Atropellado por un coche

Un joven británico se despierta de un coma de casi un año sin darse cuenta de la pandemia de covid

El adolescente no tiene conocimiento de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus a pesar de que ha contraído el patógeno dos veces

Sally Flavill shows a photograph of her nephew Joseph Flavill  who has awoken from a coma with no knowledge of the coronavirus disease (COVID-19) pandemic after he was injured in a car accident in March 2020  during an interview in Nottingham  Britain  February 5  2021  Picture taken February 5  2021  REUTERS Molly Darlington

Sally Flavill shows a photograph of her nephew Joseph Flavill who has awoken from a coma with no knowledge of the coronavirus disease (COVID-19) pandemic after he was injured in a car accident in March 2020 during an interview in Nottingham Britain February 5 2021 Picture taken February 5 2021 REUTERS Molly Darlington / REUTERS / Molly Darlington

Begoña Arce

Begoña Arce

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A los 19 años Joseph Flavill se ha contagiado en dos ocasiones de coronavirus, pero no tiene la menor idea de que ha habido una pandemia y del trauma que está viviendo el mundo. Cuando el pasado 1 de marzo un coche le arrolló en el pueblo de Burton-on-Trent, en el centro de Inglaterra, lo que tenía alrededor dejó de existir para él. Un gravísimo traumatismo craneal hizo que se suspendiera el tiempo. El adolescente ha pasado 10 meses en coma, del que sólo ahora ha comenzado a salir poco a poco. Su familia se pregunta cómo explicarle que todo ha cambiado y por qué no pueden estar a su lado.

En el mundo que Joseph dejó atrás el virus era una amenaza aún lejana, algo que ocurría en China y poco más. Desde luego no era nada que estuviera en la mente de este chico apasionado por el hockey, el cricket, a punto de acabar los A Level  (el bachillerato británico). En sus planes estaba recibir en mayo en el palacio de Buckingham el ‘Duke of Edimburg award’, una distinción pensada para recompensar a los más jóvenes por algún esfuerzo especial. El accidente dejó su vida pendiente de un hilo. Inconsciente, no supo que tres semanas después, aquel virus del apenas había oído hablar paralizaba el Reino Unido con un primer confinamiento que no iba a ser el último.

Sonrisas y parpadeos

Joseph pasó largos meses en el hospital, donde pilló el coronavirus. Su estado era crítico. Su familia no estaba segura de que pudiera salir adelante. Debido a las restricciones por la pandemia sólo su madre, Sharon Flavill, tenía permiso para visitarle desde la distancia y oculta bajo prendas y mascaras protectoras. El chico sobrevivió y pudo ser trasladado a una residencia especial donde a principios de este año volvió a infectarse con covid-19. También esta vez lo superó, pero aquello impidió que pudiera ser vacunado, algo que podría ocurrir en breve.

Por ahora nadie tiene permiso para visitarle. Su familia contacta con él una vez al día por FaceTime. El adolescente no habla, ni apenas se mueve, pero ha comenzado a tener alguna actividad en las extremidades y responder a lo que le dicen con sonrisas y con los ojos. Sí, un parpadeo, no, dos parpadeos. “Ha empezado a mostrar pequeños signos de recuperación, algo que nos llena de entusiasmo. Ahora sabemos que puede escucharnos y responde a pequeñas órdenes”, ha declarado una de sus tías, Sally Flavill, a Reuters. “Cuando le decimos ‘Joseph, no podemos estar contigo, pero estás a salvo, esto no va a ser para siempre’, él entiende, te escucha, simplemente no se puede comunicar”.

“No sabemos si comprende algo de la pandemia, pero como ha pasado meses totalmente inconsciente, no debe tener ni idea”. El Reino Unido ha padecido cuatro millones de casos de covid y más de 110.000 muertes. 

Otra de sus tías, Kate Yarbo, cree que cuando recobre completamente la consciencia y halla que explicarle lo que ha pasado el último año “va a ser un shock para él”, porque, “la vida ya no es como él la conoció”. También se pregunta si habrá sentido miedo al percibir a su alrededor enfermeras y otro personal protegidos como fantasmas de pies a cabeza, sin poder entender de qué iba la cosa. O por qué su madre no ha podido tocarle aún. Para ella “es muy difícil el sólo verle en una pantalla. Le querría tomar la mano, estar con él todo el tiempo”, ha contado Yarbo a CNN.

La familia ha iniciado una campaña de recaudación https://www.josephsjourney.co.uk para costear su recuperación. Lo donado suma por el momento casi 33.000 libras (37.600 euros). La recuperación de Josep, como indica la web, “será larga y costosa”.