MIGRACIÓN Y ÉXITO EDUCATIVO

Los alumnos extranjeros duplican la tasa del abandono escolar en España

Tres expertos señalan que los niños inmigrantes o de padres extranjeros tienen menos oportunidades formativas que el resto del alumnado

Un estudio señala que parte de los padres de alumnos españoles han dejado de confiar en la escuela pública por la presencia de inmigrantes

Una alumna de secundaria del instituto Domus d’Olivet de Canovelles lee un libro en clase.

Una alumna de secundaria del instituto Domus d’Olivet de Canovelles lee un libro en clase. / Anna Mas

Elisenda Colell

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"Estamos participando de una expulsión progresiva del sistema educativo de una parte de nuestra juventud. Y les estamos estratificando étnica y socialmente". Así de contundente empezó Silvia Carrasco, investigadora del Centro de Estudios de Migraciones de la Universitat Autònoma de Barcelona, en un debate sobre migraciones y éxito educativo, organizado por el Observatorio Social de la Fundación La Caixa. Varios expertos han señalado que es urgente invertir más medios en la educación pública, para evitar que la sociedad del futuro, y del presente, sea un gueto con enormes desigualdades.

Los datos de la investigación de Carrasco son abrumadores. Los alumnos extranjeros duplican el abandono escolar prematuro que los alumnos autóctonos. Han sacado las cifras siguiendo más de 3.000 alumnos durante los cursos de tercero y cuarto de la ESO, del Bachillerato y los estudios post-obligatorios. Entendiendo abandono escolar prematuro como el hecho de que jóvenes de 10 a 24 años solo hayan aprobado la ESO, se evidencia que la brecha entre jóvenes migrantes y nacidos en España es enorme. Pasan de un 38% de abandono escolar prematuro, a un 11,8%. Teniendo en cuenta, además, que la media en la Unión Europea es del 10%.

Según Carrasco, el problema no es que a los padres migrantes les importe poco la educación de sus hijos. "Parte de la motivación del viaje migratorio es para que los niños puedan estudiar y aprovechar las oportunidades de Occidente", expone. El problema es que los profesores tienen pocas esperanzas puestas en ellos. El 28% de los jóvenes migrantes culpa de su fracaso a que los profesores no creían en ellos. "Los maestros no tienen herramientas suficientes, no hay ningún tipo de orientación para el cambio de etapa educativa... y muchos siguen pensando que estos chicos, como mucho, conseguirán la ESO", afirma Carrasco.

Los datos del investigador del Centro de Estudios Demográficos, Jordi Bayona, también demuestran esta realidad. El 61% de los alumnos autónomos acaban cursando bachillerato, mientras que solo el 44% de la población migrante lo hace. Solo uno de cada cuatro llega a cursarlo, pero al investigador le preocupa mucho más lo que ocurre entre los alumnos que son hijos de migrantes, pero que han nacido aquí. El 69% de estos chicos y el 60% de estas alumnas jamás llega al bachillerato. "Esto sí que es preocupante, y esto sí que habla muy mal de la integración de estos jóvenes. Estamos hablando de niños y niñas nacidos aquí, que no requieren la adaptación por el idioma, por ejemplo", ha señalado.

Mayor inversión en la pública

Los autores han pedido, en varias ocasiones, reforzar los fondos destinados a la educación pública. La investigación de Lidia Farré, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, demuestra que a medida que se han producido olas de recepción de migrantes en España, los padres de los niños nacidos aquí se han trasladado a la escuela privada y concertada. Durante el curso 2018-2019, las escuelas concertadas tenían un 6% de alumnos foráneos, frente a un 14% de los que había en la pública. Una tendencia que se conoce como 'native-flight', y que explica que los padres con capacidad económica huyen de los centros públicos para evitar la presencia de niños inmigrantes. "Que la sociedad retire el apoyo a la escuela pública es gravísimo, porque no obliga a los políticos a invertir en ella, y porque deja sin opciones a los niños que no tienen otro centro al que acudir", sentencia Farré.

De no resolverse esta brecha, los expertos avisan que España se adentra en territorio desconocido, y peligroso. Un país donde la mitad de la población esté sujeta al empleo precario o al paro por la poca formación obtenida. Un país socialmente injusto y desigual.