Familiares exigen responsabilidades por la muerte de 7 ancianos en un geriátrico de Girona

El Defensor del Paciente ha solicitado por escrito al Fiscal Superior de Catalunya que intervenga e investigue la muerte de siete abuelos a la residencia Torreblanca de Sant Joan les Fonts (Girona) como consecuencia de un brote de coronavirus. En un comunicado, el organismo insta al fiscal que tome medidas «para evitar tanta muerte y tanta falta de responsabilidad de residencias y administración», y apunta que una vida no se puede perder «sin que nadie asuma responsabilidades».

El brote se detectó a principios de agosto raíz de una criba entre los profesionales del centro, y a partir de aquí se activaron los protocolos. Después de detectar los primeros positivos en los trabajadores, se analizó el estado de los residentes. En una primera prueba se detectaron cinco casos, pero posteriormente afloraron más, hasta llegar a la quincena actual. El comunicado agrega que quienes pagan las consecuencias son los ancianos, «que sabemos que se pueden contagiar, por falta de prevención y por la no exigencia de controlar y exigir a los trabajadores que se vacunen», y también «por el descontrol con los familiares»

El defensor del paciente fundamenta su petición en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que obliga a las personas que por cargo u oficio tengan noticia de algún delito público a denunciarlo ante el fiscal.

Trabajadora con covid

Algunos de los familiares de los siete usuarios que murieron por el brote de covid que se detectó en la residencia Torreblanca Sant Joan de les Fonts (Garrotxa) se plantean denunciar al centro. Según ha explicado Rosario, hija de Luciana, una de las fallecidas, a Efe se han enterado que "había una trabajadora que fue a trabajar con covid, que se lo comentó a una compañera a la que le dijo que tenía que trabajar aunque tuviera covid".

"Estamos estudiando denunciarlos porque no queremos que vuelva a pasar más", ha afirmado Rosario a las puertas del centro. Además, los familiares no entienden que ellos, para visitar a sus familiares, tienen que hacerse un test pero no los empleados: "A nosotros nos controlan mucho, ¿por qué a los trabajadores no?", se ha preguntado.

Rosario ha explicado que su madre, que estaba vacunada, pasó la covid hace meses y ahora volvió a contagiarse "Tenía muchas patologías. Cuando volvió a pasar la covid nos dijeron que ya estaba mejor y que en unos días la podríamos ir a ver. Pero después nos llamaron que si queríamos verla viva teníamos que ir, que se estaba muriendo", ha relatado.

Cribado entre empleados

La residencia está gestionada por la cooperativa Suara y el brote que se detectó a principios de agosto ha contagiado a 15 de los 53 usuarios, así como a seis de los 54 trabajadores. El primer positivo se detecto en un cribado que se hizo entre los profesionales del centro.

Tras detectar los primeros contagios en la plantilla, fueron controlados los residentes. En esta primera prueba se detectaron cinco casos, pero posteriormente han aflorado más, hasta llegar a la quincena actual. Además, el brote ha provocado la muerte de siete residentes, entre ellos, Luciana la madre de Rosario.

Dos pruebas a la semana

Por su parte, la residencia Torreblanca emitió ayer un comunicado donde lamenta la muerte de los 7 residentes y da el pésame a los familiares y amigos de las víctimas. La empresa informa que a la residencia se sigue un estricto control de seguridad, que incluye cribas semanales con PCR en todo el equipo de profesionales, 2 tests de antígenos en la semana a los trabajadores no vacunados, incorporación con una PCR negativa al volver de vacaciones y comunicación constante de la médica del centro con los servicios de Salud. Así, informan que actualmente están trabajando con las autoridades sanitarias para reforzar las medidas de seguridad. Paralelamente, informan, el centro ha abierto una investigación «para determinar las causas que han provocado esta situación».