colectivos vulnerables

Una de cada tres familias que piden ayudas para las extraescolares no lo habían hecho jamás

La Fundació Pere Tarrés alerta de las enormes desigualdades sociales que deparan a los niños las secuelas de la crisis económica

Casi el 20% de los niños que en 2020 realizaron actividades de verano con la entidad no podía pagársela

Uno de los 'casals' de verano en Rubí en 2020

Uno de los 'casals' de verano en Rubí en 2020

Elisenda Colell

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"En los próximos años habrá menos niños en Catalunya, pero serán más pobres o casi pobres". Así de tajante ha sido la doctora Rosalina Alcalde, socióloga y jefa de metodología y estudios de la Fundació Pere Tarrés, este miércoles en rueda de prensa. Alcalde ha estudiado cómo son las familias que piden becas para las actividades extraescolares de la entidad: una de cada tres perdió el trabajo por la pandemia del coronavirus y jamás había tramitado esta ayuda. Hasta ahora. La entidad, que hoy ha empezado la campaña para el próximo verano, quiere financiar las colonias o 'casals' de 5.000 menores. De momento, aún no saben el dinero que invertirán las administraciones para ello.

En 2019, 4.171 niños y adolescentes pudieron asistir a actividades extraescolares organizados Pere Tarrés porque la propia entidad y la administración se lo pagó. En 2020, el año de la pandemia que redujo notablemente el número de actividades que se hicieron, fueron 3.696 menores los que no pudieron financiar tales recursos, un 17,6% del total. Este año, la fundación quiere superar las 5.000 becas otorgadas destinando más de un millón de euros. "Este verano es muy deseado y más necesario que nunca para aliviar el sufrimiento social y emocional que están sufriendo los niños y adolescentes tras la pandemia", ha dicho Albert Riu, coordinador de la campaña ‘Cap infant sense colònies’.

Antes de la pandemia del coronavirus, uno de cada tres niños vivía bajo el umbral de la pobreza. Según Alcalde, la situación de este año ha empeorado para muchos hogares donde viven menores. Las consecuencias las extrae después de encuestar más de mil familias que pidieron una beca para las actividades extraescolares de verano el año pasado. Los datos muestran como la precariedad de estos niños es lamentable. El 10% viven en pisos ocupados y otro 10% lo hace en habitaciones subarrendadas. Más de la mitad de las familias no pueden pagar una alimentación saludable y el 76% no se puede permitir encender la calefacción. Es relevante el hecho que el 33% de los padres han perdido el empleo tras la pandemia y que más del 40% de ellos no percibe ninguna prestación social.

De hecho, una gran parte de las ayudas económicas que otorga la fundación proviene de donativos privados. A pesar que los ayuntamientos o la Generalitat colaboran en la campaña, los fondos públicos nunca son suficientes para llegar a todos los menores en esta situación. "Ahora estamos justificando las subvenciones del año pasado a la dirección general de Juventud del 2020, hasta el año que viene no sabremos cuánto dinero nos darán para esta campaña", se ha quejado Rius, que también ha criticado las ayudas directas que tramitó la Conselleria d'Afers Socials para el 2020. "De los 3 millones de euros que presupuestaron sólo se gastaron 200.000", ha añadido.

Es por ello que la entidad busca donantes para poder becar al máximo de niños y adolescentes este verano. "Las colonias de verano y los 'casals' son muy necesarios. Son espacios de confianza donde los educadores pueden detectar casos de maltrato o problemas psicológicos de los menores, pero también ayudarán a garantizar la comida de muchos niños que, con el cierre escolar, pierden el acceso a una comida saludable al día", ha añadido Rafael Ruiz, director de la red de centros socioeducativos de la fundación.