El Día de la Tierra
Las potencias más contaminantes hacen propósito de enmienda
Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y China son responsables del grueso de emisiones de CO2 en el planeta. De sus políticas ambientales pende el futuro de la Tierra.
Idoya Noain
Corresponsal en EEUU
Corresponsal en Estados Unidos desde 2001.
Silvia Martinez
Periodista
Marc Marginedas
Periodista
Premio 'Cirilo Rodríguez' al mejor corresponsal en el extranjero (2013), Premi Nacional de Comunicació (2013) y Premio Luka Brajnovic de Periodismo (2019). Autor de 'Periodismo en el campo de batalla: 15 años tras el rastro de la yihad'. Protagonista del documental 'Regreso a Raqqa' (2022)
Adrián Foncillas
Periodista
La cumbre de líderes mundiales por el clima, que reúne de forma virtual este jueves y este viernes a 40 mandatarios de todo el planeta -invitados por el estadounidense Joe Biden- ha sentado en la misma mesa (o en la misma pantalla) a los dirigentes los países más contaminantes. Estos son sus compromisos.
Joe Biden coloca el clima en el centro de su agenda, por Idoya Noain
Estados Unidos, el segundo emisor del planeta y el máximo histórico, ha marcado en la presidencia de Joe Biden su compromiso más ambicioso respecto a la reducción de gases de efecto invernadero: entre un 50 y un 52% respecto a los niveles de 2005 para 2030. La meta anunciada oficialmente este jueves por el mandatario queda por detrás de las que han prometido la Unión Europa o el Reino pero prácticamente dobla el objetivo de reducción de entre el 26 y el 28% que se marcó el anterior presidente demócrata, Barack Obama.
En 2019, el último año del que hay datos completos, las emisiones estadounidenses se habían reducido un 13%, en buena parte por fuerzas del mercado que han abaratado el gas natural y la energía solar y eólica. La proyección para 2020 era una reducción del 21% gracias en parte a la ralentización de actividad provocada por la pandemia, aunque este año vuelven a acelerar.
Tras el paréntesis en el combate contra la emergencia climática durante el mandato de Donald Trump, Biden ha puesto esa lucha en el centro de su agenda. Forma parte, con aportaciones económicas concretas, de su ambicioso plan de infraestructuras de dos billones de dólares. El demócrata, además, ha reiterado que quiere que para 2035 toda la electricidad en EEUU salga de fuentes limpias. Aunque la inversión en coches eléctricos está entre sus prioridades de gasto, con 174.000 millones de dólares marcados para ese mercado, Biden no ha llegado a imponer que todos los vehículos que se vendan para 2035 sean modelos que cumplan la meta de cero emisiones para 2050, pese a la petición que formalmente le han realizado por carta los gobernadores de 12 estados.
Rusia pretende ser menos contaminante que la UE para mitad de siglo, por Marc Marginedas
El cambio climático ha logrado hacerse un hueco en la agenda del presidente ruso Vladímir Putin, pese a las graves tensiones con Occidente y en concreto con el presidente estadounidense Joe Biden. En su discurso sobre el estado de la nación pronunciado ante ambas cámaras del Parlamento ruso el pasado miércoles, el líder del Kremlin ha estipulado que su país, en los próximos 30 años, debía ser menos contaminante que la Unión Europea.
En las próximas tres décadas, "las emisiones netas de gases invernadero en Rusia deben ser más bajas que en la UE, es una tarea difícil, dado el tamaño del país, sus dimensiones, su geografía, su clima y su estructura económica; sin embargo, estoy totalmente seguro de que este objetivo es posible, dado nuestro potencial científico y tecnológico", ha enfatizado el líder del Kremlin. Rusia es uno de los países más contaminantes del mundo, sobre todo en relación al tamaño de su economía.
Los expertos consideran que semejante objetivo es muy poco ambicioso. Las emisiones de la UE son dos veces y media superiores a las de Rusia. y para llegar a ese equilibrio con los Veintisiete, -que se han comprometido a una cifra de cero emisiones para mitad de siglo- , Moscú pretende incluir a los bosques rusos que, según Putin, tienen la capacidad de absorber 2.500 millones de toneladas de CO2. Rusia es, de hecho, uno de los pocos miembros del G-20 que para 2050 que no ha fijado un objetivo de cero emisiones.
La UE insta al mundo a seguir su ejemplo, por Silvia Martinez
Si hay una política en la que la Unión Europea lleva la delantera y abandera el cambio como ningún otro país en el mundo es la lucha contra el cambio climático. Este jueves, veinticuatro horas después de que Consejo y Parlamento Europeo se pusieran de acuerdo en reducir un 55% las emisiones de CO2 en 2030 con el objetivo de hacer realidad la neutralidad climática en 2050, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha pedido al resto de líderes europeos que sigan el ejemplo europeo.
“Europa quiere ser el primer continente climáticamente neutral del mundo pero para salvar el plantea necesitamos el mundo”, ha avisado durante la cumbre virtual organizada por Estados Unidos. La cita le ha servido de plataforma para anunciar que Europa aplicará también el mecanismo de comercio de emisiones, piedra angular del plan para recortar emisiones de CO2, a edificios y al transporte y que las propuestas llegarán en junio. “El carbono debe tener su precio porque la naturaleza no lo puede seguir pagando”, ha avisado. En el acto también ha participado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que ha pedido un terreno de juego “igualitario” y ha mencionado dos áreas críticas: la fijación del precio del carbono y los bonos verdes.
China aspira a no depender del carbono en 2060, por Adrián Foncillas
China alcanzará el pico de emisiones de dióxido de carbono en 2030 y logrará la neutralidad de carbono en 2060. El momento y el escenario amplificaron el inesperado anuncio de Xi Jinping, presidente chino: fue en una asamblea de la ONU con aire pesimista y pocos minutos antes de que tomara el micrófono su negacionista homólogo, Donald Trump. La ola arrastró al vecindario. Japón y Corea el Sur, que junto a China concentran un tercio de las emisiones globales, elevaron promesas similares en los días siguientes.
China le declaró la guerra a la contaminación una década atrás y ahora habla de “revolución verde”. Su último Plan Quinquenal, recientemente aprobado, detalla la hoja de ruta para alcanzar aquel compromiso presidencial. La energía proveniente de fuentes no fósiles, que hoy se sitúa en el 15,8 %, será del 20 % en 2025. También contempla reducciones del 13,5 % en energía consumida y del 18 % en emisiones de carbono por cada unidad del PIB.
Los expertos aplauden las promesas de Pekín pero alertan de que cumplirlas exigirá que acelere la desintoxicación de su vieja adicción al carbón. Este ha pasado en una década del 70 % al 56,8% del total energético, lo que se traduce en ingentes emisiones que se ha ahorrado el planeta, pero conseguir la neutralidad en 2060 pasa por cerrar todas las plantas en 2050. En China se han cerrado o modernizado las más antiguas y contaminantes pero se siguen abriendo nuevas. Pekín pide paciencia a los que la apremian y aclara que sus objetivos son realistas.
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