La segunda 'Manada' de Sabadell
El fiscal a una víctima de una violación múltiple: "¿Está usted segura de esto?"
A. M. fue atacada sexualmente por tres hombres uno tras otro en el 2019 en una nave abandonada de Sabadell
Solo uno de los tres atacantes está siendo juzgado, aunque le acompañan otros tres hombres como cooperadores
J. G. Albalat
Redactor
Ha trabajado en el Diario de Barcelona, El País y AVUI. Desde hace años en El Periódico cubriendo los acontecimientos judiciales. Premios Ortega y Gasset, Save the Children, Ramon Barnils y Josep Maria Planes por la investigación del 'caso Maristas' sobre abusos sexuales en los colegios. En el 2016, mención honorífica de la Generalitat en el Día de la Justicia. Colaborador de publicaciones jurídicas. Profesor asociado Master de Criminología de la Universitat de Barcelona.
“Me tiró contra el sofá y me violó”. Un relato aterrador es el que mantuvo este lunes A. M., de 18 años, que fue agredida sexualmente uno detrás de otro por tres hombres, uno tras otro, el 3 de febrero de 2019 en una nave abandonada en el barrio de Can Feu en Sabadell. Solo uno de ellos está siendo juzgado en la Audiencia de Barcelona, junto con otras tres personas que no hicieron nada para ayudar a la víctima y como cooperadores. Los cuatro acusados, todos ellos originarios de Marruecos, se enfrentan a penas de entre 36 y seis meses y 40 años y seis meses de prisión. Los imputados habían coincidido con la afectada antes en un bar.
La joven fue sometida a un interrogatorio incisivo por el fiscal Eduardo Gutiérrez, marcado con constantes interrupciones, hasta tal punto que le instó a corroborar todos los detalles de su denuncia. “¿Está usted segura de esto? ¿Cuándo dice con violencia, a que se refiere? ¿Vio si había alguno dormido en esa sala? ¿Podía percibir toda la sala desde el sitio dónde estaba? ¿Recuerda la iluminación; si se veía bien? ¿Podía percibir con claridad las personas o lo que había dentro de la sala? ¿Pidió ayuda en algún momento?", fueron algunas de las preguntas lanzadas por la acusación pública. "¿Cómo termina ese suceso?", le espetó la acusación pública cuando la víctima, con la voz ahogada en lágrimas, pormenorizaba como la violaron.
Su desgarrador testimonio no impidió que el fiscal pusiera en duda, incluso, algunos detalles de su relato y le preguntó, por ejemplo, que "cómo sabía" que sus agresores discutían si no entendía el idioma en que hablaba (ella contestó que "por el tono"), que "si ahora tiene claro" la participación de uno de ellos o si recordaba si eyacularon o usaron preservativo. El duro interrogatorio se recrudeció aún más cuando la abogada del principal acusado que le preguntó si no recordaba haber mantenido "relaciones con los procesados" o por qué "no chilló" o "llamó a un timbre" mientras era conducida a la nave.
"Se abalanzó sobre mi"
A. M. rememoró lo que paso a partir de las 6 de la mañana de ese 3 de febrero. Al salir de un local de ocio en Sabadell, un hombre no identificado se le acercó por la espalda, la agarró del cuello, la puso contra la pared, la giró y abusó de ellas. “Se me abalanzó sobre mí y me puso contra la pared. Me empezó a besar de forma violenta y brusca. Me quedé parada y bloqueada. Tenía mucho miedo. Me introdujo los dedos en la vagina”, explicó la víctima ante el tribunal.
Este mismo hombre fue quien la llevó luego a una nave abandonada. "Iba todo el rato intentando buscar ayuda porque al llevarme a la fuerza y ser más corpulento y fuerte no podía enfrentarme a él", insistió. En la fábrica abandonada estaban los cuatro acusados y otros compinches. “Me metió en la nave y el miedo se incrementó”, evocó A. M, que declaró tras una mampara. La muchacha, según su versión, se acurrucó en el suelo. Estaba totalmente aturdida y “con un miedo intenso”. No pudo evitar orinarse encima. Al cabo de un rato, el mismo hombre que la capturó, la agarró, la introdujo en un pequeño habitáculo de la fábrica y la violó en un sofá. Posteriormente, otros dos la agredieron sexualmente. Uno de ellos es el imputado Mohamed A.
“No paraba de llorar y suplicar que me dejaran, que no diría nada”, subrayó la joven. A pesar de ello fue violada, según su denuncia, por los tres hombres. Uno tras otro. La trataron, sostuvo, con “violencia”, “empleando la fuerza” y golpeándola en los brazos. “En la sala había más personas que no hicieron nada para ayudarme. No sabía si me iban a matar”, ha admitido. “Me mee encima de miedo”, confesó. Al ver que salía un coche de un garaje, la muchacha se escapó. Corrió hacía el vehículo, en que viajaba un matrimonio. “Les dije que me habían violado”, precisó. La doctora que la atendió ratificó que al llegar al hospital observó que A. M. estaba "mojada" por haberse orinado encima y que aseguró que había sido violada.
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