Entrevista

Francesca Bria: "Las ciudades europeas deberían ser uno de los motor de la transición verde"

La visionaria digital elegida por la Comisión Europea para el proyecto Nueva Bahaus que se inspira en Barcelona

Francesca Bria

Francesca Bria

Irene Savio

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Francesca Bria (Roma, 42 años) descuelga el teléfono y pide un minuto para encontrar un lugar apartado en el que hablar. Ha encajado la cita, explica, en su apretujada agenda, engrosada ahora por los últimos compromisos que acaba de asumir. Es tal vez un síntoma de los tiempos. Después de años de defender la necesidad de políticas más inclusivas y que den prioridad a la soberanía digital de las personas, el mensaje ha llegado a Bruselas. En concreto: a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien la eligió para integrar el proyecto Nueva Bauhaus Europea, una iniciativa cuyo objetivo es moldear las ciudades europeas del futuro. Una tarea por la que esta docente de la University College de Londres, y asesora de ONU-Habitat, cree que un buen punto de partida es Barcelona, ciudad de la que fue comisionada de Tecnología e Innovación Digital.

-¿En concreto, qué es la Nueva Bauhaus Europea? Es una iniciativa que busca apoyar el Pacto Verde Europeo (Green Deal) con un movimiento social, artístico y cultural para crear nuevas formas de habitar las ciudades y los territorios europeos de una manera más sostenible. Creemos que el Green Deal solo se podrá realizar de una manera completa si se piensa y se actúa de una manera interdisciplinaria, uniendo arte, ciencia y tecnología. Por eso, von der Leyen ha dado en el clavo. En el apogeo de la era modernista de las décadas de 1920 y 1930, la Escuela de la Bauhaus fue la piedra angular de muchos modelos filosóficos, prácticas holísticas y encarnaciones físicas del concepto de "sostenibilidad". Entonces ecología y diseño se fusionaron y sentaron las bases del modernismo arquitectónico. Necesitamos un modelo similar hoy. 

-¿En qué consiste su trabajo y quiénes son sus colegas? El grupo está formado por artistas como Olafur Eliasson, diseñadores y arquitectos como Shigeru Ban y Bjarke Ingels, climatólogos como Hans-Joachim Schellnhuber, y activistas como Sheela Patel y Gina Gylver. Nuestro trabajo es el de elaborar contenidos, generar debates, e inspirar a las comunidades con proyectos concretos. Ya hemos recibido más de 1.500 propuestas a través de nuestra página web.

“Europa debe controlar su ‘cloud’, sus datos, su inteligencia artificial, sus microprocesadores, su 5G y su tecnología cuántica”

-Nos importa más la economía que proteger el ambiente. ¿Cómo lo cambiamos? Una gran tarea que tenemos delante es hacer que la economía se adapte al siglo XXI, que se corrijan los desequilibrios de poder que esta genera y comience a funcionar para todos y para el planeta. Por eso será clave la implementación de nuevos modelos de economía circular, y reducir la concentración de riqueza. 

-Dice que quiere exportar el ejemplo de Barcelona. ¿Qué en particular? Barcelona es un muy buen ejemplo de ciudad que está intentando convertirse en laboratorio de innovación sostenible y democrática, que ha combinado estrategias para avanzar hacia la neutralidad de carbono a través de la democracia participativa, de la democratización de los datos y las tecnologías digitales. El ambicioso plan medioambiental ‘Superillas’ es un ejemplo de ello. 

"Barcelona es un muy buen ejemplo de ciudad que está intentando convertirse en laboratorio de innovación sostenible y democrática"

¿Cuáles son las principales problemas de las urbes europeas? La pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad y vulnerabilidad de nuestras ciudades, así como sus desigualdades sociales y económicas, en lo que concierne estatus, vivienda y acceso a los recursos. Por esto, las personas más afectadas por la pandemia fueron las más vulnerables, que son también aquellas con mayores dificultades para acceder a los servicios sanitarios públicos y a la seguridad social, jóvenes y mujeres en particular. Será importante reorganizar la vida urbana teniendo en consideración estas realidades. 

-¿Las ciudades están listas para esta misión? Las ciudades europeas deberían ser uno de los motores de la transición verde, pero también de la transición digital; esto, preservando los derechos fundamentales de las personas y reconquistando democráticamente el control de nuestros datos. 

-Y, sin embargo, la Unión Europea parece haberse quedado atrás en la defensa de su soberanía digital, y tiene una hiperdependencia de EE.UU y China. Europa está canalizando gran parte de sus esfuerzos para regular de una manera más estricta y completa el sector tecnológico. Medidas audaces como la Ley de Mercados Digitales y el ‘Data Act’ tienen como objetivo fortalecer la competitividad y las leyes antimonopolio. 

-¿Qué falta? Una defensa sólida de la soberanía digital de Europa requiere tres elementos adicionales. En primer lugar, Europa debe hacerse con capacidades tecnologías propias, lo que significa controlar su ‘cloud’, sus datos, su inteligencia artificial, sus microprocesadores, su 5G y su tecnología cuántica. Segundo, es importante que se defienda la soberanía de los datos de los ciudadanos europeos e impulse un modelo centrado en las ciudades y en la participación democrática. Tercero, es necesario que Bruselas promueva la creación de un sistema para resolver las controversias tecnológicas de una manera amistosa y diplomática, que eviten guerras comerciales prolongadas como la entre Washington y Beijing. No debemos ser una colonia digital ni aceptar el modelo del ‘capitalismo de vigilancia’ de Silicon Valley o el autoritarismo digital de China. Europa puede ofrecer un nuevo humanismo.

"Europa necesita de Barcelona como un sólido ejemplo de digitalización democrática y sostenibilidad"

-Estuvo vinculada a Indymedia, un medio alternativo de los 90 ligado al movimiento antiglobalización. ¿Su visión es herencia de aquello? Indymedia fue la primera y más grande red mundial de periodismo ciudadano y desarrolló un sistema de ‘open publishing’ antes que surgieran redes sociales comerciales. Tanto que muchas personas activas en la red Indymedia contribuyeron posteriormente al desarrollo de redes sociales como Twitter, Flicker, reddit y Facebook. Sin embargo, ese no era el objetivo original; queríamos poner la tecnología al servicio de las comunidades, éramos parte del movimiento del software libre y soñábamos con construir tecnologías de interés público. Sin embargo, otros proyectos como la plataforma Decidim y DECODE que ayudé a crear van en esta dirección.

-¿Volverá a trabajar en Barcelona? Sigo en contacto con la alcaldesa Ada Colau y otras personas de su administración. Y también integro la red de innovación de la ciudad, así que espero que sí haya otras oportunidades en el futuro. Europa necesita de Barcelona como un sólido ejemplo de digitalización democrática y sostenibilidad. 

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