Insultos y amenazas

Raquel Sastre, la valiente cómica que se ríe con el autismo

La humorista profesional, madre de una niña con una enfermedad rara, es linchada en Twitter después de bromear con la parálisis cerebral y la ultraderecha

Raquel Sastre

Raquel Sastre

Olga Pereda

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Cuando en 2018 la cómica profesional Raquel Sastre recibió la confirmación médica de que su hija pequeña -de 19 meses- sufría síndrome de Phelan-McDermid se agarró a su pareja, el pediatra y neonatólogo Jose Ramón Fernández, y le soltó: “Joserra, mirémoslo por el lado bueno. Si no va a hablar y no va a ser muy lista, será la pareja perfecta. Podremos casarla pronto”. La rara enfermedad de su hija afecta a un cromosoma y deriva en autismo, discapacidad intelectual, ausencia de lenguaje e hipotonía.

Nacida en Murcia en 1981, Raquel Sastre es cómica profesional ('Órbita Laika'). Se gana la vida con el humor y está convencida de que nos podemos reír de todo. Su vida cambió cuando nació su tercera hija, Emma, y el autismo entró como un torbellino en su casa. Raquel y su pareja han lidiado con la desesperación, el llanto, el miedo y la angustia. Raquel ha fantaseado con varias maneras de morir (incluida la posibilidad de escuchar en la radio una canción de Melendi), y a pesar de todo sigue en pie, luchando por su familia. Luchando por su profesión: el humor sin límites ni censuras.

Raquel acaba de editar su primer libro, 'Risas al punto de sal' (Planeta), una guía sincera, útil, y, sobre todo, divertida que está dirigida a padres y madres de niños y niñas con algún tipo de discapacidad. El jueves acudió al programa de Andreu Buenafuente, 'Late Motiv' (Movistar), donde pidió -con humor- que la sanidad pública incluya en su cartera de servicios comunes la atención temprana, una especialidad vital para los menores y que, sin embargo, no está garantizada por igual en todas las comunidades. Es más, los padres y las madres que la solicitan suelen esperar muchos meses (incluso años) para que sus hijos reciban esas terapias, tan fundamentales que significan la diferencia entre que un niño aprenda a sentarse o no lo haga el resto de su vida. Dada la plasticidad del cerebro infantil, cuanto antes reciba esa ayuda, mejor.

En la entrevista con Buenafuente (donde desbordó humor y emoción), Sastre intentó que los espectadores se pusieran en la piel de los padres y madres de hijos con trastornos o enfermedades. “Imagínate con un hijo con parálisis cerebral o que vote a Vox”, soltó la murciana, que en sus monólogos se ríe del autismo comparándolo con la adolescencia: chavales que no hablan, evitan el contacto visual y quieren estar solos.

El comentario le ha valido un linchamiento brutal -otro más- en redes sociales por parte de los votantes de extrema derecha. “No recibía tantos insultos y amenazas de muerte desde que hice chistes con Podemos. Bueno, y con los de veganos. Y con el Real Murcia. Y con los indepes. Y con el feminismo posmoderno. Y con el manspreading. Y con los machistas. Y con la guardia civil. Y con etnias. Y con el autismo”, reflexionó en Twitter.

La comunidad científica -Sastre también realiza divulgación científica y es uno de los azotes del mundo de las pseudoterapias- arropó a la cómica dejando claro a los votantes del partido de extrema derecha que la censura es cosa del pasado. Como acostumbra a decir siempre Buenafuente: "Reír es la única salida".

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