Enemigo a abatir: la desigualdad

Pobreza infantil

Pobreza infantil / Albert Izquierdo / Save the Children

Susana Hidalgo. Save the Children.

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La pandemia ha provocado que nuestros hogares sean, quizás más que nunca, parte esencial de nuestras vidas. Sin embargo, para muchas familias vulnerables, estas cuatro paredes no contaban con unas condiciones adecuadas para la convivencia, el trabajo o el estudio. Durante todos estos meses hemos presenciado cómo los niños y las niñas más vulnerables no han contado con el espacio ni las herramientas necesarias para continuar con su educación de manera online, ni tampoco con los recursos que garantizan su alimentación y bienestar.

En un contexto como el actual, en el que la crisis económica y social está afectando enormemente a las familias en situación de pobreza, es fundamental poner en marcha medidas para que ningún niño o niña se quede atrás y centrar todos nuestros esfuerzos en abatir al enemigo que más lastra la vida de la infancia: la desigualdad.

A través del programa ‘A tu lado’, que en Save the Children pusimos en marcha desde el inicio de la emergencia en España, hemos logrado ayudar a más de 2.000 familias en situación de pobreza; familias a las que actualmente seguimos proporcionando apoyo psicológico y transferencias directas de efectivo para que puedan comprar alimentos y bienes de primera necesidad a sus hijos e hijas.

Desde Save the Children estamos firmemente convencidos de que la educación es la herramienta más poderosa para cambiar la vida de un niño o una niña. Por este motivo, y en el marco del programa ‘A tu lado’, también estamos colaborando con empresas como IKEA, junto a quienes hemos repartido mobiliario y artículos de estudio para 870 familias con las que trabajamos. De esta manera, los niños y las niñas de nuestros programas no solo tienen apoyo emocional y económico, sino que también disponen de espacios de estudio para potenciar el aprendizaje y el juego.

Con nuestro trabajo no solo queremos lograr cambios reales y duraderos en la vida de la infancia y las familias que más lo necesitan, también pretendemos inspirar a nuestros líderes políticos e instituciones a seguir un camino; un camino marcado por la cooperación, la solidaridad y en el que la educación y la infancia estén en el centro de la toma de decisiones.

Si no logramos evitar que miles de familias sufran las peores consecuencias de la pérdida del empleo y la precariedad, no lograremos avanzar como sociedad. Y lo que es peor: no lograremos proteger los derechos ni garantizar las oportunidades de futuro de toda una generación de niños y niñas.