Protección del planeta

Italia blinda Venecia de los grandes cruceros

La diplomacia italiana salva a la ciudad de los canales de ser incluida, por ahora, en la lista de patrimonios de la humanidad en riesgo

Un crucero cerca de la plaza San Marcos, en Venecia

Un crucero cerca de la plaza San Marcos, en Venecia / AFP / Tiziana FABI

Irene Savio

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Venecia se ha librado finalmente de ser incluida en la lista de patrimonios de la humanidad en riesgo. La decisión ha sido tomada por el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, reunido en la ciudad china de Fuzhou, después de que la semana pasada el Gobierno italiano decidiese prohibir la entrada de cruceros en los canales más céntricos de la icónica ciudad italiana, según ha anunciado el ministro italiano de Cultura, Dario Franceschini. Esa era la condición ‘sine qua non’ que la organización de la ONU le exigía a Italia, y que la diplomacia del país promovió 'in extremis' para evitar el cambio de estatus.

“Gracias a la decisión del Gobierno acerca del bloqueo de grandes naves delante de San Marcos y el canal de la Giudecca se ha alcanzado este primer e importante resultado”, ha aplaudido Franceschini. El ministro se ha referido así al decreto por el cual, a partir del 1 de agosto, Italia le negará el paso a las naves que tengan una de estas características: más de 25.000 toneladas de peso, una eslora superior a 180 metros, una altura de 35 metros, o que emitan más de un 0,1% de azufre.

La noticia también ha sido festejada por varias organizaciones contrarias a los cruceros. “Sin dudas es una grandísima victoria, también fruto de nuestras luchas”, ha dicho, en declaraciones a EL PERIÓDICO, Tommaso Cacciari, uno de los líderes de No Grandes Naves. “Eso sí, espero que esto no se convierta en un álibi para no reparar los daños causados por más de 20 años de turismo masivo, lo que ha degradado y despoblado el centro histórico de Venecia”, ha añadido Cacciari, al recordar que en 2019, el año previo a la pandemia, llegaron 32 millones de turistas a una ciudad que hoy tiene unos 50.000 residentes.

Barcelona y Mallorca

El asunto es que, al igual que ha sucedido en Barcelona y Mallorca, el turismo ha aumentado con el pasar de los años, con sus profundas secuelas medioambientales y socioeconómicas. Ni la vuelta a la normalidad, con la pandemia en remisión en junio en Italia, supuso un giro definitivo. Lo reflejó, a mediados de ese mes, el paso por el canal de la Giudecca del crucero 'MSC Orchestra', de 92.000 toneladas, lo que dejó atónito a más de uno. De ahí que los ecologistas prometan seguir dando batalla.

“El nuevo decreto aprobado es un paso hacia adelante, pero lamentablemente los problemas de Venecia hoy son muchos más. La ciudad no tiene un plan para afrontar la crisis climática”, ha observado, preguntada por este diario, la ambientalista y zoóloga Jane da Mosto, fundadora de la oenegé We Are Here Venice. “Es necesario un cambio de mentalidad radical”, ha añadido da Mosto, al sugerir que el éxito o fracaso en la resolución de las dificultades de Venecia también afectará a otras ciudades con situaciones similares.

“Por no hablar del hecho que el Gobierno también ha previsto resarcimientos para las compañías de cruceros. ¡Con dinero público! Pero si son ellos los que, por más de dos décadas, han contaminado y acelerado la erosión de los cimientos de Venecia”, ha lamentado Cacciari. Unas quejas que hablan de que la historia no acaba aquí, más aún que es posible que el estatus de Venecia -que, esta vez, se habría salvado gracias al voto del representante de Etiopía- volverá a discutirse en otra reunión del comité de la Unesco en 2023.

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