Una reclamación histórica

El Maresme clama por una N-2 pacificada

El primer día de las autopistas gratuitas transcurre con normalidad y sin aglomeraciones

Los vecinos reclaman ahora que el eje viario se integre de forma ordenada en la trama urbana

Vecinos del Maresme celebran la gratuidad de la C-32, este martes, en Vilassar de Dalt.

Vecinos del Maresme celebran la gratuidad de la C-32, este martes, en Vilassar de Dalt. / Jordi Otix

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“¡Es un día histórico: hoy, por fin, David vence a Goliat!”, exclamaba la noche de este martes Antoni Esteban, el portavoz de la plataforma Preservem El Maresme, que nació hace más de 10 años para mejorar la deficiente movilidad en la comarca. La apertura de barreras de la autopista C-32 de peajes era el primer punto de una lista muy larga de reclamaciones, motivo por el que un centenar de vecinos de la zona se concentraron en Vilassar de Dalt para celebrarlo con una cena y un brindis. El evento culminó con el traspaso de las barreras del peaje con el coche, esta vez - la primera en 52 años - sin tener que pagar. 

Pero aunque se haya ganado la batalla, no ha terminado la guerra. Durante su parlamento, Esteban expuso los siguientes objetivos de la plataforma que, en un futuro, se convertirán en propuestas específicas para ser trasladadas “a los políticos pertinentes”.

“Ahora empieza una nueva etapa en la que reclamamos un transporte público y de calidad; la conversión de la C-32 en una vía comarcal con carril VAO; la pacificación de la N-2 con carril bus y carril bici; y el blindaje urbanístico de los entornos de las ciudades de la comarca, como por ejemplo la construcción de más centros comerciales, para evitar la movilidad con el vehículo privado”, ha afirmado el portavoz.

En el primer día de autopistas gratuitas, la circulación en la AP-7, la AP-2, la C-32 norte y la C-33 en Catalunya ha sido fluida durante prácticamente toda la jornada, según informaron fuentes del Servei Català de Trànsit (SCT), que recordaron la recomendación hecha a los conductores de pasar por los antiguos peajes, ahora ya sin barreras, a una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora.

Distintos modelos

A los usuarios habituales la pacificación de los tramos urbanos de la N-2 nace con la mirada puesta en otras poblaciones catalanas a las que, hace ya una quincena de años, se les quitó el tráfico por dentro del pueblo. En todo el eje que une Lleida con Igualada, por ejemplo, la vieja N-2 dejó de ser una vía de alta densidad cuando se abrió al tráfico la autovía A-2.

En algunas localidades, como Tàrrega, la antigua travesía se ha incorporado urbanísticamente a la trama urbana. En otras, como Mollerussa y algunos municipios del Pla d'Urgell, la N-2 se ha convertido en una calle ancha con más tráfico que las otras del pueblo, pero aún con las aceras estrechas de hace 25 años. El modelo en las poblaciones para las poblaciones del Maresme debería acercarse más al de Tàrrega, dicen.

Activistas “famosos”

A la concentración de la medianoche dle martes en el peaje de Vilassar de Dalt, el más antiguo de España, también se unieron activistas históricos del movimiento antipeaje, como el excoordinador general del sindicato agrario Unió de Pagesos, Pep Riera, que remarcó que las luchas han sido “colectivas y compartidas” entre conductores y payeses, cuyas explotaciones agrícolas fueron “muy afectadas por las expropiaciones” para construir la C-32. Estuvo también Josep Casadellà, un vecino de Anglès (Selva), que se hizo conocido en 2012 cuando se negó a pagar un peaje en la AP-7 en un vídeo que se volvió viral. Su acción fue replicada por otras personas y se creó la plataforma ciudadana 'No vull pagar', que derivó en una acción multitudinaria en diferentes peajes de la AP-7 en toda Catalunya.

Tras la celebración del levantamiento de peajes, el centenar de vecinos y demás activistas recorrieron la C-32 de sur a norte en una marcha de vehículos para liberar simbólicamente los tres peajes que había activos en la comarca hasta el martes por la tarde. Y algunos de ellos se han llevado las barreras de recuerdo.