Almudena Castro-Girona: “Nuestra guía jurídica rompe barreras y estereotipos”

La guía jurídica ‘Más de 100 preguntas sobre la discapacidad’ en Catalunya, elaborada por la Fundación Aequitas, del Consejo General del Notariado, y la Fundación ‘la Caixa’ y presentada esta semana, pretende resolver las dudas más frecuentes que atañen a las personas con discapacidad, a sus familias y a los profesionales del sector. Para Almudena Castro-Girona, directora de Aequitas, este manual rompe barreras y estereotipos.

-¿Cómo nace la idea de la guía? 

-Tanto Aequitas y como Fundación ‘la Caixa’, que llevamos mucho tiempo trabajando juntos, detectábamos la existencia de una gran confusión y desinformación. Se confunde, por ejemplo, el certificado de discapacidad con el de dependencia o ante un problema no se sabe a quién acudir… De ahí la necesidad de informar de forma clara, sencilla y asequible. Pedimos tanto a las asociaciones como a las personas con discapacidad que nos hicieran una lista de preguntas de temas que les interesaban, desde qué pasa con la persona discapacitada cuando sus padres fallecen a dudas testamentarias o las figuras que existen en materia de apoyo. Nosotros añadimos otras y las contestamos.

-Pero decidieron ir más lejos. 

-Sí, pensamos que si dábamos esa información, malo sería que no la entendieran las personas con discapacidad cognitiva. Y de ahí surgió la idea de la adaptación a la lectura fácil. La guía se ha editado en lectura ordinaria y lectura fácil, que al final ayuda a todos los ciudadanos, porque a los que no sepan derecho les es mucho más fácil entenderlo.

-Arduo trabajo hacer comprensible el lenguaje jurídico. 

-Hemos trabajado notarios, médicos, fiscales, abogados, jueces. Es difícil, pero es lo que hacemos a diario, explicar las cosas de manera sencilla. Sin perder rigor jurídico, en la guía explicamos cuestiones que son complejas desde el punto de vista jurídico. Y la parte más bonita, por supuesto, ha sido la adaptación al lenguaje fácil. De eso se ha encargado una cooperativa de personas con discapacidad de Sant Andreu de la Barca.

-¿Cómo se hace la adaptación?

-Un equipo de trabajadores sociales o gente formada para poder traducir a un idioma universal sencillo van haciendo la adaptación, que luego es validada por personas con discapacidad que trabajan en esto. Ya posteriormente lo revisamos nosotros para comprobar que no se ha perdido rigor jurídico. O sea, que de forma llana dice lo que tiene que decir. Todos vemos las rampas, los ascensores y las muletas, pero para las personas que tienen discapacidad intelectual o psicosocial, sus rampas y sus ortopedias son la adaptación a un lenguaje sencillo. Debería obligarnos a todos.

-¿La desinformación puede conllevar una vulneración de derechos?  

-Hicimos una primera guía dedicada a las personas mayores. Y esta misma idea de desinformación la veíamos en el sector de la discapacidad. Por ejemplo, incapacitar a una persona para obtener un certificado de discapacidad, una prestación social o una plaza en una residencia. Incapacitar para todo y eso es una locura. 

-O sea, que se ha abusado de la incapacitación.

-Se han matado moscas a cañonazos. La incapacitación supone la privación a la persona de la posibilidad de ejercitar sus derechos. La convención de Naciones Unidas dice que si una persona con discapacidad necesita apoyo para ejercitar un derecho, el Estado le debe proveer de ese apoyo. Pero nuestra norma interna lo que decía es que si no puede ejercitarlo, se le quita el derecho y que lo ejerza otro en su nombre. 

-¿La guía es también una herramienta de inclusión?

-Absolutamente. Rompe barreras y estereotipos que entre todos tenemos que borrar. Hay que empoderar a las personas con discapacidad y la guía lo hace. Queremos que se ejerzan sus derechos en condiciones de igualdad. Y rompe una barrera muy grande con la adaptación a lectura fácil, la de la accesibilidad jurídica. A día de hoy todos tendríamos que tener grabado a fuego que todo lo que produzcamos pueda ser adaptado a lectura fácil.