Balance anual

La atención a migrantes y refugiados en Barcelona mantuvo sus cifras pese al cierre de fronteras

El Servicio de Atención a Inmigrantes, Emigrantes y Refugiados (SAIER) de Barcelona atendió a 19.000 personas este 2020, un 8% menos que el año anterior

"La vulnerabilidad del colectivo ha sido enorme, muchos trabajaban sin papeles en sectores turísticos o la restauración y se han encontrado sin nada", explica Marc Serra, concejal de derechos de ciudadanía

El 80% de los atendidos no tiene permiso de trabajo ni de residencia, una cifra muy similar al año anterior

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Elisenda Colell

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Cuando estalló la pandemia del coronavirus, el Ayuntamiento de Barcelona estimó que el número de personas que llamaban día a día a las puertas del Servicio de Atención a los Inmigrantes, Emigrantes y Refugiados de Barcelona (SAIER) iba a caer en picado. Básicamente, porque se cerraron los aeropuertos, y los refugiados y migrantes dejarían de llegar. No ha sido así. El servicio, que se ha mantenido como esencial, ha llegado a atender 19.000 personas este 2020, un 8% menos que el año anterior. Muchas de las familias que habían aterrizado en la ciudad los meses anteriores, cayeron en la absoluta desesperación, al verse sin casa y sin ingresos.

Antes de la pandemia mundial, el SAIER estaba acostumbrado a dar a diario con familias o personas recién llegadas del aeropuerto o de las costas españolas, que buscaban cobijo en la 'Ciutat Refugi'. Solo atiende aquellos migrantes que llevan menos de dos años en Barcelona. Con el cierre de fronteras, los recién llegados han desaparecido. Pero muchos que habían migrado en 2018 o 2019 han vuelto a pedir una segunda oportunidad. La pandemia les ha dejado sin techo y sin comida. Lo ha dicho el propio concejal de derechos de ciudadanía, Marc Serra, tras presentar este martes el balance anual del servicio de atención a los migrantes.

Acogida de emergencia

Uno de los datos que muestra esta nueva realidad que ha experimentado el servicio son las plazas que ha usado el SAIER para acoger migrantes o refugiados que se han quedado sin vivienda. En 2019, el 30% de las personas atendidas requerían atención social en albergues, pensiones, hostales u otros equipamientos de la Cruz Roja. Solían ser familias solicitantes de asilo y acabadas de aterrizar que, hasta que no conseguían una cita con los responsables de la delegación de extranjería, vivían en dependencia municipales. Este 2020, a pesar de las pocas nuevas llegadas de refugiados, se han acogido a esta acogida de emergencia un 27% de usuarios y un total de 4.800 estancias.

El 80% de las personas que han asistido al SAIER están en situación irregular. Son datos muy similares al del año pasado, solo se ha incrementado un 1% respecto al 2019. "El problema es que muchos de ellos se dedican a la restauración, el turismo, los hoteles o a cuidar de personas dependientes en sus domicilios. Con la pandemia, han perdido estos empleos pero es que además no tienen ningún derecho reconocido, están en la exclusión documental y social", se ha quejado Serra. Dada esta situación, una parte importante de la atención realizada se ha basado en proporcionar lotes de alimentos o tarjetas para hacer la compra a los migrantes. El 44% de los atendidos eran personas que pidieron asilo, unos datos ligeramente menores

Por nacionalidades, el grueso de atenciones siguen produciéndose en países de Sudamérica. Colombia es el país con más personas atendidas en el SAIER, con 3.658 personas. Le siguen Venezuela (2.460), Honduras (1.970) y Perú (1.845). De hecho, prácticamente la mitad de las personas atendidas de estas nacionalidades han acudido al SAIER como solicitantes de asilo.