Del cine al cómic: Arriaga lo ha vuelto a hacer

Ana

Ana / Save the Children

Manuel Sobrino. Save the Children

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Nunca olvidaré la escena de la película Babel (alerta spoiler), dirigida por Alejandro González Iñárritu, en la que un niño y una niña estadounidenses acaban vagando solos y desesperados en el desierto al regresar a su país tras una breve estancia en México. Esa secuencia se clava en la memoria por su crudeza, no se puede presenciar sin que recorra un escalofrío. Además, tiene una peculiaridad: es tremendamente realista narrando una situación absolutamente falsa al ser protagonizada por dos niños blancos estadounidenses. Si cambiáramos el origen y color de la piel de esos menores tendríamos una foto descorazonadora que se vive en la frontera entre ambos países una y otra vez.

No es casual que así se plasmara. Guillermo Arriaga, el guionista de esa película, buscó reflejar lo inhumano de las migraciones en las personas más vulnerables, los niños y niñas, pero apelando a la empatía. No es igual ver a los hijos o hijas de otras personas que ver a unos que podrían ser los tuyos propios.

Desde esa indignación nace Ana, la historia de una niña que tiene que huir de Honduras para salvar su vida y la de su familia porque han sido amenazados por pandillas: juntos emprenden el doloroso camino de la migración forzada rumbo a los Estados Unidos. Se trata de un cómic recientemente presentado en América Latina y Europa y cuyo autor es también Guillermo Arriaga. Él y Humberto Ramos, quien es el responsable de dar vida a esta historia a través de sus dibujos, han creado una historia que refleja el camino que para sobrevivir han de afrontar miles de niños y niñas centroamericanos. Este proyecto, impulsado por Save the Children y financiado por la Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Unión Europea (ECHO), aspira a poner luz y esperanza sobre una situación que urge abordar a nivel global.

La ONG conoce muy bien esta situación. Actualmente desarrolla un programa de ayuda humanitaria en el que da acompañamiento psicosocial a niños y niñas migrantes en varios puntos clave de México. Asimismo, lleva a cabo campañas de higiene y de reducción de riesgos de desastres y amenazas de origen antropogénico, y da atención y canalización a casos de violencia basada en género. Frente a la pandemia de la Covid-19, también apoya a albergues de migrantes en la provisión de kits de higiene y limpieza para reducir los contagios de la pandemia.

Y es que en México la migración es un fenómeno complejo. Se ha estimado que uno de cada tres migrantes que entra a ese país son niñas, niños o adolescentes. En 2020, al menos 12.000 mil niños, principalmente de origen centroamericano, llegaron a México, muchos cruzando por rutas realmente peligrosas, como ríos acaudalados, montañas o rutas controladas por el crimen organizado.

Además, en lo que va del año más de 60.000 niños y niñas no acompañados han cruzado hacia Estados Unidos por desiertos o ríos. Estos hechos son el reflejo del profundo grado de desesperación por tener una vida digna.

El cómic Ana habla de todos estos niños y niñas, pero también es un reflejo de cómo se puede contribuir a cambiar la vida de niñas y niños migrantes gracias a la unión de fuerzas entre las organizaciones de la sociedad civil, el apoyo institucional y el altruismo y compromiso de personas del ámbito de la cultura.

La sensibilidad que han derrochado Guillermo Arriaga y Humberto Ramos para transmitir esta historia lleva a los lectores a una realidad desconocida y, a su vez, inyecta una dosis de esperanza por el futuro de las niñas y los niños que han tenido que huir de sus países y que van a cumplir sus sueños, sueño resumido en querer seguir con vida.

Ana está dirigida a personas de 15 años en adelante, pero es una lectura obligada para toda persona que quiera empatizar con el dolor de un niño o una niña que se afrenta a un futuro tan horrible como la soledad de un desierto o tan esperanzador como la de tener una mano amiga en el camino.