Estudio español

Los neandertales comían aves y las cocinaban al fuego

Reconstrucción del rostro de un neandertal

Reconstrucción del rostro de un neandertal / EFE / Museo Nacional de Antigüedades de Países Bajos.

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Un trabajo liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha determinado que los neandertales capturaban durante la noche para su consumo chovas, una especie de aves de plumaje enteramente negro y tamaño similar al de las palomas.

En el estudio, que se publica en la revista 'Frontiers in Ecology and Evolution', participan investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont.

Hasta el momento, según ha informado la EBD-CSIC en una nota, la asociación entre los neandertales y estas especies se pensaba que era circunstancial y se debía a que ambos usaban los mismos refugios.

Los neandertales, que habitaron zonas templadas de Europa y el centro de Asia hasta su extinción hace unos 40.000 años, son conocidos por su dieta de grandes herbívoros, compuesta por caballos, cabras y bóvidos salvajes; si bien, en los últimos años se han acumulado evidencias de que su dieta era variada e incluía plantas, pequeños mamíferos, algunas aves y hasta invertebrados.

Entre los fósiles de aves que se encuentran con más frecuencia en las cuevas que ocuparon están los de chova piquirroja y chova piquigualda, especies que forman agregaciones para dormir en el interior de las simas y desde el Neolítico también están presentes en construcciones humanas.

"Recientemente, se ha podido demostrar que algunos huesos fósiles de chova procedentes de yacimientos neandertales presentan marcas de procesamiento y consumo por parte de los humanos. Sabemos, además, que algunos de esos huesos fueron cocinados al fuego", ha apuntado Guillermo Blanco, investigador del CSIC en el MNCN-CSIC.

Buen aporte de proteínas

El trabajo revisa datos de los yacimientos neandertales con presencia de huesos fósiles de chova piquirroja y chova piquigualda, especies que proporcionarían un buen aporte proteico a un neandertal.

"Tanto estas aves como los antiguos humanos solaparon sus áreas de distribución en Eurasia durante un largo periodo de tiempo. De hecho, aparecen en yacimientos de distintas épocas desde la península Ibérica hasta el Cáucaso. Por tanto, el hábito de consumirlas fue extenso, en el tiempo y en el espacio, y debió de producirse con cierta frecuencia", ha explicado Juan José Negro, científico del CSIC en la EBD-CSIC.

Para determinar cómo pudieron capturar estas especies los investigadores recurrieron a lo que se conoce como método actualístico, es decir, inferir comportamientos pasados por analogía con hechos del presente.

"La captura a mano de chovas en las cavidades que empleaban para dormir en la noche, sin ninguna tecnología adicional más allá de fuentes de luz portátil (antorchas), nos induce a pensar que los neandertales pudieron cazarlas cuando estas llegaban al anochecer a las cuevas para pasar la noche", ha señalado Antonio Sánchez-Marco, del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont.