Aniversario de la pandemia

"El covid ha sido un torpedo en la línea de flotación de los ayuntamientos"

Las restricciones en la movilidad, el turismo y la restauración han obligado a los alcaldes catalanes, que han estado en primera línea del frente de la pandemia, a activar ayudas no previstas para reflotar las economías locales

EL PERIÓDICO habla con varios de ellos para saber cómo han afrontado este último año

En la fila superior, de izquierda a derecha, Xavier Porta (Bellver de Cerdanya), Carles Pellicer (Reus), Gerard Sabarich (Rialp) y Pere Granados (Salou). Abajo, Núria Parlon (Santa Coloma de Gramenet), Jordi Ballar (Terrassa), Eduard Rovira, (Torredembarra) y Juan Antonio Serrano (Viella).

En la fila superior, de izquierda a derecha, Xavier Porta (Bellver de Cerdanya), Carles Pellicer (Reus), Gerard Sabarich (Rialp) y Pere Granados (Salou). Abajo, Núria Parlon (Santa Coloma de Gramenet), Jordi Ballar (Terrassa), Eduard Rovira, (Torredembarra) y Juan Antonio Serrano (Viella).

Leo Santos / Oriol Lara

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Desde la primera línea del frente de la pandemia del covid, los ayuntamientos catalanes han tenido que dar un paso al frente para tratar de salvar las economías locales, muy tocadas por las restricciones en la movilidad, en el turismo y en la restauración. "El coronavirus ha tocado la línea de flotación de nuestros ayuntamientos", lamenta, por ejemplo, la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Nuria Parlon.

Una treintena de ediles han hablado estos días con EL PERIÓDICO sobre su experiencia, sus vivencias y sus inquietudes en estos últimos meses. Aquí va la última entrega con sus opiniones.



Bellver de Cerdanya

Uno de los destinos turísticos más concurridos y preferidos por los barceloneses es Bellver de Cerdanya, un pueblo pirenaico perfecto para desconectar que ha visto como estos últimos meses con el confinamiento perimetral de la Cerdanya y el Ripollés los negocios no han podido levantar la cabeza. De este modo, Xavier Porta, el alcalde de Bellver, valora de forma negativa el primer año conviviendo con el virus. Además de las pérdidas económicas y humanas, ve más peligroso los pocos ánimos de su población. “Si bien es cierto que las pérdidas económicas y humanas son muy importantes, no es menos el perjuicio moral. Ahora tenemos una sociedad con la moral muy baja y con poca capacidad de reactivación”, lamenta el gobernante.

Control de seguridad en los accesos a la Cerdanya la pasada Navidad.

Control de seguridad en los accesos a la Cerdanya la pasada Navidad. / Glòria Sànchez

Al confinamiento perimetral de la región se le unió poco después el confinamiento municipal, que como el alcalde de la Seu o de Ripoll, no han terminado de entender. “Considero que no se ha aplicado un criterio justo ya que no se puede analizar una situación similar en una población con una densidad muy baja como es la de las zonas rurales con una población con densidad muy alta como es la área urbana”, comenta Porta. Con las buenas cifras que están dando desde Salut, el alcalde quiere que las medidas hagan levantar los ánimos de sus conciudadanos: “Quiero que mejore la situación, que disminuya el impacto de la pandemia y que esto se refleje en una adopción de medidas adecuadas que permitan recuperar una sociedad anímicamente mucho más positiva”. 


Reus

Carles Pellicer, alcalde de Reus, tiene claro que 2020 ha sido un año muy duro y extraño. “Nos encontramos inmersos en una triple crisis: sanitaria, económica y social. Debemos dar respuesta a las tres como administración más cercana a la ciudadanía que somos”. Pellicer reitera que salir de esta triple crisis es un esfuerzo colectivo y que no será algo fácil para ningún municipio. “Desde el ayuntamiento fuimos de los primeros en poner en marcha un Plan de Reactivación Económica y Social ambicioso, dotado con 4,5 millones de euros. Este plan tiene continuidad este 2021, manteniendo algunas de las acciones e impulsando otras nuevas” explica. 

Para paliar algunos de los efectos del confinamiento y las restricciones, el consistorio impulsó políticas como los 'Bonos Reus', fondos que el ayuntamiento ha puesto al alcance de la ciudadanía para destinarlos a comprar en los comercios de Reus, y que hasta ahora ha sido todo un éxito reconocido por el propio sector.

De cara al futuro, el alcalde espera que la situación mejore, sobre todo la situación sanitaria a medida que avance la vacunación. Aunque hay algo que tiene claro y es que los efectos económicos y sociales perdurarán en el tiempo. “Desde el Ayuntamiento de Reus damos continuidad al Plan de Reactivación Económica y Social, pero nuestro margen de maniobra es limitado. Es necesaria la implicación de todos los niveles de la administración para implicarse en la atención a los más vulnerables y en la reactivación de la actividad económica y la consolidación y generación de puestos de trabajo", sentencia Pellicer.


Rialp

La suerte ha estado de lado para Rialp (Pallars Sobirà) puesto que de sus 661 habitantes solo 16 se han contagiado. “A pesar de todo, la afectación del covid en el municipio ha sido mínima hasta el día de hoy y sin ninguna defunción”, se alegra Gerard Sabarich, su alcalde, que lleva en el cargo desde 2007. 

El también vicepresidente del Patronat de Turisme de la Diputació de Lleida es uno de los que se muestra más crítico con la gestión del Govern. “Estoy muy decepcionado con el gobierno. Me siento demasiado tutelado por un gobierno que a menudo entra en contradicciones, que no ha ayudado bastante a su gente, a las pequeñas empresas y autónomos”, crítica. Entre las medidas que estos meses tampoco ha entendido del todo se encuentran el cierre de comercios no esenciales los fines de semana, el confinamiento municipal y las pistas de esquí abiertas para residentes. “Esto es surrealista. El gobierno si cierra la economía, debe preparar un plan de choque económico para el pirineo. Las pistas de esquí generan mucha riqueza y lugares de trabajo”, juzga el alcalde.

A pesar de las discordancias, Sabarich también hace autocrítica y en el futuro espera que no solo se tenga que vivir de las actividades turísticas. “Creo que vamos a ser más prudentes en la salud, y sobre todo nos ha de servir a municipios eminentemente turísticos como el nuestro a aprender a diversificar y a no focalizar toda la actividad al turismo”, recalca. Y pide que no se olviden de ellos. “Espero que la gente de la ciudad valore la alta calidad de vida que tenemos”, termina. 


Salou

En la veraniega Costa Daurada se ha vivido una situación parecida a la de Tremp, en el Pallars Jussà. A pesar de que la crisis sanitaria se ha controlado en el municipio, el foco de contagio en la residencia STS de Salou no se puede obviar. “No podemos obviar la realidad y hemos de lamentar el brote que hubo en la residencia y centro sociosanitario, donde se produjo una situación de contagio que, afortunadamente, se resolvió de forma satisfactoria, pero que costó la vida a una veintena de personas”, lamenta su alcalde, Pere Granados. 

Aunque el episodio ha sido duro, el alcalde de Salou está satisfecho con el trabajo exhaustivo que han llevado a cabo para cumplir con las normativas, puesto que es un sitio turístico. “Durante los meses de verano, época en la que se registró un movimiento importante de personas de segundas residencias, no tuvimos ningún foco de contaminación vírica”, alardea. Aunque los confinamientos han lastrado la actividad, lo que más ha funcionado en el municipio son los visitantes de segundas residencias. “Han ayudado a dar vida al comercio y a mantener el nivel de actividad en Salou. Cabe destacar que Salou ocupa el segundo lugar en recaudación de ingresos por la tasa turística, detrás de Barcelona”, explica.

Tienda de suvenirs vacía en Salou, el pasado octubre.

Tienda de suvenirs vacía en Salou, el pasado octubre. / Miguel Lorenzo

Con las vacunas espera que la pandemia se pueda controlar y Salou vuelva a ser lo que era. “Si no hay movilidad no hay turismo. Salou ofrece un turismo saludable y se pueden hacer muchas actividades si se cumple con las medidas sanitarias reglamentarias”, expone Granados, que ha destinado 8 millones de euros para paliar los efectos de la crisis.


Santa Coloma de Gramenet

“Emocionalmente ha sido terrible". Así define el último año, la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon. “Vecinos y vecinas que ya no están con nosotros, familias que no han podido despedir a sus seres queridos y que lloran su pérdida. Esto es devastador y nos rompe el alma personal y comunitariamente,", agrega. Uno de los grandes cambios que han venido tras la pandemia es el aumento de demanda de los servicios sociales por parte de un segmento de la población, las clases medias, que hasta ahora no lo necesitaban, explica. 

Niños con mascarilla en un colegio de primaria de Santa Coloma de Gramenet, el pasado septiembre.

Niños con mascarilla en un colegio de primaria de Santa Coloma de Gramenet, el pasado septiembre. / Ferran Nadeu

En cuanto a las restricciones de movilidad, considera que los municipios grandes de la comarca tienen que mantener las mismas restricciones de movilidad que Barcelona, dado que conforman una misma realidad territorial donde no hay fronteras e, incluso, comparten calles. Además de tener la ventaja de tener todos los servicios necesarios para la ciudadanía a diferencia de un municipio más pequeño. 

“La pandemia ha sido un torpedo a la línea de flotación de la economía de nuestra ciudad. Especialmente en el sector de la restauración, así como el comercio y los servicios locales, las empresas gestoras de equipamientos deportivos, etc ... que están sufriendo terriblemente los efectos de la COVID19” explica. Desde el ayuntamiento han aumentado las ayudas a los sectores más afectados, pero asegura que necesitan más recursos extra municipales para poder afrontar las consecuencias de lo que ha supuesto el año Covid.


Terrassa

Hace un mes y escaso vivió de primera mano el confinamiento. Consciente de ello, el alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, conoce las dificultades y el dolor que ha comportado el virus para muchas personas. “Ha sido y es duro, pero también hemos demostrado que tenemos capacidad para resistir y combatir la pandemia, para generar vacunas en tiempo récord, fortalecer los servicios públicos...”, comenta Ballart, que se muestra positivo con lo que se ha aprendido. “Hay muchas cosas que nos parecían imposibles, o nos decían que eran imposibles, y las hemos podido hacer con mucho esfuerzo. Somos más fuertes de lo que pensábamos”, prosigue. 

Para el alcalde de Terrassa, las restricciones de movilidad y de actividad económica han sido contundentes, pero eso han servido para mejorar los índices y las cifras de coronavirus. “Encontrar puntos de equilibrio no es nada fácil, pero existen. En los últimos meses hemos ido aprendiendo qué funciona y qué no”, expone Ballart. Aunque se ha contenido la crisis sanitaria, también destinará ayudas para los negocios que más la han sufrido. “Terrassa destinará 2 millones de euros en ayudas a los sectores más afectados”, anota. 

Ballart espera que en los próximos meses el Govern se acerque a las personas y coopere con los ayuntamientos para salir unidos de la crisis sanitaria. “No es momento de partidismos, sino de sumar. La prioridad es la gente, reiniciar el país y las ciudades, recuperar la economía y el empleo, además de preservar al máximo la salud”, concluye Jordi Ballart.


Torredembarra

Para Eduard Rovira, alcalde de Torredembarra, ha sido un año estresante, extraño, complicado y difícil de gestionar. Como en cualquier otro municipio el año ha venido cargado de cambios, los cuales, seguramente hayan venido para quedarse. Entre ellos destaca los hábitos de compra (el aumento de las compras por internet) o las modificaciones en el sistema de recogida de basuras; En cuanto a la administración, la adaptación no ha sido fácil y el cambio al teletrabajo ha supuesto un gran cambio a nivel tecnológico. “Además, las medidas que se han ido aplicando han ido variando, hemos ido pasado de periodos totalmente confinados a semiconfinados, a muy abiertos y hemos tenido que ir adaptándose a las circunstancias” asegura.

 En cuanto a las restricciones más duras, las de movilidad, entiende y comparte que se hayan mantenido durante tanto tiempo aunque en el caso de Torredembarra, un municipio de costa y con mucha segunda residencia, este confinamiento municipal conllevó no recibir muchas personas, especialmente los fines de semana, que compraban en el pueblo y daban mucha vida al sector de la restauración. Las medidas horarias de la restauración y el cierre de comercios no esenciales los fines de semana también afectaron muy negativamente estos sectores económicos. “El único sector que seguramente haya visto incrementado el volumen de negocio es el de la alimentación al por menor” defiende.

Con perspectivas de futuro espera haber aprendido mucho de cómo manejar una situación de crisis y poder mejorar la capacidad de adaptación a una realidad nueva que ha venido para quedarse. 


Vielha e Mijaran

La pandemia ha afectado la vida de la gente a todos los niveles y en Vielha lo saben bien, puesto que en las últimas semanas ha sido una de las zonas con más índice de riesgo. Con una población de 5.000 habitantes, las principales medidas del ayuntamiento han ido encaminadas a ayudar a la gente a superar la crisis. “En el conjunto de 2020 aprobamos ayudas y subvenciones por valor de más de 400.000 euros destinados a paliar los efectos de la crisis”, explica el alcalde, Juan Antonio Serrano. 

Parte de estas ayudas han ido a las familias que perdieron su puesto de trabajo y a los comercios y autónomos que se vieron afectados por las restricciones. El alcalde lamenta que el Govern hiciera el mismo confinamiento en Barcelona que en el Vall d’Aran. “La situación es grave y preocupante, porque muchos establecimientos han cerrado y otros viven como pueden. Esperamos que desde la Generalitat hagan caso a las administraciones locales del Pirineo, porque estamos hartos que desde la lejanía nos digan qué hacer”, afirma Serrano.

Con la mejora de la situación epidemiológica y la aparición de las vacunas, el alcalde de Vielha se muestra esperanzado. “El futuro es imprevisible, pero tenemos que ser positivos, y a pesar que aún seguiremos sufriendo los efectos de la crisis sanitaria, no hemos de decaer. Si las vacunas llegan y funcionan bien, en pocos años podemos volver a recuperar la actividad previa a la pandemia”, termina Serrano.