Sector golpeado

El ocio clama contra el cierre de toda opción de diversión nocturna reglada

El recorte horario a las 0.30 horas incluso para las terrazas de los locales subleva al sector

La restauración pide al Govern poner el foco en los encuentros sociales fuera los circuitos regulados

Prueba piloto para el ocio nocturno en Sitges, el mes pasado.

Prueba piloto para el ocio nocturno en Sitges, el mes pasado. / Kike Rincon/Europa Press

Patricia Castán

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El ocio nocturno y, en menor medida, la restauración vuelven a estar en el saco de los grandes perjudicados por la pandemia. Con las cifras de contagio absolutamente disparadas en Catalunya, las restricciones anunciadas ayer por el Govern suponen el cierre de toda actividad de ocio nocturno reglada. Echa el cerrojo a la última opción que le quedaba al sector, tras las limitaciones vigentes desde el viernes, que en el caso de bares musicales, restaurantes musicales y discotecas significaba poder funcionar hasta las 2.30 horas o las 3.00 (estas últimas), más media hora para recoger, siempre y cuando tuvieran terraza y limitando el servicio a dicha zona. "Es un cierre encubierto, una medida de cara a la galería", arremeten ahora desde la patronal Fecasarm, dado que la mayoría de estos establecimientos bajarán la persiana.

Esta asociación cree que el nuevo paso de la Generalitat es "una medida de cara a la galería, totalmente ineficaz", que llega después de que se impusieran al sector unas medidas sanitarias de cumplimiento "imposible" (en lugar de las pruebas previas de antígenos que reivindican hace meses), opina su secretario general, Joaquim Boadas. Y que, además, "aboca" a los jóvenes a las fiestas ilegales y botellones, empeorando los conflictos de convivencia que está generando en muchos barrios y el nulo control de las medidas preventivas en la vía pública.

Desde que el pasado día 9 se volviera a dictar el cierre del ocio nocturno salvo en establecimientos con terraza (solo se podía acceder al interior para utilizar los servicios) y con las mencionadas franjas horarias, muchos negocios se habían aferrado a esta opción. Las mesas de las terrazas de los restaurantes y clubs del Front Marítim, por ejemplo, eran la vía de escape para mantener muchos puestos de trabajo y tenían una enorme demanda, informa un portavoz del eje. Ahora, incluso estos espacios tendrán que apagar las luces a las 0.30 horas, justo tras las cenas. Otros negocios de la ciudad con actividad complementaria a la gastronomía, como los restaurantes musicales (actividad implantada en 2011), donde se podía tomar una copa a la fresca, han corrido la misma suerte.

Boadas cree que las nuevas decisiones "arruinarán a miles de familias innecesariamente", algo que se podría haber evitado con los test previos, como se hace en festivales musicales, mantiene. La misma tesis defienden en otros municipios con gran actividad de ocio, explica entre otros, Eduado Abenojar, desde la Asociación de Restaurantes i Ocio Nocturno de Salou.

"No frenará contagios"

Desde otra patronal catalana, la Fecalon, su homólogo Fernando Martínez, insiste en exigir transparencia sobre los datos y argumentos del Departament de Salut con los que justificaron las restricciones de la semana pasada. Ha presentado al Govern una petición de información sobre los supuestos 25 brotes detectados en discotecas y reclama la misma información en el ámbito de fiestas ilegales y botellones masivos. Insiste en que "el cierre de empresas incrementa los problemas de convivencia y no ayudará a ralentizar la velocidad de contagio sino todo lo contrario".

En el ámbito de la restauración (licencias de cafetería, bares y restaurantes normales) diversos operadores consultados dicen no entender el recorte que en su caso es de media hora (podían abrir hasta la 1.00 hasta ahora), ya que complica el segundo turno de cena, por ejemplo, sin que se le vea una potencial efectividad en cuanto a contagios del covid-19. Es más, posiblemente ese público desalojado permanezca un rato tomando algo en la calle, aducen.

El Gremi de Restauració de Barcelona cree que el impacto sobre la actividad será relativo pero sí "afecta anímicamente a la ciudadanía y a los propios restauradores", en la medida en que supone "dar pasos atrás". Su director general, Roger Pallarols, destaca que estos establecimientos han funcionado de "forma estable desde Semana Santa con una incidencia nula sobre la evolución de contagios". Por ello, quiere "animar a la Generalitat a centrar la mirada en los encuentros sociales que se producen fuera de entornos reglados". Muchas veces "mutitudinarios, donde participan personas no vacunadas y sin cumplir medidas sanitarias". "Es ahi donde están los focos de transmisión", insiste.

Recuerda que los restauradores están "al límite", "angustiados por las deudas y el miedo a que el verano se complique y vaya de mal en peor".

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