Investigación sobre la pandemia

Superar el covid-19 deja anticuerpos hasta en los huesos

Un estudio publicado en la revista 'Nature' sugiere que las células inmunes de la médula ósea podrían producir anticuerpos frente al coronavirus durante décadas

Un médico revisa radiografías de un paciente con coronavirus en un domicilio de las afueras de Lima (Perú).

Un médico revisa radiografías de un paciente con coronavirus en un domicilio de las afueras de Lima (Perú). / AFP / ERNESTO BENAVIDES

Valentina Raffio

Valentina Raffio

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¿Cuánto duran los anticuerpos producidos tras una infección por el coronavirus SARS-CoV-2? O mejor dicho, ¿durante cuánto tiempo está protegida una persona que ha pasado por la enfermedad covid-19? Estas preguntas llevan en el aire desde que empezó la pandemia y, a estas alturas, se han convertido en uno de los temas más investigados hasta la fecha. Y aunque la solución ante el complicado ‘rompecabezas de la inmunidad’ todavía no está clara, las investigaciones empiezan a arrojar un ápice de buenas noticias. Un reciente estudio publicado en ‘Nature’, por ejemplo, sugiere que una persona que ha pasado la enfermedad, aunque sea de forma leve, podría desarrollar anticuerpos frente al coronavirus durante toda su vida.

La investigación, basada en el estudio de 77 pacientes que pasaron la enfermedad de forma leve, presenta unos resultados esperanzadores. Hasta ahora, según habían mostrado otros trabajos, todo apunta a que la 'primera línea' de anticuerpos aguanta hasta cuatro meses y que después de ese periodo el recuento de estas proteínas parece caer en picado. ¿Pero qué ocurre después? Los investigadores estudiaron la 'retaguardia' de la inmunidad; los linfocitos B y las células plasmáticas presentes en la médula ósea, dos tipos de glóbulos blancos que guardan la 'memoria' sobre cómo producir anticuerpos frente al virus.

Siete meses después de superar la enfermedad, las defensas de los pacientes frente al coronavirus estaba así. Los anticuerpos habían desaparecido. Pero tanto el recuento de células B y como el de de células plasmáticas seguía activo. En al menos 15 de las 18 muestras de médula ósea analizadas en este estudio se encontraron trazas de células plasmáticas capaces de liberar anticuerpos contra el coronavirus. Estos resultados, lejos de ser definitivos, plantean un panorama muy esperanzador, pues parece que la protección frente al virus podría ser mucho más duradera de lo que creíamos.  

"Los anticuerpos retroceden poco después de que un virus se elimina del cuerpo, pero hay otras células de mayor duración que permanecen. Como los linfocitos B, que patrullan la sangre en busca de reinfección, y las células plasmáticas de la médula ósea (BMPC), que se esconden en los huesos y son capaces de liberar anticuerpos durante décadas", resume Ewen Callaway en un reportaje de la revista 'Nature' adjunto al recién publicado estudio.

Reinfecciones, vacunas y otras dudas

Este tipo de estudios, además de añadir conocimiento sobre cómo funciona el complejo entramado de la inmunidad, también responden a preocupaciones mucho más mundanas. Si se confirma que las defensas celulares resisten a largo plazo, es mucho más complicado que una persona que ha superado el covid-19 sufra una reinfección (a menos, claro, que se infecte de una variante del virus mucho más escurridiza para el sistema inmune). También supone una mayor tranquilidad en cuanto a la duración de la eficacia de las vacunas, pues todo apunta a que las inmunizaciones también generan este tipo de memoria celular. 

¿Significa esto que no será necesaria una tercera dosis de las vacunas contra el covid-19? Todavía es pronto para responder a esta cuestión. "Mi apuesta es que necesitaremos dosis de recuerdo. Sobre todo para mitigar el impacto de algunas variantes emergentes que podrían mermar el efecto protector de los anticuerpos", apunta Ali Ellebedy, inmunólogo de la Universidad de Washington y autor principal del estudio en declaraciones a 'Nature'. La pregunta sigue avivando el debate entre los expertos. Y, aunque quizás sea pronto para tener una respuesta definitiva, quedémonos con la buena noticia que ilustra esta última investigación. La inmunidad frente al coronavirus se impregna hasta en los huesos.