En Tenerife

El padre desaparecido con sus dos hijas en un barco sacó 70.000 euros de sus cuentas bancarias

Gimeno Casañas llamó a la madre para decir que nunca iba a volver a ver a las menores

Los investigadores han hallado restos de sangre en la embarcación

Orden de búsqueda internacional para el padre y sus hijas desaparecidos en Tenerife

La Guardia Civil buscará a las niñas desaparecidas y su padre en otras islas

La Guardia Civil buscará a las niñas desaparecidas y su padre en otras islas

El Periódico

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La Guardia Civil ha hallado restos de sangre en el barco de Tomás Antonio Gimeno Casañas, en el que fue visto por última vez antes de desaparecer en en Tenerife sin que estuviera acompañado en ese momento por sus dos hijas, de 1 y 6 años, también en paradero desconocido. También, según Europa Press, habría retirado unos 70.000 euros de sus cuentas, por lo que los investigadores barajan si el hombre pudo haber pasado a un segundo barco y huir.

Los restos de sangre están siendo analizados para determinar a quién pertenecen, informaron a Efe fuentes de la investigación. Una sillita de retención infantil que fue hallada flotando cerca del barco ya se ha comprobado que pertenecía a la familia.

Agentes de la unidad central operativa (UCO) de la Guardia Civil se desplazarán a Tenerife para sumarse a la investigación del caso. Esta unidad, que está especializada en los casos más complicados, ya intervino en las desapariciones de Diana Quer, Asunta Basterra o Gabriel Cruz.

Mensajes a la madre

El caso ha tomado especial cariz después de que trascendiera que el padre llamó a la madre esa noche para decirle que no las volvería a ver.  Según las fuentes consultadas por El Día, a las 2:00 horas, él vuelve a llamar a su expareja para repetirle que ya no volverá a ver más a Olivia ni a Anna; tampoco a él.

Durante la madrugada, después de salir por última vez de Marina Tenerife, envió los mensajes de whatsapp de despedida a sus padres y a algunos amigos. Cuando por la mañana vieron las palabras de su hijo, su padre acudió a la Guardia Civil para intentar solicitar ayuda. Poco después, agentes del Instituto Armado, tanto de uniforme como de paisano, acudieron hasta el domicilio de Gimeno Casañas, donde efectuaron un registro y hablaron con los vecinos del lugar. Algunos residentes de la zona definen al padre de las niñas como una persona correcta, que saludaba e intercambiaba frases al pasear los animales, pero que no llegó a conversar de forma extensa con ellos.

Registros en viviendas

La Guardia Civil ha iniciado el registro de la vivienda y una finca de Gimeno Casañas en el municipio de Candelaria. En paralelo, el juzgado que instruye la causa ha enviado un requerimiento a varios bancos para que comprueben si Gimeno Casañas pudo realizar algún movimiento antes de que se les perdiera el rastro.

En estos momentos, todas las hipótesis permanecen abiertas por parte de los responsables de la investigación, hasta tal punto que se ha llegado a barajar que Tomás Gimeno podría haber subido a otro barco para huir, solo o con sus hijas, del archipiélago canario ayudado por terceras personas, según el diario El Día, del grupo Prensa Ibérica.

Asimismo, se ha comprobado que el ancla del barco propiedad de Gimeno no ha aparecido, por lo que también agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil están inspeccionando el fondo marino, en el lugar donde fue hallada la embarcación.

Fuentes consultadas por Europa Press han señalado que Gimeno podría haber sacado del banco más de 70.000 euros, por lo que se ha ordenado el rastreo de todas sus cuentas.

Este hecho hace que en estos momentos estén todas las hipótesis abiertas por parte de los responsables de la investigación, hasta tal punto que se ha llegado a barajar que Tomás Gimeno podría haber subido a otro barco para huir, solo o con sus hijas, del archipiélago canario ayudado por terceras personas.

Dispositivo desde el miércoles

Desde el pasado miércoles se mantiene activo un amplio dispositivo de búsqueda por tierra, mar y aire, coordinado por la Guardia Civil, para tratar de encontrar a Tomás Gimeno y sus dos hijas. Sobre el padre de las menores, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar ha incoado diligencias previas por la presunta comisión de un delito de secuestro, declarando además la investigación bajo secreto de sumario.

Este jueves se conoció que las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del Puerto Deportivo Marina Tenerife revelaron que Tomás Gimeno zarpó pasada la medianoche a bordo de su barco de recreo. El capitán del Puerto Deportivo, Enrique Alonso, confirmó que el padre de las niñas, de 37 años, salió hasta en tres ocasiones del muelle, para finalmente coger su barco sobre las 00.30 horas.

Según pudieron captar las cámaras, Tomás Gimeno llegó con su coche a las 21.30 horas, lo aparcó frente a su pantalán y en él descargó una serie de bolsos; sin embargo, el guardián que hacía el turno de noche, que lo vio de frente, en ningún momento localiza a las niñas, ni las cámaras revelan si estaban con él.

El padre de las pequeñas dio tres viajes de bolsos, maletas y ropa desde su coche hasta su barco y sobre las 21.50 horas vuelve a salir del Puerto Deportivo, regresando sobre las 23.30 horas. Al parecer, necesitó comprar un cargador y salió a una gasolinera cercana, volviendo a entrar al muelle. A las 00.30 horas Tomás Gimeno sale finalmente con su barco, de unos seis metros de eslora, el cual sólo cuenta con un pequeño camarote.

Debía entregar las niñas a su madre

Tomás Gimeno debía haber entregado a sus hijas a la madre, de la que está separado, el pasado martes, lo que nunca hizo. En el historial del hombre se recoge que ya el pasado mes de diciembre la exmujer acudió a un puesto de la Guardia Civil para decir que su pareja le había amenazado verbalmente, si bien decidió no interponer ninguna denuncia.

Pese a ello, las autoridades decidieron actuar de oficio, siguiendo el protocolo de VioGén, y recientemente se habrían puesto en contacto con ella para comprobar si en los últimos meses había recibido más amenazas o sufrido algún capítulo de maltrato, algo que sigue negando.