Balance epidemiológico

¿Estamos mejor o peor? Así ha cambiado el rumbo del virus tras 196 días de estado de alarma

En los últimos seis meses y medio, España ha sufrido tres olas de covid-19 y ha registrado algunas de las cifras más trágicas de la pandemia. La llegada de las vacunas permite vislumbrar un panorama esperanzador, pero todavía falta para poner punto y final a esta crisis.

Incidencia del coronavirus en España

Incidencia del coronavirus en España

Valentina Raffio

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Este domingo España saldrá del estado de alarma; pero no de la pandemia. Cambiará el marco legal, pero no el covid-19. Se abre una nueva etapa de la lucha contra la pandemia, pero el peligro del virus sigue ahí. Han pasado 196 días desde que el pasado 25 de octubre se decretó esta medida extraordinaria para intentar contener la expansión del virus. Desde entonces el país ha sufrido tres oleadas de contagios (una en otoño, una después de Navidad y otra después de Semana Santa) y ha registrado algunos de los récords de infectados más preocupantes de toda la pandemia. Pero la llegada de las primeras vacunas contra el covid-19 ha abierto una brecha de esperanza.

El panorama epidemiológico ha cambiado mucho en estos seis meses y medio. Según recoge el último informe antes del estado de alarma, España registraba más de 8.000 contagios diarios, más de 600 fallecidos en la última semana y un total de 34.752 muertes por covid-19. En esos momentos, además, los hospitales atendían más de 14.500 pacientes infectados. El virus ocupaba un 12% de las camas ordinarias y un 22% de las unidades de cuidados intensivos. La incidencia acumulada rebasaba el umbral de los 360, con Navarra, Castilla y León y Madrid como las autonomías más afectadas. La curva de contagios también mostraba una tendencia al alza en Asturias, Catalunya y Andalucía. Y la tasa de positividad estaba por encima del 12%.

Mientras, el país veía de reojo como la segunda ola arrasaba en el resto del mundo. Europa se enfrentaba a una oleada "más dura y más mortífera" que al inicio de la pandemia. A principios de octubre nuestros vecinos europeos ya habían aplicado confinamientos, limitaciones de aforo, cierres de comercios no esenciales y hasta toque de queda (semanas antes de que en España se abriera este debate). Al otro lado del charco, Estados Unidos sufría cifras récords de contagios y muertes con la pandemia como protagonista de la campaña electoral. Por entonces, el virus sumaba más de un millón de fallecidos por todo el mundo y un balance global de más de 42 millones de contagiados (el equivalente al 70% de la población española, sin ir más lejos).

En los siguientes meses, la pandemia ha sufrido muchos altibajos. El virus ha ido cogiendo y perdiendo fuerzas en función de las circunstancias. Por un lado, los contagios se han disparado al compás de los momentos de más interacción social (como el verano, las fiestas y las vacaciones). Por otro lado, la curva se ha doblegado ahí donde se han aplicado medidas de prevención y control. El día que más casos se diagnosticaron fue el 15 de enero, con 39.361 positivos más en un solo día en toda España. Por contra, el día con menos diagnosticados fue el 7 de marzo, que ‘solo’ sumó 3.423 positivos en todo el país. En estos últimos meses, los hospitales españoles han llegado a atender a más de 32.000 hospitalizados por covid-19. El dos de febrero el virus ocupaba el 45% de las ucis; el máximo registrado durante este periodo.

Cuando parecía que el futuro sería una concatenación de ola tras ola, y restricciones tras restricciones, la llegada de las primerísimas vacunas contra el covid-19 empezó a dibujar el camino que lleva al “principio del fin de la pandemia”. La campaña de inmunización arrancó con optimismo, pero arrancó lenta. Tanto que, tras unas semanas marcadas por la escasez de dosis y un sinfín de problemas logísticos, el objetivo de forjar la inmunidad parecía estar a años vista. Pero por suerte el panorama ha cambiado. Cada vez llegan más vacunas. Europa tiene hasta cuatro fórmulas diferentes aprobadas; Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen. En el último mes la llegada de vacunas ha aumentado exponencialmente. Todavía no hay tantas como querríamos, pero por suerte ya hay un 28% de la población con una dosis y un 12% con pauta completa.

196 días después del inicio del estado de alarma, el panorama es diferente. Según recoge el último informe antes del fin del estado de alarma, España registra 3.900 casos en un día y 251 fallecidos en la última semana. Hoy por hoy, los hospitales españoles atienden a 8.605 pacientes infectados por coronavirus y las ucis resisten con una ocupación del 21%. La incidencia acumulada se sitúa en 198 a nivel estatal, con País Vasco, Madrid, Navarra y Aragón como las autonomías más afectadas. La tasa de positividad se sitúa alrededor del 7%; dos puntos más de la cifra que, según la Organización Mundial de la Salud, sería sinónimo de tranquilidad pandémica. Mientras, el balance global de la pandemia suma 154.815.600 casos y 3.236.104 fallecidos en todo el mundo.

Una última dosis de prudencia

"Ahora no estamos ni mucho mejor ni mucho peor respecto al inicio del estado de alarma. Eso sí, estamos mucho peor que en junio del año pasado, cuando justo salíamos de la primera ola", resume el epidemiólogo Antoni Trilla. Por aquel entonces, la incidencia acumulada estaba sobre los 10 puntos, había un centenar de pacientes hospitalizados por covid-19 y una decena de ingresados en una uci. "Tenemos que apostar por una dosis extra de calma y prudencia hasta que consigamos volver a la normalidad. ¿Cuándo será eso? Cuando, por ejemplo, los hospitales podamos atender a todo el mundo como cuando no había pandemia", resume el especialista.

Tenemos que apostar por una dosis extra de calma y prudencia hasta que consigamos volver a la normalidad

— Antoni Trilla, epidemiólogo

En estos momentos, estima Trilla, la suma de ciudadanos vacunados y de los que han pasado recientemente la enfermedad equivaldría a entre un 30 y un 35% de la población inmunizada. Esto significa que todavía hay un gran porcentaje de los españoles que serían susceptibles de contagiarse. Si a esto le sumamos la entrada de nuevas variantes y el avance escalonado de la campaña de vacunación, todo apunta a que es momento de mantener la calma. "Podemos ser optimistas, pero sin olvidar de donde venimos y el peligro que supondría ahora volver atrás", añade el epidemiólogo.

Hay varios indicadores que ayudarán a vislumbrar el fin de la pandemia. El primero, la incidencia acumulada. Cuando haya menos de 25 casos por cada 100.000 habitantes significará que el virus estará bajo control. El segundo, la ocupación del sistema sanitario. Cuanto menos espacio ocupe el virus, más espacio habrá para tratar enfermedades marginadas por la pandemia. Y el tercero, los índices de positividad. Gracias a las vacunas vemos que hay luz al final del túnel y que cada vez estamos más cerca. Eso sí, mantengamos la calma para no descarrilar al último momento. 

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