La otra pandemia

La crisis de salud mental preocupa a los gobiernos europeos

Francia ha creado unos 'cheques' para que los jóvenes puedan ir gratuitamente al psicólogo e Italia ha puesto en marcha un observatorio para evaluar la situación

Un joven se cubre la cabeza en plena depresión.

Un joven se cubre la cabeza en plena depresión. / Ferran Nadeu

Irene Savio
Irene Casado Sánchez
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La crisis de salud mental que ha desencadenado la pandemia del coronavirus ha encendido las alarmas en varios países europeos, sobre todo por el impacto que está teniendo sobre la población más joven. Algunos gobiernos han empezado ya a adoptar medidas para tratar de paliar la situación

Italia crea un observatorio sobre el suicidio

Uno de los últimos suicidas tenía 53 años y lo hizo en su café en Tiburtino, un barrio de Roma. “No había podido reabrir su cafetería y sufría de depresión”, dijeron sus colegas. Otro tenía 37 años, era de Turín, en el norte de Italia, y tomó la decisión después de descubrir que se había contagiado. Ha habido más episodios, de punta a punta de la península italiana, incluyendo varios casos de personas que lo intentaron y, afortunadamente, no lo han logrado.

Son centenares las personas que, desde el año pasado, han puesto fin a sus vidas en Italia, muertes que coinciden con la crisis económica provocada por la pandemia. La prensa nacional ha publicado la información a cuentagotas, quizá porque la ciencia dice que el riesgo es el de la emulación o porque aún no se puede explicar con claridad un fenómeno sobre el que todavía no hay datos definitivos, aunque algunos centros ya han empezado a lanzar la alarma en un país como Italia, que tradicionalmente ha tenido bajas tasas de muerte a mano propia. Tanto que, desde enero, la Fundación para la Investigación Psiquiátrica y Neurocientífica mantiene un observatorio que está estudiando la situación.   

El fenómeno es la punta del iceberg de un aumento generalizado de las personas que sufren de problemas mentales. En el último congreso de la Sociedad Italiana de Neuropsicofarmacología, se informó que se ha detectado que la mitad de las personas que se han contagiado en Italia han padecido trastornos psicológicos (sobre todo ansiedad, insomnio, estrés post-traumático y disturbios obsesivos-compulsivos), mientras que se estima que son al menos 150.000 los que han desarrollado síntomas, o han sufrido un empeoramiento de patologías ya preexistentes, por la crisis económica. IRENE SAVIO

Psicólogo gratuito para los jóvenes franceses

La salud mental de los franceses no se ha librado del desgaste provocado por la pandemia de coronavirus y agudizado por largos meses de restricciones sanitarias. “El impacto psicológico de la epidemia y del confinamiento es real”, advirtió el ministro de Sanidad, Oliver Véran, el pasado mes de noviembre, confirmando un “aumento significativo de los síndromes depresivos, [en] todos los perfiles demográficos”, pero, más marcado y preocupante, “entre aquellas personas con una situación financiera difícil” y “los jóvenes de 18 a 24 años”.

El estado de ánimo de los jóvenes, privados del ocio, del ambiente académico, de los trabajos temporales que permiten a muchos salir adelante, de los intercambios sociales más banales, por citar solo algunos de los efectos colaterales de la pandemia, ha llegado a convertirse en una verdadera preocupación, incluso para las más altas esferas del Estado. “Tenemos hoy un problema de salud que afecta a nuestros niños y adolescentes y que se añade a la epidemia”, insistió el presidente francés, Emmanuel Macron, en abril.

Para tratar de frenar la degradación psíquica que amenaza a la juventud francesa, el Gobierno anunció, a finales de enero, un sistema de 'cheques psy' destinado a facilitar a los jóvenes el acceso a un psicólogo, ofreciéndoles tres sesiones gratuitas. A fecha del 10 de abril, 905 estudiantes de toda Francia habían concertado una cita con un especialista a través de este dispositivo. Una cifra que parece minúscula teniendo en cuenta que, según un estudio de la Fundación FondaMental, una organización de cooperación científica dedicada a la lucha contra los trastornos psiquiátricos, dos de cada tres jóvenes consideran que la actual crisis de covid-19 tiene o tendrá un impacto negativo en su propia salud mental. IRENE CASADO SÁNCHEZ

El Reino Unido duplica los casos tras el covid

En Reino Unido, los últimos datos del gobierno revelan que los casos de depresión en el país se han doblado desde que empezó la pandemia pese a que las ayudas del gobierno han sido de las más altas en Europa. Es especialmente significativa la situación de los autónomos. El 71% reconoce que ha sufrido ansiedad o depresión. Uno de los afectados es el ciudadano español Carlos (no es su nombre real), que trabaja como diseñador gráfico y es autónomo. Ha recibido las ayudas del gobierno que compensaban parte de las pérdidas. 

En su caso el principal problema ha sido la convivencia en casa y, en concreto, la prohibición del gobierno de que los caseros puedan echar a los inquilinos. “Éramos cuatro personas en casa y llegó un chico nuevo justo antes de que se decretara el primer confinamiento y ha resultado ser una persona conflictiva que ha convertido la convivencia en un calvario con continuos abusos —explica Carlos, de 42 años—. Lo denunciamos al casero pero éste nos dijo que no podía hacer nada a no ser que cometiera un delito y tuviera que intervenir la policía”.  

Por su parte, Claire, una chica escocesa de 30 años que trabaja en Londres en una empresa de selección de trabajo, cuenta que sufrió ansiedad sobre todo durante los primeros meses de la pandemia. “Tenía pesadillas y me costaba dormir, sufría de insomnio me preocupaba sobre todo la salud de mis padres, que estaban en Escocia y no nos permitían viajar, era más una ansiedad personal porque mi sueldo estaba cubierto por el gobierno [con el equivalente de los ertes españoles], aunque luego ya me acostumbré”, confiesa Claire.  A. NIUBÓ

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