Aprobación en el Congreso

Ángel Hernández: "Seguiremos batallando para que las autonomías apliquen la eutanasia"

Activistas y enfermos graves reciben con “alivio” la aprobación de la ley de eutanasia, tras casi 40 años de lucha 

Pero avisan de que estarán vigilantes para que el PP y Vox "no bloqueen" la prestación a nivel territorial

La exministra de Sanidad y actual secretaria de Sanidad de la Comision Ejecutiva Federal del PSOE  Maria Luisa Carcedo (i)  junto a Angel Hernandez (que ayudo a morir a su mujer  enferma de esclerosis multiple) (d) celebran  frente al Congreso de los Diputados  la aprobacion de la ley de la eutanasia   17 DICIEMBRE 2020 MARIA LUISA CARCEDO LEY EUTANASIA EUTANASIA CIENCIA SALUD SANIDAD CONGRESO DE LOS DIPUTADOS POLITICA GOBIERNO  Eduardo Parra   Europa Press  17 12 2020

La exministra de Sanidad y actual secretaria de Sanidad de la Comision Ejecutiva Federal del PSOE Maria Luisa Carcedo (i) junto a Angel Hernandez (que ayudo a morir a su mujer enferma de esclerosis multiple) (d) celebran frente al Congreso de los Diputados la aprobacion de la ley de la eutanasia 17 DICIEMBRE 2020 MARIA LUISA CARCEDO LEY EUTANASIA EUTANASIA CIENCIA SALUD SANIDAD CONGRESO DE LOS DIPUTADOS POLITICA GOBIERNO Eduardo Parra Europa Press 17 12 2020 / Eduardo Parra

Patricia Martín

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Activistas y pacientes con enfermedades incurables y muy limitantes están expectantes, alegres y ”aliviados” ante la inminente aprobación de la ley que regula la eutanasia en España, que será aprobada definitivamente este jueves en el Congreso. Después de casi 40 años de lucha, ven como un logro que España despenalice el suicidio asistido, pero avisan de que estarán vigilantes para que PP, con la ayuda de Vox, -los dos únicos partidos que se oponen al nuevo derecho-, no bloquee su aplicación en las autonomías que gobierna. A continuación, exponemos las reflexiones de Ángel Hernández, quien ayudó a morir a María José Carrasco y se enfrenta a un juicio por ello, y de Jesús Blasco, enfermo de cáncer que asegura que cuando no pueda vivir “con dignidad”, pedirá la eutanasia.

Ángel Hernández cree que su auto inculpación ha sido “determinante” para que la ley se apruebe

María José Carrasco y su esposo, Ángel Hernández, en una imagen tomada de TVE.

María José Carrasco y su esposo, Ángel Hernández, poco antes de que ella falleciera. / TVE

Ángel Hernández se convirtió, voluntariamente, en abril de 2019 en uno de los mayores activistas a favor de la eutanasia. En concreto, el día 3 de abril fue detenido por ayudar a morir a su compañera y a la que cuidó durante 30 años, María José Carrasco, quien sufría esclerosis múltiple en estado avanzado y necesitaba de la ayuda de Ángel para todo. Al contrario que otros familiares de enfermos graves que les ayudan a morir, Ángel no se ocultó y en un vídeo se puede ver como suministró la sustancia letal a María José. Asimismo, grabó unos 30 vídeos para mostrar el sufrimiento y dolor que tenía su compañera, un material gráfico y una acción, la de auto inculparse, que Ángel considera “determinante” para que la ley de eutanasia, después de años de tramitaciones infructuosas, esté a punto de salir adelante.

Y es que la detención de Ángel captó la atención de todos los medios de comunicación, así como su periplo judicial posterior, dado que, aunque en el video se aprecia que María José quería morir, ha sido juzgado por violencia de género. La Fiscalía ha pedido seis meses de cárcel para él, aunque ha anunciado que si es condenado, informará a favor de su indulto. Si bien, a Hernández le gustaría ser directamente “absuelto” o al menos que su caso fuese juzgado por un tribunal ordinario. Pero, como el juzgado especializado ya ha abierto juicio oral, Ángel está meditando ahora si se presentará o no a la vista, tal como adelanta a EL PERIÓDICO.

“Llega tarde”

Más allá de su situación personal, Ángel manifiesta que se siente “aliviado” ante la inminente regulación de la ayuda a morir, aunque recuerda que “llega tarde” para muchos enfermos. En su opinión, la aprobación de una ley es un “paso importante” dado que tiene carácter “orgánico” pero ahora toca estar vigilante para que el PP, con la ayuda de Vox, no la “bloquee”. “No podemos permitir que lo impidan y que haya pacientes que se tengan que exiliar de una comunidad a otra para recibir la ayuda a morir”, avisa, antes de recordar que el PP pone en autonomías como la de Madrid piedras en el camino a la ‘ley Celaá’ o bloquea la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

“Seguiremos batallando, la batalla no ha terminado” porque, en su opinión, muchos “poderes fácticos” no quieren que se implante la prestación en el Sistema Nacional de Salud y se despenalice en el Código Penal. 

“Si no puedo vivir con dignidad, exigiré la eutanasia”

Jesús Blasco, enfermo de cáncer de garganta, en su casa en Barcelona

Jesús Blasco, enfermo de cáncer de garganta, en su casa en Barcelona / Elisenda Pons

Jesús Blasco tiene 88 años, vive en Barcelona y hace tres le diagnosticaron un cáncer de garganta que llevaba dándole guerra meses pero que ningún médico supo ver hasta que tuvieron que operarle de urgencia. La enfermedad le ha provocado “vivir en la puerta del infierno” y plantearse en muchas ocasiones el suicidio, dado que la eutanasia es ilegal en España hasta que, el próximo mes de junio, entre en vigor la ley que se aprobará mañana.

De hecho, Jesús ni siquiera quería operarse para vivir después “poco y mal” pero sus dolores de garganta se fueron haciendo insoportables, hasta que el punto de que su otorrino le “convenció de que podría vivir unos años con cierta dignidad” y decidió pasar por el quirófano. Si bien, sufre de por vida una traqueotomía que le impide hablar con normalidad.

Además, le tuvieron que colocar una sonda a través de la cual tuvo que alimentarse cinco meses, algo que Jesús llevaba muy mal. De hecho, cuando supo que padecía un cáncer que podría ser tan limitante, Jesús contactó con Dret a Morir Dignament, asociación que lleva desde 1984 luchando por la eutanasia y que le confirmó que no había ninguna posibilidad de que alguien le ayudara a morir salvo que él se suicidara “a lo bestia”, tirándose “por un tren o cosas similares, algo que no le gusta a nadie”.

El derecho

Y, aunque la sonda iba a ser una solución temporal, la situación se hizo permanente, a lo que Jesús se negó: “Vivir sin comer no es vida”. Por lo que, por su cuenta y riesgo y sin permiso médico, empezó a probar alimentos, “con cierta prudencia”, algo que sigue haciendo en la actualidad, si bien “con alguna dificultad”.

Eso hace que, en estos momentos, dado que disfruta de “pequeñas cosas”, como dar paseos y comer por sí mismo, no se plantee recurrir al suicidio asistido pero avisa que si en un futuro inmediato no puede “vivir con dignidad”, “exigirá el derecho a la eutanasia”.

La justicia

Jesús ya era una persona convencida de la necesidad de regular la ayuda a morir en España antes de tener una enfermedad tan limitante, pero ahora que la ley está a punto de ver la luz tiene aún más claro sus convicciones: “Yo no tengo problema en marcharme cuando yo considere y como no tengo Dios, ni falta que me hace, quiero ser dueño de mi vida y que no me obliguen a vivir en contra de mi voluntad”.

Además, considera que la ley de eutanasia es de “tal justicia”, que lo que le “sorprende” es que “no se haya aprobado antes”. Y recuerda la hipocresía de una sociedad donde “el que tiene dinero” puede comprar clandestinamente una pistola o el medicamento que se administra en otros países y provoca la muerte y acabar con su vida, o viajar a alguno de los países donde la prestación está regulada.

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