El futuro del depredador ibérico (2)

Cara a cara entre conservacionistas y partidarios de la caza del lobo

El biólogo Luis Suárez, que defiende la preservación de la especie, y el ganadero Miguel Ángel Marcos, que reivindica su caza, contraponen sus argumentos tras el debate abierto por la incorporación del lobo al listado de especies silvestres en régimen de protección especial en España

Un lobo en el refugio de fauna silvestre amenazada de Basondo, en Bizcaia.

Un lobo en el refugio de fauna silvestre amenazada de Basondo, en Bizcaia. / VINCENT WEST / REUTERS

Juan Fernández / Irene Gómez

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“Matar lobos no sirve para proteger al ganado”

Luis Suárez es el coordinador de conservación de WWF, una de las entidades conservacionistas que más duramente ha peleado para que el lobo sea declarado especie protegida. Defiende que sea la naturaleza, y no la administración, quien decida dónde debe vivir el cánido.

Luis Suarez, biólogo del grupo ecologista WWF.

Luis Suárez, biólogo del grupo ecologista WWF. / DAVID CASTRO

-La población de lobos se ha mantenido estable en los últimos años. ¿Por qué había que cambiar el anterior modelo de gestión, que sí permitía su caza al norte del Duero?

-Cuando se dictó esa normativa había lobos al sur del Duero, pero han desaparecido. En ese sentido, hemos retrocedido. Ese modelo limitaba la expansión natural del cánido en contra de lo que dicta la directiva europea, que señala que esta especie debe crecer y expandirse hasta alcanzar su nivel de población saludable.

-¿Cuántos lobos debería haber en España para alcanzar ese nivel?

-No hay una cifra, es el ecosistema, y no la administración, quien debe determinar dónde debe estar el lobo de forma natural. Como el resto de especies. Si no encuentra alimento en un sitio, su población no crecerá. Si aumenta más de lo debido, las enfermedades reducirán su densidad. Pero no se le puede arrinconar, como pasaba hasta ahora.

-Los defensores de cazarlo sostienen que es la única forma que hay de controlarlo.

-Ese es el gran error. No hay que controlar al lobo, hay que controlar los daños que ocasiona, pero eso no se consigue matándolo, a menos que se erradique a toda la especie.

-¿Cómo se controlan los daños que ocasiona el lobo?

-Con medidas de prevención. La clave está en el modelo de explotación ganadera se aplica. Cuando hay buenos vallados y perros mastines, los lobos no aparecen. Esto no lo hemos inventado los ecologistas, son técnicas antiquísimas que se usan en zonas de León, Zamora y Picos de Europa donde el ganado convive con el lobo sin problemas.

-Pero ese sistema no es infalible.

-Cierto, y para eso debe haber un buen plan de compensaciones económicas que atiendan los daños que a veces se producen a pesar de las medidas de prevención. Hay que proteger al ganadero, no matar al lobo. Esto requiere esfuerzo y dinero. Es escandaloso que la PAC no contemple ni una sola línea de apoyo a la ganadería extensiva. Los grupos conservacionistas llevamos años reclamándolo.

-Dígaselo al ganadero de Zamora que perdió 69 ovejas por un ataque de lobos el día que se prohibió la caza del predador.

-Es un ejemplo perfecto, porque él está en una zona donde se permite la caza del lobo, pero esto no le ha librado de sufrir ataques. Con un par de medidas sencillas, esa explotación sería inexpugnable. Pero no hay datos científicos que avalen que matar lobos sirva para proteger al ganado.

-Hay quien teme encontrar al lobo en la puerta de casa si su población se desmadra.

-El lobo rehúye a las personas, no hay constancia de ataques a humanos. Decir lo contrario es propagar miedos atávicos que no se corresponden con la realidad.

-En el medio rural se afirma que este cambio legal se ha dictado en despechos urbanos que solo escuchan a los ecologistas, no al campo.

-Todas las leyes se hacen en despachos, pero las organizaciones conservacionistas conocemos la realidad rural porque hacemos nuestros estudios en el campo, lo visitamos habitualmente, conocemos a los ganaderos. Por eso pedimos que se les apoye. Pero no podemos hacer pedir que se conserven los leones en Kenia mientras aquí nos cargarnos al lobo. 

“No es justo que al lobo lo mantenga yo solo”

Miguel Ángel Marcos es ganadero de Villalonso (Zamora). El día que se acordó prohibir la caza del lobo, una manada atacó a su rebaño cobrándose la vida de 69 ovejas. Tenía contratado un seguro, pero la compensación apenas cubre el 25% del coste de la crianza de los animales muertos.

Miguel Ángel Marcos, en su explotación ganadera de Villalonso (Zamora), que sufrió un ataque de lobos en el que murieron 69 ovejas el mismo día en que se acordó prohibir su caza.

Miguel Ángel Marcos, en su explotación ganadera de Villalonso (Zamora), que sufrió un ataque de lobos en el que murieron 69 ovejas el mismo día en que se acordó prohibir su caza. / JOSE LUIS FERNÁNDEZ / LA OPINIÓN DE ZAMORA

-¿Desde cuándo tienen problemas con el lobo?

-Ya son muchos años. Aquí es la cuarta vez que nos entra, pero ninguna tan grave como ahora.

-Tienen todo el perímetro de la explotación vallado, ¿cómo han podido entrar?

-Creemos que han pasado por debajo de la valla. Como tienen hambre, siempre buscan un resquicio, y esto les resulta más fácil que cazar corzos, que corren más que las ovejas.

-¿El seguro compensa estos daños?

-Tenemos un seguro de retirada de cadáveres, que es el obligatorio para cuando se muere un animal, pero no cubre la entrada de animales silvestres. Para eso hay que tener otro seguro, que a nosotros nos cuesta 1.100 euros al año siempre que no des ningún parte. Si lo das, y en este caso es considerable, el año que viene nos costará en torno a 5.500 euros.

-¿Pero llega a cubrir el coste de la oveja perdida y las crías?

-Para nada. Con el seguro, cobraré 150 euros por animal, con una franquicia de diez euros que nos abona la Junta de Castilla y León. Si no tuviera seguro, la compensación sería cero.

-¿Cuánto le cuesta la crianza de un animal?

-240 euros. Si me pagan 150, pierdo casi 100 euros por oveja muerta. Eso sin contar las pérdidas de los abortos, porque hasta que las ponga al parto, me va a costar otros 200 euros por animal. Estos gastos están estipulados, pero no los contempla el seguro.

-Entonces, cuando se dice que se compensan los daños del lobo...

-No creo que llegue a cubrir ni un 25% de los daños que ha causado el lobo.

-¿Qué consecuencias va a tener la protección total del lobo, si se lleva a efecto?

-Espero que no se llegue a lo que pasaba hace muchos años. Cuando provocaban daños los lobos, aparecía el veneno y se ponían cepos. Igual que hay un acuerdo que prohíbe matar al lobo, supongo que habrán pensado en compensaciones, bien sea desde Madrid o desde Bruselas, para sufragar los daños que provoca. Lo que no veo lógico es que esos gastos sean a costa de la PAC, y que detraigan fondos y al final paguemos los mismos, ganaderos y agricultores, que somos los que mantenemos el medio rural.

-Una de las medidas que se apuntan son los mastines.

-No son una solución, y encima los gastos me los como yo, no la Administración. Creo que es más real mantener un cupo de lobos en una cantidad de hectáreas. Y si corresponden dos parejas para cinco mil hectáreas, pues que no haya cinco. Cuando hay superpoblación, al final tienen que atacar a nuestro ganado para poder sobrevivir.

-Los conservacionistas sostienen que el lobo está en recesión. 

-No es verdad, cada vez hay más. De hecho, aquí no se veían tantos como ahora. Cada vez se ven menos agricultores por el campo, los pueblos están sin gente y los lobos campan a sus anchas.

-¿Es posible el equilibrio lobo-ganado?

-No se trata de que desaparezca el lobo. Es un animal precioso, bonito de ver, majestuoso. Pero no es justo que lo tenga que mantener yo. Si al que viene de Madrid a pasear le gusta ver el lobo, que lo pague. Yo quiero ver un partido de fútbol y abono una entrada. Que conviva con nosotros, siempre y cuando no tengamos que mantenerlos los ganaderos, como hasta ahora. 

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