Mascarillas en el cole

"Estábamos deseando que las niñas volvieran al cole"

Normalidad y aplausos en el regreso de las alumnas al Alba Plata de Cáceres después de tres días sin acudir a clase

La Junta seguirá con los trámites con la Fiscalía para contar con recursos en situaciones similares

Imagen de los progenitores de alumnos del colegio Alba Plata a la salida de las clases este martes, jornada en la que las menores volvieron a clase.

Imagen de los progenitores de alumnos del colegio Alba Plata a la salida de las clases este martes, jornada en la que las menores volvieron a clase. / SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Gema Guerra Benito

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La respuesta fue unánime. Compañeros de clase, familias y docentes coincidieron en su reacción al regreso de las dos hermanas que llevaban sin ir al colegio en Cáceres desde la pasada semana porque sus progenitores no querían que usaran mascarilla en el aula. «Estábamos deseando que las niñas volvieran». Estas fueron las palabras de los madres y padres que se congregaban a las puertas del colegio Alba Plata este martes para recoger a sus hijos en una jornada en apariencia normal que devolvió también esa normalidad educativa a las dos menores [que finalmente se ponen la mascarilla en clase].

La noticia fue recibida con tal júbilo que ambas, estudian tercero y quinto de primaria, fueron recibidas con aplausos en sus respectivas clases. «Como si no hubiera pasado nada», concluyó una de las madres cuya hija comparte clase con la menor de las hermanas. Realmente este tono de conciliación y calma protagonizó la jornada en la que, ovaciones aparte, el horario lectivo se cumplió a rajatabla y con la serenidad y el orden habitual. Si es cierto que la mañana de ayer, las menores, con el fin de evitar el revuelo mediático, abandonaron el centro por una salida diferente a la del resto. 

Queda zanjada de esta forma, y con menos revuelo del que suscitó a su inicio, la polémica en la que se han visto envueltas en la última semana las dos niñas del centro cacereño a causa de la decisión de sus familiares, que se negaban a que llevaran la protección, obligatoria para mayores de 6 años, durante las clases. Desde que arrancó el conflicto coincidiendo con el inicio de curso el pasado lunes, la familia ha mantenido su postura en las negociaciones con la administración, ya que se trata de un colegio público.

En cuanto al posicionamiento de la Junta al respecto, se ha ido completando a lo largo de la semana en las que el secretario de Educación, Francisco Javier Amaya, ha comparecido hasta en tres ocasiones ante los medios. En la última, que tuvo lugar este martes coincidiendo con el regreso de las menores, agradeció la mediación entre las partes para que se resolviera el conflicto «en el ámbito educativo» y destacó la implicación de la comunidad educativa, en concreto de las tutoras de las alumnas y de la directora del colegio.

Si las niñas hubieran seguido sin asistir al colegio, se había activado el protocolo de absentismo, tal y como anunció la consejería en última instancia. En un primer momento, antes de que la polémica tuviera trascendencia mediática y el colegio informara a la Junta de la intención de los progenitores de las dos niñas el pasado lunes, Educación propuso como alternativa que las menores recibieran clases en un aula separada del resto, una decisión a la que se negaron en bloque los docentes, que un día más tarde se manifestaron frente a las puertas del colegio para mostrar su rechazo debido a que compartir aula sin mascarilla no garantizaba su seguridad.

Atendiendo a la demanda de los profesores, la consejería desechó la opción y se mostró con una postura más contundente en la que defendió que sin mascarilla las menores no podrían entrar en el centro y añadió que las jóvenes recibirían un seguimiento educativo en casa, aunque en un primer momento generó dudas sobre si este seguimiento suponía que recibirían clases en casa. 

Finalmente, el secretario de Educación volvió a comparecer para precisar que el seguimiento educativo no era sustitutivo de la educación en casa ya que la ausencia de las menores no estaba justificada y fue entonces cuando avanzó que se aplicaría el protocolo de absentismo.

De manera paralela, la Junta avanzó que había remitido documentación a la Fiscalía provincial para que elaborara un informe que depurara responsabilidades. Sobre este asunto, Amaya concretó este martes que al margen de haber cerrado este caso, la Junta continuará con los trámites para solicitar la investigación al ministerio público que dote a la administración de herramientas y recursos en el caso en el que se produzca una situación similar en el futuro. Justificó la continuación del informe en los tribunales en la necesidad de contar con «ejemplos que sirvan para tener en cuenta cómo actuar cuando no prime el interés superior del menor, cuando tengamos constancias o indicios de que se pueden estar vulnerando algunos de los derechos fundamentales».

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Del mismo modo, puso de manifiesto el agradecimiento de la administración a la familia de las niñas por su «predisposición para escuchar» y su «diálogo constante». «Gracias a las estrategias de mediación podemos decir que sin necesidad de acudir a otras instancias que sobrepasan los límites estrictamente educativo, desde el diálogo, con normas y documentos y protocolos propios de la Educación se ha resuelto felizmente un conflicto», recalcó. 

Por último, quiso incidir en sus declaraciones que en este caso «siempre ha primado el interés superior del menor, siempre ha primado la integridad de estas niñas, sin poner en peligro la salud y la seguridad del resto de miembros de la comunidad educativa».