CANCIÓN CON XIULA

Biel ya puede saltar (el rap que cura)

Tiene 11 años y ha tenido que reaprender a andar tras un tumor en el fémur.

Lo ha hecho junto a Aurora, una de sus fisios, quien, entre ejercicio y ejercicio, le animó a escribir un rap.

Biel y Jan en el estudio de Xiula en Barcelona.

Biel y Jan en el estudio de Xiula en Barcelona. / Ferran Nadeu

Helena López

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Está un poco afónico porque acaba de llegar de colonias, un clásico; aunque jamás una afonía había escondido tanta felicidad. Además, por qué no decirlo, esa voz algo ronca da incluso más 'flow' a Biel, si es que es eso posible. Cada una de las frases de la canción que esta tarde están grabando entre risas en este estudio de la calle de Córcega alberga una pequeña historia. "Cicatrices, huesos, puntos... ¡y un tornillo roto!". Ir de colonias y grabar este rap eran, por este orden, los dos objetivos que se marcó el pequeño para sacar fuerzas durante la larga recuperación tras el 'collage', como define con el humor que le caracteriza la compleja operación de un osteosarcoma en el fémur a la que fue sometido.

La historia de Biel, el protagonista de todo esto con la imprescindible complicidad de Aurora, una de sus fisioterapeutas, y de Jan, alma del grupo Xiula, está marcada por varias vidas que, por casualidad, se cruzaron en algún momento, la base de cualquier buena historia. Biel es un niño de 11 años del barcelonés barrio de La Guineueta que tenía que reaprender a andar después de que le cortaran un palmo de fémur para extirparle un tumor, le quitaran el peroné, le pusieran un hueso de donante en el fémur, un placa, 12 tornillos y otro tornillo que ahora tiene roto, como canta con un punto de rabia en su canción y explica del tirón con una naturalidad pasmante, como si tal cosa.

El rap de Biel

El rap de Biel. / Ferran Nadeu

Tras un mes en la cama, empezó el proceso de rehabilitación, instante en el que conoció a Aurora. Como una hora de rehabilitación al día dan para mucho, además de los ejercicios hablaban "un poco de todo", recuerdan mirándose con complicidad por encima de sus mascarillas. Uno de esos días Biel le contó a Aurora que le gustaba mucho Xiula. Oh, casualidades, Aurora es muy amiga de Jan, el cantante de Xiula (y más tarde descubrirían que también de Vane, amiga del 'cole' de Bea, madre de Biel). Aurora y Biel se grabaron con el móvil cantando 'Verdura i peix' [uno de los hits de Xiula, aclaración para los que no tengan hijos pequeños] y se lo mandaron a Jan. A este le hizo mucha ilusión y les respondió con otro vídeo desde su estudio, desde el que ahora hablan los tres juntos. En él, el músico le mandó una base y le animó a escribir su propia letra. A que lo hicieran juntos. Y así, vídeo a vídeo, verso a verso, sentadilla a sentadilla -en el fondo aquí de lo que es trataba era de coger fuerza en las piernas, claro- llegaron hasta aquí. Y Biel llegó andando y sonriente, sin muletas, y después de haber hecho kayak y montado a caballo en las colonias, como explica orgulloso y con desparpajo.

Va un ejemplo para entender el magnetismo y la chispa de Biel. En medio de la grabación, en la que están los tres, ya que el rap es un (precioso) diálogo entre el niño y su entregada fisio, el niño suelta cuando esta le pregunta si está bien: "¡Ai, me acabo de acordar de que esta tarde tenía que ir a hacer una cosa... Tenía que ir a hacer 'puenting' a la Ronda de Dalt!". Aurora se ríe, los tres lo hacen, claro, pero no le sorprende la broma. No es la primera vez que le hace una del estilo. Al poco de conocerse, cuando el niño todavía no estaba tan recuperado como ahora, le preguntó que qué iba a hacer el fin de semana y este le respondió todo serio que se iba a hacer 'snowboard'.

Más allá de las bromas, Biel se muestra muy agradecido a Jan y a Aurora por hacer posible estar allí, cantando en un estudio profesional, y que la canción se publique en internet y puedan escucharla sus amigos, y otros niños que quizá estén pasando por su misma situación, a los que les anima a tener un objetivo, como él con las colonias; como él con esta canción.

"Hacemos una broma y que incluya el sarcoma, Biel me quito el sombrero, es tanto lo que tú has hecho...", le canta Aurora a Biel en una canción en la que también canta Jan, quien les dice a Aurora y su pequeño paciente "Sois verano, sois la voz que grita que aquí la lucha se vive día a día". Viendo la escena, se hace difícil decir quién es más generoso de los tres.

El papel de la música

La música juega un papel importante en esta historia incluso más allá del rap. El día que le dieron el alta tras la última sesión de quimio, le esperaba en la calle la batucada de su colegio ("bueno, aunque compañeros de mi clase ese día no había ninguno porque justo estaban confinados", bromea, aunque esta vez es verdad). "Fue muy emocionante. Yo no me esperaba nada, salí y estaban allí tocando y todas las ventanas del hospital llenas de gente mirando. Todo el personal llorando. Me deprimió un poco un poco verles llorar", se sincera el niño, quien señala que su primer reto fue andar y el otro día andó 10 kilómetros por la montaña. "Pero parando, eh?", matiza.

Aurora y Biel, hace unos días en el estudio de Xiula.

Aurora y Biel, hace unos días en el estudio de Xiula. / Ferran Nadeu

"En alguna sesión de fisio hicimos algún ejercicio de rimas. Le hacía hacer una sentadilla, le pasaba la pelota y le decía una palabra. Hasta que se le ocurriera una palabra que rimara no se podía levantar. Un poco el rap se convirtió en la ambientación de la rehabilitación", prosigue Aurora, quien trabaja mucho con la música, tanto desde el canto, como dese la psicomotricidad, para coger el ritmo cuando un niño está reaprendiendo a andar. "Es una herramienta muy potente que además te conecta con otra cosa. No estás pensando en cómo tienes que poner el pie sino que te dejas llevar... es super poderoso", relata.

El reto pendiente -sobre todo para su madre- es que vuelva a coger la guitarra, instrumentó que abandonó con la enfermedad. "¿La tocas?", le pregunta Aurora. "Bueno, la tengo en casa, sí, y cuando paso por delante la toco", le responde el niño recurriendo siempre al sentido del humor. Su madre, por eso, no se rinde. "A ver si la próxima canción la toca él con la guitarra", fantasea.

Aurora también se emociona al ver la "brutal" evolución del niño. "Biel es espectacular. Ha sido súper, súper bonito ver su mejora física y la complicidad que se ha ido generando. No solo con él, también con su familia, que ha estado muy presente en todo el proceso", concluye la fisioterapeuta.

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