Una odisea de 7 meses

China alcanza Marte

Está planeado que el robot Zhurong investigue el planeta rojo durante por lo menos tres meses

La superficie de Marte, fotografiada por Tianwen-1 antes de llegar a la órbita del planeta, en febrero del 2021.

La superficie de Marte, fotografiada por Tianwen-1 antes de llegar a la órbita del planeta, en febrero del 2021. / CNSA / XINHUA

Adrián Foncillas

Adrián Foncillas

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El robot Zhurong concluyó este sábado por la mañana una odisea de siete meses de viaje espacial, tres meses de órbita y “nueve minutos de terror”. China se ha convertido en el tercer país en alcanzar Marte cuando pisó la vasta llanura del hemisferio norte conocida como Utopia Planitia que había sido elegida como la menos hostil.  

El amartizaje fue saludado en China con la pompa que merecen los acontecimientos históricos. La cadena pública CCTV anunció el éxito y emprendió un especial llamado 'Hola Marte'. “Fuisteis suficientemente valientes para el reto, perseguisteis la excelencia y colocasteis a nuestro país en la delantera de la exploración espacial. Vuestro logro quedará grabado para siempre en la memoria de la patria y de la gente”, felicitó el presidente, Xi Jinping.  

El robot Zhurong, en memoria del dios del fuego, iba incorporado a la sonda Tianwen, homenaje al milenario poema 'Preguntas al Cielo', que fue lanzada el 23 de julio desde la isla tropical de Hainan por el cohete Larga Marcha, evocación de la épica caminata maoísta.  

Los '9 minutos de terror'

De los más de 400 millones de kilómetros recorridos, los más complicados son los últimos 125 que separan la entrada en la atmósfera del amartizaje. La NASA acuñó la expresión 'nueve minutos de terror' para referirse al tiempo durante el que la sonda desciende sin ningún control desde la base terrestre porque las señales de radio necesitan 20 minutos para cubrir la distancia. La maniobra exige una meticulosa planificación previa y mucha suerte para posarse delicadamente sobre la superficie sin daños.

El robot, protegido por un escudo térmico, descendió a una velocidad de 4,8 kilómetros por segundo, abrió un enorme paracaídas para ralentizar la caída, usó cohetes para frenar y, ya en la última fase, se sirvió de un sistema guiado por láser para identificar una zona sin rocas ni otros obstáculos del terreno. Zhurong, alimentado con energía solar, posó sus seis ruedas y 240 kilos en Marte a las 4 de la madrugada china. “Es un reto mayúsculo para la estructura porque debe superar violentas presiones y temperaturas extremas al entrar en la dura atmósfera marciana a una velocidad muy alta”, ha explicado un científico chino al diario hongkonés 'South China Morning Post'. La complejidad explica el fracaso de la mitad de las misiones.  

Tres sondas han llegado este año al planeta rojo. La estadounidense 'Perseverence' aterrizó el 18 de febrero sobre el cráter Jezero, situado a unos 2.000 kilómetros del robot chino. Emiratos Árabes Unidos puso en la órbita marciana en febrero a la sonda Hope, aunque no está diseñada para tomar suelo. De Zhurong se espera que durante los próximos tres meses contribuya a comprender mejor el planeta estudiando las características del suelo y del hielo. También buscará agua subterránea y cualquier indicio de vida pasada.  

El éxito certifica a China como potencia en una carrera espacial que desde aquel pulso germinal entre Estados Unidos y la Unión Soviética de la Guerra Fría sirve de termómetro geopolítico. El programa chino es tan nuevo como acelerado. Poco después de que Neil Armstrong llegara a la Luna, Mao Zedong lamentaba que no podía mandar “ni una patata” al espacio.

Pekín envió a su primer hombre al espacio en el 2003 y tres tripulantes dieron cinco años después el primer paseo por el espacio. Estados Unidos es el único país que ha posado astronautas en la Luna pero las misiones chinas se suceden a un ritmo febril en las dos últimas décadas para acortar la brecha. Planea enviar a sus takonautas a la Luna y el mes pasado lanzó el primer módulo de su nueva estación espacial que prevé contar con presencia humana el próximo año.