colectivos vulnerables

Las entidades de Lleida advierten de que la acogida a los temporeros volverá a ser desastrosa

Las organizaciones del Segrià ya están atendiendo a temporeros desesperados que no tienen dónde vivir

El consistorio tiene previsto abrir un pabellón con 130 camas el 1 de junio que gestionará una empresa privada

"Han querido hacer un lavado de imagen en vez de ir a las causas reales", se queja la plataforma Fruita amb Justícia Social

Temporeros durmiendo en el pavellón de la Fira de Lleida.

Temporeros durmiendo en el pavellón de la Fira de Lleida. / Ferran Nadeu

Elisenda Colell

Elisenda Colell

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Volvemos al desastre del año pasado", reflexiona Òscar Costa, director de la Fundació Arrels Sant Ignasi de Lleida, que atiende temporeros personas sin hogar de la ciudad. Cáritas también ha detectado más personas migrantes sin recursos en el Segrià que buscan poder trabajar en la campaña de la fruta y que no tienen dónde ir. Por el momento, avisan las entidades, duermen al raso o en infraviviendas y las alternativas que ofrecen las administraciones son nulas. "Parece que no hayamos aprendido nada", se quejan varios activistas.

Hace menos de un año, una enorme crisis social y sanitaria golpeó la comarca del Segrià. La llegada de cientos de temporeros en la zona agrícola buscando cobijo y empleo en la campaña de la fruta, y que acabaron viviendo en condiciones infrahumanas, multiplicó exponencialmente los contagios de coronavirus y supuso el cierre perimetral de la zona. De hecho las autoridades siguen barajado la misma medida para este 2021. La realidad sanitaria tuvo que lidiar con la miseria que hace décadas se repite y que ninguna administración ha logrado resolver aún. Este año parecía que se vislumbraba una realidad distinta. Pero las entidades lamentan que se vuelve al desastre de 2020.

"En estas últimas semanas atendemos a diario 15 personas sin hogar que acaban de llegar a Lleida para trabajar en la campaña de la fruta y que no tienen ningún sitio dónde dormir", señala Costa. Cáritas Lleida también ha detectado un aumento importante de migrantes sin recursos en los pueblos agrícolas. En marzo atendieron a 27 migrantes. Solo la primera semana de abril fueron 40. "En breve, empieza el período álgido de la campaña de la fruta y es evidente que están llegando las personas que trabajarán en ella y algunas no pueden tener las necesidades básicas cubiertas", explican desde la entidad. "Otros están viviendo en pisos sobreocupados arrendando habitaciones o en pisos okupados", añade la activista Nohgay Ndiaye.

La cosecha aún no ha empezado

La campaña de recolección de la fruta, sin embargo, no se ha iniciado todavía. "Las personas que buscan un empleo vienen antes. Ya ha terminado la temporada en Andalucía y los que no tienen asegurado un contrato de trabajo, que suelen ser los que están en una situación más precaria, llegan antes en Lleida para tener más tiempo para encontrar a un agricultor que les contrate", explica Costa. El problema es que no hay ningún sitio que les acoja.

El espació que abrió Lleida para cobijar a personas sin hogar durante el invierno está cerrado. El albergue que financia la Generalitat en la capital de Ponent no estará activo hasta diciembre de 2021.Y el pabellón para acoger a temporeros no abre hasta el 1 de junio. "Alertamos el año pasado de que deberían abrir antes y ahora lo vuelven a hacer, es incomprensible", se queja la activista Ndaye.

El ayuntamiento se defiende con que este domingo abrirán una oficina para atender a las necesidades laborales y sociales de los temporeros. "Haremos seguimiento de las llegadas en mayo y ajustaremos el servicio", agregan desde la Paeria. Insisten en que el problema con los temporeros terminará cuando el Estado les permita regularizar su situación legal el España con menos trabas, algo que ya pidieron al Ministerio de Migraciones pero que parece lejos de resolverse. Los cambios aplicados este año, pues, serán más bien pocos. El pabellón que acogerá a 130 temporeros ya tendrá camas, baños y duchas y lo gestionará una empresa privada por 215.000 euros. La única en presentarse al concurso público ha sido Samu, una empresa sevillana especializada en emergencias humanitarias.

"No se trata de un desastre natural, es algo que ocurre cada año. Y no debe ser el ayuntamiento quien les acoja, sino la patronal que les contrata", se queja Gemma Casal, portavoz de la plataforma Fruita amb Justícia Social. También alerta de que en los pueblos del Segrià se volverán a usar los albergues municipales como espacios para confinar temporeros infectados de coronavirus y no habrá lugar para los que vivan en la calle. Y lamenta que las ayudas vertidas este año no repercuten en los temporeros sino en los agricultores que les contratan. "No se han puesto las herramientas, les preocupa más la imagen mediática que revertir los derechos humanos", insiste.

Las entidades, desesperadas, tratan de forzar al consistorio para cambiar el rumbo y permitir una acogida digna de los temporeros lo antes posible. Arrels Sant Ignasi ha lanzado un comunicado e impulsa una recogida de firmas online para presionar al consistorio y al resto de administraciones. "Si no cambia la situación este año será si no igual, peor que el pasado", remarca el director de la entidad.

Suscríbete para seguir leyendo

TEMAS