado? Que la gente ha bebido fuera, han entrado pasadísimos, y luego se ha liado", narra el chico, pasadas las tres de la madrugada del 2 de octubre junto a sus amigos Aldo y Dani, de la misma edad. Los tres asistieron a los tres macrobotellones en la ciudad del pasado fin de semana. Confirman que este sábado había muchísima menos gente en su barrio. Y daban por hecho que la seguridad estaría garantizada.

Violentos patrones

Pero no ha sido así. En este zona se han repetido las escenas de grupos violentos, atacando y robando a todo aquel que se encontrara por su paso. "Han venido cinco chavales, me han dado un golpe y me han tirado una botella de cristal a la cabeza", se quejaba desesperado Ton, un barcelonés de 19 años, en Sarrià. "Pues a mi me han cogido por los brazos, me han empezado a dar puñetazos y me han robado el móvil y la cartera", se quejaba a su vez Pol en conversación con este diario. La fiesta ha sido menos multitudinaria, pero en algunas calles se han repetido violentos patrones de jornadas anteriores. Como resultado, según explican varios testigos, un chico ha sido atendido de urgencia por una paliza que le ha dejado la cara ensangrentada.

Concentración de personas en el paseo del Born, la noche del viernes

Concentración de personas en el paseo del Born, la noche del viernes / Jordi Otix

Ante esta situación, alrededor de las tres de la madrugada, los antidisturbios de los Mossos y agentes de la Guardia Urbana han tenido que proceder al desalojo de los jóvenes, concentrados entre las plazas de Sarrià y del Consell de la Vila, donde está la sede municipal del distrito. Una mayoría ya había huido de la fiesta; otros se han marchado en cuanto la policía se lo ha demandado, y un grupo minoritario ha optado por montar barricadas y tirar botellas de cristal contra los policías. También inhalaban el conocido como 'gas de la risa'. Una hora más tarde, agentes de paisano procedían a detener a varias personas supuestamente relacionadas con los hechos violentos. En estos abordajes al menos un policía ha resultado herido por un chico que portaba una pistola táser.

Dos de los 15 detenidos acumulan hasta 29 antecedentes y tres de las ocho personas arrestadas en Sarrià son menores de edad, según han informado los Mossos d'Esquadra. La policía autonómica y la Guardia Urbana mantendrán la noche del sábado el mismo dispositivo policial en el barrio, compuesto por agentes de paisano, de seguridad ciudadana y efectivos de orden público, para identificar a aquellos que aprovechan la concentración de personas para cometer delitos.

La playa y el Born

Más tranquilidad se ha respirado en la playa de Barcelona. Poco más de 300 personas se han dirigido a la arena para montar una fiesta improvisada. No había mascarillas, ni distancia de seguridad alguna. Tampoco peleas, sangre ni saqueos. "Necesitamos salir, lo de plaza Espanya fue una liada pero yo me lo pasé en grande", argumenta una chica, acompañada de un grupo de amigas de 18 años.

Mientras el litoral respiraba cierta tranquilidad, el paseo del Born volvía a convertirse en una discoteca al aire libre. A las dos de la madrugada decenas de personas seguían festejando en pleno centro histórico, cuando normalmente la policía les expulsa a la una. "Creo que con todos los macrobotellones que se están haciendo no hay suficientes policías para controlarlos, no me extraña que la gente quiera armarla", planteaba una estudiante de un máster de 27 años. Precisamente, un amigo suyo acababa de regresar de Chile. "Estoy alucinando, hace tres horas que he llegado y estoy en 'shock'. En mi país hay toque de queda, la mascarilla es obligatoria, esta fiesta sería legal", cuenta. Aquí tampoco están permitidas las aglomeraciones. Al menos aparentemente.

Botellón en Dos de Mayo

En el caso de Madrid, los problemas se han concentrado en la Plaza Dos de Mayo, donde un botellón terminó por desmadrarse a eso de las 3.30 horas de la madrugada. Efectivos de la Policía Nacional tuvieron que emplearse a fondo para disolver la concentración después de que un grupo de entre 50 y 100 jóvenes protagonizara incidentes violentos en la zona. El lanzamiento de objetos y los contenedores cruzados a la calzada han precipitado la intervención. La normalidad regresó a Malasaña a las cinco.

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