Circulación

El derribo de los peajes de la AP-7 empezará en noviembre

Trànsit mantendrá los carriles adicionales en fin de semana e intentará abrir nuevos tramos en la AP-7

Los camiones podrán circular los domingos pero por el carril derecho a 80 km/h y sin adelantar

El Gobierno está a punto de licitar el desmantelamiento que ya está muy avanzado en las autopistas de la Generalitat

autopista peajes Mollet

autopista peajes Mollet / Anna Mas

Carlos Márquez Daniel

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El fin de los peajes tiene la parte simbólica, el hecho de que se pueda circular por la autopista sin pagar, y la parte física, la necesidad de retirar las barreras y toda la infraestructura asociada. Las carreteras propiedad de la Generalitat, la C-32 y la C-33, ya han empezado el desmontaje. No así la AP-7, que es con diferencia la que más tráfico ha absorbido desde el 1 de septiembre. El Govern lo ha reclamado repetidamente al Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, propietario de la autopista del Mediterráneo, y parece que al fin se han puesto a ello para que la piqueta empieza a derribar a finales de noviembre.

El desmantelamiento del peaje de Vilassar.

Desmantelamiento del peaje de Vilassar, el 20 de septiembre / Ferran Nadeu

Lo confirma Ramon Lamiel, director del Servei Català de Trànsit, que califica de "lamentable la falta de previsión" en la retirada de este obstáculo que está generando serios problemas, sobre todo durante los fines de semana. El de La Roca quizás sea el ejemplar más conflictivo. Mantienen una reunión semanal con personal del Ministerio y al parecer, si nada lo evita, la licitación del derribo está al caer para que las obras de desmantelamiento puedan empezar "a finales de noviembre" una vez realizado el concurso público que derive en una adjudicación a una empresa privada. "Les hemos pedido la máxima celeridad porque tenemos un problema permanente todos los fines de semana", sostiene el responsable de Trànsit. Contrasta con la situación en las vías en manos del Govern: empezaron el derribo a mediados de mes con la idea de que a finales de octubre ya no haya rastro de los peajes.

Sin adelatar

Mientras eso no llega a la AP-7, Trànsit seguirá poniendo parches donde pueda, siempre dentro del escaso margen que otorga una infraestructural tan rígida como una autopista. Durante tres domingos por la tarde se ha prohibido la circulación de camiones para intentar aligerar el volumen de coches. Esta medida no volverá hasta el año que viene y en fechas pactadas con el sector del transporte. Pero se mantienen ciertas restricciones: Trànsit ha aprobado que los vehículos pesados deberán circular por la AP-7 por el carril derecho, a un máximo de 80 kilómetros por hora y sin poder adelantar durante los domingos para evitar complicar la operación retorno de los fines de semana. La medida se aplicará a partir del 3 de octubre para los camiones de más de 7.500 kilos. Solo para esta autopista y en el tramo entre Girona Nord y El Vendrell, en ambos sentidos y en la franja horaria entre las 15 y las 22 horas.

Retales del peaje de la C-32 en Vilassar de Dalt, en pleno desmantelamiento

Retales del peaje de la C-32 en Vilassar de Dalt, en pleno desmantelamiento / Julio Carbó

También se seguirán abriendo los carriles adicionales que hasta el fin de los peajes solo se usaban en momentos muy concretos en los que era previsible un incremento de la demanda, como en Semana Santa o al principio y fin de las vacaciones de verano. Funcionarán los de siempre de la AP-7, en los tramos entre El Vendrell y Vilafranca del Penedès y entre Hostalric y Sant Celoni. Trànsit, avanza Lamiel, está estudiando, junto con el propietario de la vía, cómo abrir nuevos carriles adicionales en otros puntos de la autopista del Mediterráneo en los que también se están registrando problemas. El Gobierno ha visto bien la propuesta y están en ello para buscar la manera de ganar terreno al sentido contrario al norte y al sur de los viales adicionales ya establecidos.

¿Montilla 'revival'?

Sobre la mesa reposa otro proyecto, el de la velocidad variable. Aunque es algo mucho menos evolucionado y con escasos partidarios dentro del Servei Català de Trànsit. Quizás les venga a la cabeza el ocaso del segundo tripartito, con José Montilla como 'president' y Joan Saura en Interior, cuando este sistema en los entornos de Barcelona generó gran controversia. Al fin y al cabo, recuerda el director de Trànsit, lo que se busca es no rebasar la cifra fatal, esos 5.400 vehículos hora que marcan el límite en el que el tráfico empieza a detenerse: la velocidad cae y empieza la retención. Y eso es precisamente lo que ha estado pasando, sobre todo en la AP-7, desde que el 1 de septiembre se puso fin a los peajes.

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