1 de cada 4 niños consume bebidas energéticas con alto contenido en cafeína y azúcar

El Ministerio de Consumo afirma que revisará la legislación y hará campañas informativas para reducir la gran aceptación, sobre todo entre jóvenes

Bebidas energéticas en un supermercado

Bebidas energéticas en un supermercado / 123RF

Patricia Martín

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Las bebidas llamadas energéticas, esas que contienen sustancias estimulantes y que se promocionan entre los deportistas, para aumentar su rendimiento físico, y entre los estudiantes u opositores, para ayudarles a concentrarse y aguantar muchas horas de estudio, están en auge en España, pese a sus efectos nocivos para la salud, por su alto contenido en cafeína y azúcar (salvo las 'zero'). Un estudio de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), presentado este lunes en el Ministerio de Consumo, alerta de que el 31% de los adultos las bebe con frecuencia, el 16% de ellos de forma crónica. Pero la prevalencia aumenta según disminuye la edad: las consumen el 62% de los jóvenes entre 10 y 18 años y un preocupante 26% de los niños entre 3 y 10 años, frente al 18% de media en la UE.

"Las consumen uno de cada cuatro niños, cuando no deberían tener acceso a estos productos", ha alertado el ministro de Consumo, Alberto Garzón, quien se ha comprometido a revisar la situación de estas bebidas en la legislación española, que no las diferencia de los refrescos, lo que aumenta la confusión del consumidor e impide una adecuada regulación de los ingredientes permitidos, sus concentraciones o sus posibles combinaciones. Alemania o Dinamarca ya ha establecido normativas que limitan la cantidad de cafeína y otras sustancias, pero en España es una asignatura pendiente.

La investigación de la AESAN revela que una persona que tome más de 1,4 miligramos de cafeína por kilo de peso al día puede sufrir insomnio y reducción de sueño. Si este consumo se eleva a 3 miligramos, hay riesgos cardiovasculares y hematológicos, neurológicos y psico-comportamentales.

Envases grandes

Teniendo en cuenta que los envases más habituales contienen 32 miligramos de cafeína por cada 100 mililitros, la AESAN alerta de los riesgos para la salud que conlleva la ingesta en envases de 300 y hasta 500 mililitros, que son los que se comercializan.

El informe científico también avisa del riesgo de interacción con medicamentos, así como de la presencia de otros componentes como el ginseng o el gingko, contraindicados en el embarazo y la lactancia. Y también es preocupante su consumo junto al alcohol: el 16% de los estudiantes de 14 a 18 años mezcla ambas sustancias.

Las actuaciones

Ante este panorama, Garzón ha anunciado la puesta en marcha de un grupo de trabajo, conformado por instituciones, sociedad civil y expertos, para la elaboración de un documento de actuaciones, que irá acompañado de una mayor presión inspectora.

De hecho, ya es obligatorio que los envases incluyan este aviso: 'Contenido elevado en cafeína: no recomendado para niños ni mujeres embarazadas o en periodo de lactancia'. El ministro ha asegurado que se reunirá con los fabricantes, para insistirles en el adecuado cumplimiento de la información al consumidor, y que la AESAN emitirá unas recomendaciones que, junto a programas de comunicación y educación, buscarán aumentar el conocimiento de los riesgos de la ingesta de estas bebidas en cantidades no recomendadas.