Pandemia y negocio

Los dividendos de Pfizer, Jansen y AstraZeneca permitirían vacunar a toda África

Tres fabricantes de vacunas pagaron 26.000 millones de dólares a sus accionistas en 2020

Esos beneficios permitirían inmunizar a 1.300 millones de personas, la población de África

Inoculación de una vacuna de Pfizer en el Hospital de Sant Pau de Barcelona el 27 de enero de 2021

Inoculación de una vacuna de Pfizer en el Hospital de Sant Pau de Barcelona el 27 de enero de 2021 / El Periódico

Michele Catanzaro

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Tres de las principales productoras de vacunas del covid (Johnson&Johnson, Pfizer y AstraZeneca) pagaron a sus accionistas un total de 25.740 millones de dólares en 2020, entre dividendos y recompra de acciones. 

Así lo revelan sus cuentas, según un análisis de la organización People’s Vaccine. Esa suma equivaldría al coste de 1.354 millones de dosis, una cantidad que permitiría inocular a casi todos los habitantes de África. 

"Es espantoso que estas farmacéuticas repartan grandes dividendos, mientras vivimos una emergencia mundial"

— Anna Marriot, OXFAM

Según el informe, Johnson&Johnson pagó a sus accionistas 10.500 millones de dólares en dividendos y 3.200 en recompra de acciones. Los dividendos de Pfizer y AstraZeneca fueron 8.440 millones y 3.600 millones respectivamente. 

Estos beneficios están en línea con los registrados en años anteriores y no reflejan directamente las ganancias por la venta de vacunas, que se verán más en las cuentas de 2021.

“Es espantoso que las grandes farmacéuticas estén repartiendo grandes sumas en dividendos a los accionistas ricos, mientras vivimos una emergencia sanitaria mundial”, afirma en una nota de prensa Anna Marriott, gerente de políticas de salud de la oenegé Oxfam.

Suspensión de patentes

La alianza People’s Vaccine pide que se suspendan las patentes que garantizan a estas empresas el monopolio sobre la fabricación de las vacunas: esto recortaría los dividendos, pero rebajaría el coste de los fármacos y reduciría la desigualdad en el reparto de las vacunas. Actualmente, una de cada cuatro personas se ha vacunado en los países ricos, y una de cada 500 en los pobres, según esa organización.

La suspensión de la propiedad intelectual también fue solicitada a la Organización Mundial del Comercio (OMC) por un grupo de 100 países liderados por la India y Sudáfrica. 175 personalidades la pidieron en una carta al presidente de EEUU Joe Biden. 

"En España hay decenas de fábricas que se podrían adaptar para fabricar vacunas."

— Fernando Lamata, experto en salud pública

Suspender la patente permitiría multiplicar las fábricas autorizadas para producir vacunas y alcanzar la inmunidad de rebaño global en menos de un año, según Fernando Lamata, médico experto en salud pública y exconsejero de Sanidad de Castilla-La Mancha. “En España hay decenas de fábricas que se podrían adaptar para fabricar vacunas. En tres meses se podría aportar el equipamiento y la formación necesarios”, afirma. 

Guillem López Casanovas, experto en economía de la salud de la Universitat Pompeu Fabra, discrepa. En primer lugar, habría que decidir quién compensa a las farmacéuticas por la suspensión de las patentes. En segundo lugar, opina que faltarían empresas con incentivos y capacidad suficientes para producir la vacuna. La producción caería en manos de fábricas en China, India y Cuba, que podrían reinstaurar un nuevo monopolio. 

"La producción caería en manos de fabricantes en China, India y Cuba"

— Guillem López Casanovas, Universitat Pompeu Fabra

Según Casanovas, lo más efectivo sería presionar a las farmacéuticas en términos de reputación. En cuanto a la distribución global, los países ricos deberían poner más dinero en COVAX, el programa de la OMS para la compra de vacunas para los pobres. 

Solo AstraZeneca contestó a la petición de comentarios de EL PERIÓDICO, destacando su compromiso de no obtener ganancias de la venta de las vacunas y su participación en COVAX.