Tomás Gimeno

El padre de las dos niñas desaparecidas cedió su coche a su progenitor antes de huir

El vehículo es un Alfa Romeo Giulia, valorado en casi 50.000 euros

Durante un entrenamiento de motocross en Güímar sufrió una caída y se golpeó en las costillas

Tomás Gimeno conduce el coche que unos días después le da a su padre con los papeles del traspaso firmado

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Tomás Gimeno, que está desaparecido junto a sus hijas, Olivia y Anna, desde el pasado 27 de abril, adquirió hace relativamente poco tiempo un coche de alta gama. Y, según trascendió ayer, antes de huir en su embarcación, transfirió la propiedad del mismo a su padre.

También se divulgó un vídeo en el que se aprecia cómo Tomás conduce su automóvil, un Alfa Romeo Giulia de último modelo y de color negro, por una calle de Santa Cruz de Tenerife. La información y el documento audiovisual fueron adelantados por el periodista tinerfeño Alberto Catalán en el programa Juntos, de la cadena autonómica Telemadrid.

Un Alfa Romeo de este modelo nuevo puede tener un precio en el mercado que oscila entre los 44.000 y los 49.000 euros, según la información facilitada por las fuentes consultadas.

Cabe recordar que, durante toda su vida, el progenitor del empresario que permanece desaparecido, Tomás Gimeno Bello, ha sido aficionado al automovilismo deportivo y uno de los pilotos de rallyes más importantes de Tenerife a mediados y finales de los años 70, con Lancia Fulvia 1.6 y Lancia Beta Coupé 2.0, así como en los 80, cuando condujo un Volkswagen Golf GTI de Grupo N, así como un Mercedes 190 E 2.3 16 válvulas, de Grupo A, siempre con el apoyo de una conocida empresa de distribución de dichas marcas en aquella época. Gimeno Bello ganó el Rallye Isla de Tenerife en 1975 (con el Fulvia) y en 1976 y 1978 (con el Beta Coupé).

La transferencia de la propiedad del turismo del hombre desaparecido a su padre es interpretado como una forma más de despedida en un sector de su entorno. Y es que, según ha trascendido hasta ahora, el empresario también dio un abrazo a su padre en la tarde del 27 de abril, horas antes de que se le viera por última vez, y nunca se despedía de forma tan efusiva.

Además, Alberto Catalán informó de que el hombre que está en paradero desconocido y con una orden internacional de búsqueda sufrió una caída cuando practicaba motocross en una finca particular de Güímar, donde sufrió golpes en las costillas y en la clavícula. El accidente se produjo el pasado 19 de marzo, es decir, 39 días antes de desaparecer. En aquel momento, el deportista se mostró dolorido, pero las lesiones no requirieron de ingreso en un centro hospitalario, ya que uno de sus amigos lo llamó al día siguiente y se encontraba en su casa.

El propietario de la finca donde acudió varias veces Tomy a practicar con su moto es Armando Díaz, otro conocido piloto de rallyes y subidas, natural de La Medida, en Güímar. Tomy utilizaba una Yamaha 125 y, según explicó ayer Díaz, en unas cuatro ocasiones lo pudo ver por su propiedad con dicha montura. En dichas sesiones, Díaz tuvo la sensación de que Tomy es «una persona alegre, supernormal y muy dada (sociable)».

El dispositivo de búsqueda de Anna y Olivia incorporará previsiblemente la próxima semana un sónar, informaron a Efe fuentes de la investigación.

Fondo marino

Con la ayuda de este dispositivo, la Guardia Civil intentará rastrear el fondo marino en la zona donde fue hallada vacía y a la deriva la embarcación de Tomás, frente a El Puertito de Güímar, un enclave con una gran profundidad en el que ya han trabajado miembros del Grupo de Especialistas de Actividades Subacuáticas (GEAS). La directora de la Guardia Civil, María Gámez, avanzó el pasado lunes que se gestiona la cesión por parte del Instituto Español de Oceanografía de un sónar y un robot submarino, y que se espera por la autorización judicial para su uso.