CONTAMINACIÓN

Barcelona exporta a Madrid su revuelta escolar contra el coche

Este viernes han sido un centenar las escuelas que han cortado unas 50 calles en Barcelona, Sabadell, Sant Cugat y Badalona

La plataforma ha creado una web en cuatro idiomas con la idea de internacionalizar su batalla contra el automóvil

Seis colegios de la capital del Estado ya se han apuntado a la siguiente protesta y el lunes habrá una reunión con asociaciones de familias de toda España

revuelta escolar

revuelta escolar / Joan Mateu

Carlos Márquez Daniel

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Este será el quinto viernes que un buen puñado de padres, madres e hijos cortan el tráfico contra la presencia de los coches en los entornos escolares. La cosa empezó a mediados de diciembre en Barcelona, pero ahora se han unido centros educativos de Sabadell, Badalona y Sant Cugat. En total, 100 colegios han perpetrado medio centenar de cortes a partir de las 16.30 horas, lo que, a buen seguro, habrá complicado sobremanera la circulación a esa hora. Este movimiento, sin embargo, está a punto de saltar el Ebro. Para la siguiente convocatoria del 12 de marzo (la protesta es quincenal) está previsto que seis coles de Madrid se sumen a la denominada revuelta escolar.

Los impulsores de las manifestaciones en Barcelona han organizado un seminario virtual el lunes para que las asociaciones de familias toda España puedan informarse de primera mano de qué es lo que reclama esta marea de padres y madres que cada 15 días, junto a sus hijos, pone la capital catalana patas arriba. O según como lo ven ellos, colocan la ciudad en su posición ideal, puesto que durante un buen rato son los niños los que ocupan una calle que en circunstancias normales está repleta de coches, motos y autobuses. Para informar sobre el proceso, los organizadores han creado una web disponible en cuatro idiomas en la que detallan la historia, las razones, los objetivos y las movilizaciones.

Juegos infantiles sobre el carril bus de la calle de Aragó, este viernes

Juegos infantiles sobre el carril bus de la calle de Aragó, este viernes / Joan Mateu

Mientras la demanda por una ciudad con menos coche empieza a crecer en otras ciudades españolas, este viernes han vuelto a salir a la calle cientos de familias de un centenar de colegios. Entre ellos, cuatro de Sabadell, tres de Badalona, dos de Sant Cugat y el resto, de Barcelona, donde se han cortado vías tan importantes como Aragó o Mallorca. En el caso de la calle de Aragó, la Guardia Urbana intentó convencer a los convocantes de la escuela Llorers para que cortaran València en su lugar. Pero no, la principal arteria del Eixample, por la que a diario pasan 80.000 vehículos, se ha quedado muda de coches entre Borrell y Viladomat. Aragó es, de hecho, la vía con más puntos de concentración de accidentes, tal y como se constata en el balance de siniestralidad del 2020. De los 10 lugares con más accidentes en toda la ciudad, seis están en algún punto de los cinco kilómetros de Aragó. Una de las medidas sobre la mesa es suavizar la onda verde, esto es, evitar una secuencia de semáforos abiertos que facilita alcanzar velocidades por encima del límite permitido. El año pasado, con menos tráfico, los radares doblaron la cifra de sanciones hasta las 600.000 entre enero y diciembre.

Protección a medias

La revuelta escolar tiene como principal objetivo reducir al máximo la presencia de automóviles en la ciudad, sobre todo en el entorno de los centros educativos. Plantean que frente a un colegio, las calles tengan un solo carril de circulación para la movilidad privada, algo que por el momento no está contemplado en el plan del ayuntamiento. El consistorio presentó el 20 de febrero su hoja de ruta para intensificar la protección de los colegios. La idea era empezar el curso 2021-2022 con reformas en 78 centros de la ciudad. Pero finalmente, y seguro que la presión ha tenido algo que ver, serán 92, con una inversión de 4,9 millones de euros. Los miembros de la revuelta escolar aplaudieron el esfuerzo pero reclamaron medidas más contundentes y actuar con más rapidez en toda la red de colegios públicos y privados de la capital catalana.