Verano fatídico

Catalunya, en fase de emergencia por los incendios forestales

 Los Bombers de la Generalitat han ordenado el confinamiento de Sant Martí de Tous y también de la vecina Santa Maria de Miralles

110 personas residentes en 53 masías de la zona han sido desalojadas de sus casas en las últimas horas, una cifra a la que deben añadirse dos grupos de colonias

Vista del incendio que este domingo sigue quemando en Conca de Barberà y Anoia.

Vista del incendio que este domingo sigue quemando en Conca de Barberà y Anoia. / Europa Press / Lorena Sopena

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

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El fuego que arde en las comarcas de la Conca de Barberà y de Anoia ha abrasado 1.300 hectáreas en 24 horas y al cierre de esta edición seguía amenazando a la demarcación de Sant Martí de Tous. Los Bombers de la Generalitat han ordenado el confinamiento de esta población y también de la vecina Santa Maria de Miralles. Además, 110 personas residentes en 53 masías han sido desalojadas de sus casas en las últimas horas. Una cifra a la que deben añadirse dos grupos de colonias. El primero se encontraba de acampada y el segundo, integrado por 26 menores, en una casa rural.

A pesar de los esfuerzos de los equipos de extinción, las llamas continuaban sin control gracias a una masa forestal seca, tupida y en mal estado. Posiblemente la mano del hombre esté detrás de este incendio, como lo estuvo en los recientes de Martorell -200 hectáreas- o del Cap de Creus -415 hectáreas-. El fuego se inició junto a una carretera de Santa Coloma de Queralt y, tras horas de investigación de los Agents Rurals sobre el terreno, dos hipótesis han cobrado fuerza: chispas provocadas accidentalmente por un vehículo de motor o una colilla lanzada por la ventanilla por un conductor. Pero con independencia de quién prendió la mecha, el abandono de los bosques y el efecto del cambio climático se encargaron de carbonizar la Serra de Queralt: casi mil de las hectáreas calcinadas son de pino y encina. El rodillo de fuego ha dejado el lomo de estos montes tintados de negro.

Protecció Civil ha activado este domingo la fase de emergencia del Pla Infocat y los Bombers de la Generalitat, el M2 que implica la incorporación forzosa de cuantos funcionarios reclame el cuerpo. La simultaneidad de incendios forestales en Catalunya ha desencadenado un contexto muy complicado. El fuego más preocupante, y ya el más grave de 2021, ha sido el que ha comenzado en Santa Coloma de Queralt porque, además del área ya devorada, amenaza a una superficie total de más de 5.000. Las horas que afrontan esta noche los bomberos son críticas.

Jornada muy complicada

No ha sido el único frente abierto este domingo. Al mediodía, los bomberos han logrado dar por controlado el incendio en el Massís del Montgrí (Baix Empordà), que quemaba desde el jueves. Y han podido estabilizar el fuego de Ventalló (Alt Empordà), aunque este último aún no se da por controlado -esto significa que no hay en estos momentos ningún frente activo y que el perímetro está rodeado pero el riesgo de que se reanime es todavía real-. Este contexto ha obligado a los bomberos a dividir los esfuerzos y a cruzar los dedos para que no aparezcan en los días posteriores más incendios en un mapa de riesgo forestal que sigue siendo extremo en varios puntos de la geografía.

La última vez que se activó la fase de emergencia del Pla Infocat fue con motivo del fuego de la Torre de l’Espanyol o de la Ribera d’Ebre, que abrasó 5.000 hectáreas en junio de 2019. El M2 decretado para los bomberos significa, de momento, que deben acudir a reforzar los parques todos aquellos funcionarios localizados y cuyas bases tengan vehículos desplazados a alguno de los tres incendios. Una muestra clara de que al cuerpo de emergencias le preocupa lo que está pasando en Catalunya pero también lo que pueda pasar. Por el mismo motivo se ha activado la citada fase de emergencia del Infocat.

Incendio en la Conca de Barberà y l'Anoia, este sábado

El mapa de riesgo de incendios forestales que diariamente elaboran los Agents Rurals marca como riesgo extremo la zona del Cap de Creus (Alt Empordà) y también la zona del Massís del Montgrí (Baix Empordà). Ambos son lugares que han sido escenario de fuegos importantes -más de 400 hectáreas el primero y casi 100 el segundo- en los últimos días. Gran parte del resto del territorio se encuentra en fase 2, la inmediatamente inferior a la de máximo riesgo. Las comarcas de la Conca de Barberà i de Anoia, afectadas por el fuego de Santa Coloma, están en esta fase 2. 

El 'president' Pere Aragonès, desplazado de urgencia hasta al centro de coordinación desplegado en el pabellón deportivo de Santa Coloma de Queralt, ha pedido a los ciudadanos que extremen la prudencia para no provocar nuevos fuegos que resultarían fatales para unos equipos de extinción muy estresados. 

Aragonès también ha agradecido la ayuda estatal que brinda la UME y los medios aéreos. “Hemos pedido ayuda y la hemos recibido”, ha reconocido mientras detallaba que esta mañana ha hablado con el presidente Pedro Sánchez y pedía a la sociedad catalana que se conciencie en ayudar con estas dos comarcas que sufren las llamas.

El fuego de Santa Coloma de Queralt prendió el sábado por la tarde y se propagó a gran velocidad gracias a la existencia de campos de trigo que a finales de julio se encontraban en su fase de máximo crecimiento antes de una siega inminente. Ese combustible permitió a las llamas alcanzar los bosques protegidos de la Serra de Queralt. El flanco izquierdo de un frente activo que avanza en dirección este se ha convertido en el más peligroso debido a la fuerza que recibe de un viento de componente distinto: el de marinada. Ese giro a la izquierda es el que pone en jaque al municipio de Sant Martí de Tous y Santa Maria de Miralles. 

Campos como cortafuegos

Los 300 bomberos y los 216 soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME) con 66 vehículos --todos ellos desplazados del cuarto batallón de intervención en emergencias con sede en la base aérea de Zaragoza- cuentan con el apoyo desde el aire de 16 aeronaves (11 de la Generalitat y 5 estatales) y con la labor voluntaria de los ADF (Agents de Defensa Forestal) y de los payeses que se apresuran a labrar sus terrenos para intentar que sus campos actúen como cortafuegos. El 'conseller' de Interior, Joan Ignasi Elena, ve esta medida oportuna para contener la situación actual, a pesar de que no está exenta de riesgo porque la actividad agrícola podría producir nuevos focos. 

Josep Navarro, edil de Agricultura de Santa Coloma, es uno de los muchos que se han subido al tractor y se han puesto a labrar terreno. “Nos lo han dicho a las dos del mediodía pero ya éramos conscientes de que convenía hacerlo”, explicaba. El incendio ha levantado una columna de humo y fuego visible a 60 kilómetros de distancia y sus cenizas han llegado a algunos barrios de Barcelona.

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