Blanca Santos: "Hay que cuidar la salud mental desde la infancia"

Blanca Santos lleva años trabajando como psicóloga infantil para el programa CaixaProinfancia, atendiendo a adolescentes y a niños y niñas en riesgo de exclusión social en el Casal dels Infants del Raval-Sant Adrià, del que es psicóloga de referencia. La pandemia deja muchas secuelas en salud mental, y más en las familias vulnerables. La salud mental, defiende, debería ser una prioridad para los gobiernos.

-Malos tiempos para ser joven.  

-Uf, terrible. La adolescencia es justamente la franja de edad que más ha sufrido con la pandemia. Porque es la edad de socializar, de empezar a separarse de la familia, de juntarse con los iguales y de comenzar a ser un adulto, entrando y saliendo de casa. Y se han encontrado 24 horas conviviendo con los padres, unos padres además muy estresados por la situación. Sin poder salir, los jóvenes han estado enganchados a las pantallas a todas horas, muchas más de las que son recomendables. Es también una etapa muy delicada en cuanto a imagen corporal y estamos viendo un incremento, especialmente entre las chicas, de trastornos alimentarios. 

-Y en familias vulnerables, peor.

-Sí, la situación es mucho más compleja. En algunos casos, se dieron unas dificultades que son insuperables a nivel personal, como pérdidas de empleo de los adultos responsables, dificultades para cubrir las necesidades básicas, como la alimentación, no todo el mundo tenía tableta o conexión a internet para seguir las clases, o pasar el confinamiento en una habitación o en unos bajos sin luz natural. ¡Hay niños que no han visto la luz del sol en dos meses! Eso por no hablar de los que han tenido que afrontar pérdidas de seres queridos o de los niños y niñas que viven en familias en las que sufren abusos sexuales, físicos o violencia machista y que se quedaron atrapados en sus casas sin ninguna vía de salida.

-¿Qué alteraciones están detectando? 

-Hay un claro aumento de trastornos de ansiedad, miedos, depresión, apatía, desmotivación, trastornos somáticos… Y una cosa muy significativa es el incremento de los trastornos obsesivos compulsivos. También crecen las autolesiones, las ideaciones suicidas e intentos de suicidio. Eso hace tres años no pasaba. 

-Es que no se puede comparar la situación con nada de lo que hemos vivido antes de la pandemia.

-No, no hay un precedente en nuestra época. Y para mí aquí es donde debería empezar una verdadera transformación a nivel político. La salud mental debería ser primordial, se debería mimar mucho, porque al final nuestra salud es quién somos. Y hay que cuidarla desde la infancia. Muchas de las patologías que aparecen de adultos han empezado en la infancia.

-¿Qué hay que hacer?

-Los gobiernos deberían apostar por poner psicólogos en todos los centros de salud y en todos los colegios. Es verdad que hay atención de salud mental, pero es insuficiente, va muy coja. Los profesionales que trabajan son pocos y están saturados. Deberíamos tener una atención primaria de salud mental importante y de calidad. Hoy por hoy, la atención psicológica llega realmente a pocas familias. Se están haciendo cosas y hay iniciativas, pero es necesaria esa apuesta de los gobiernos. Todo el mundo tiene que reponerse emocionalmente. En este sentido, CaixaProinfancia hace un servicio que ya quisieran para sí muchos gobiernos.

-¿Hay que dar piscoeducación en las escuelas?

-Una asignatura estaría bien, es necesario, pero siempre impartida por profesionales. Pero sobre todo se necesitan más psicólogos en las escuelas. Muchos centros tienen un servicio de psicopedagogía que vela por la salud de los alumnos, pero a menudo solo hay un profesional para atenderlo. Eso hay que reforzarlo. No se trata de controlar las emociones, sino de entender síntomas y saber que si los tienes, debes acudir a un profesional.  

-Un deseo para este verano y para la vuelta al cole.

-Que disfrutemos. Ya no estamos encerrados, podemos hacer muchas cosas. Y que los niños y niñas no tengan que volver al cole con la mascarilla. Ha sido muy duro para ellos.