EN MANRESA

La fiscalía acusa a dos empresas de verter ilegalmente residuos del covid

La querella sostiene que se transportaba el material sin el embalaje necesario y se tiraba sin desinfectar

Dos sanitarios atienden a un paciente de covid en la uci .

Dos sanitarios atienden a un paciente de covid en la uci . / Ferran Nadeu

J. G. Albalat

J. G. Albalat

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La Fiscalía de Barcelona ha presentado una querella contra tres responsables de dos empresas de gestión y transporte de residuos por arrojar en un vertedero Manresa material sanitario utilizado para combatir el coronavirus procedentes de dos clínicas, como jeringuillas y respiradores, sin tratarlos ni desinfectarlos. A todos ellos se les acusa de un delito contra el medio ambiente y la salud pública.

La querella se dirige contra los responsables de esas dos sociedades, una de ellas sita en Sant Joan de Vilatorrada y otra en Manresa, por haber permitido el transporte y deposición de los vertidos sanitarios, que habían estado en contacto con el coronavirus, "con incumplimiento flagrante de la normativa sanitaria, asumiendo de manera consciente las consecuencias derivadas del riesgo generado". Su actuación, agrega, supone un "grave riesgo para la salud de las personas y el medio ambiente".

La investigación se enmarca en la operación Retrovirus, que el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil puso en marcha ante las irregularidades acontecidas durante la gestión de residuos sanitarios generados por la pandemia.

Los agentes constataron que las dos empresas implicadas habían arrojado al vertedero de Manresa 78 toneladas de residuos sanitarios procedentes de dos clínicas de esta localidad, que incluían equipos de protección individual, jeringuillas, lotes de medicación, viales con restos de sangre, envases con soluciones acuosas, goteros o respiradores, "sin tratamiento alguno".

Estrictas normas de seguridad

La fiscalía recuerda que el transporte de residuos considerados peligrosos o nocivos está sometido a "estrictas normas de control" para evitar riesgos que para el medio ambiente y la salud de las personas puedan derivarse. Así, este material se debe transportar en un espacio de carga impermeable al agua, debidamente identificado, y en el interior de un embalaje doble o triple, con bolsas cerradas con bridas o elementos similares.

La querella sostiene que los vehículos transportaban los residuos desde los hospitales de Manresa al vertedero lo hacían sin señalizar los riesgos asociados a la carga y sin el embalaje doble o triple obligado por ley para ese tipo de desechos.

Las bolsas que contenían los restos se compactaban dentro de los camiones encargados del transporte, lo que provocaba que muchas de ellas se rompieran y se derramaran durante el trayecto líquidos infecciosos, y eran arrojadas directamente en el vertedero, lo que, según la querella, entrañaba un "alto riesgo sanitario" tanto para los operarios como para la salud pública en general. Los restos sanitarios se depositaban en el vertedero sin desinfectar, según la fiscalía, "conteniendo carga viral presuntamente infecciosa" por tratarse de residuos peligrosos.

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