Consecuencias del temporal 'Filomena'

El hielo en Madrid obliga a cerrar los coles una semana

La Comunidad no recupera la normalidad tras la histórica nevada y decreta el cierre de la educación presencial toda la semana

Comerciantes, porteros y vecinos bajan a las calles con palas para retirar escarcha y abrir caminos relativamente seguros

Los supermercados carecen de fruta y verdura fresca

Temporal de nieve en Madrid por la borrasca Filomena FOTO: JOSE LUIS ROCA

Temporal de nieve en Madrid por la borrasca Filomena FOTO: JOSE LUIS ROCA / José Luis Roca

Olga Pereda

Olga Pereda

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Madrid da miedo. Dos días después de la histórica nevada, la ciudad -y toda la comunidad- es hoy una descomunal pista de hielo. Ya no hay familias divertidas haciendo muñecos, tirándose bolas entre risas y deslizándose con trineos caseros. Ahora salir a la calle es, literalmente, jugarse el tipo. El cielo está despejado y luce el sol, pero las temperaturas bajo cero convierten las calles un potentísimo congelador. El frío va para largo. La presidenta de la región, Isabel Díaz Ayuso, ha decretado el cierre de la educación presencial en todos los niveles hasta el próximo lunes.

A falta de su habitual tráfico, la capital está silenciosa. Solo se oye el ruido de las palas, que ya están agotadas en los bazares. También se oyen martillos y recogedores metálicos y de plástico. Hace muchos años que, a falta de una competente gestión municipal, las calles de Madrid están limpias gracias a los porteros de los edificios. Con la nieve pasa lo mismo. Son ellos -y los dueños de los comercios- los que arriman el hombro para despejar las aceras y hacer cortafuegos, más bien cortanieves. En los edificios donde no hay portero, son los vecinos los que bajan con los recogedores de plástico de sus casas para apartar un poco la resbaladiza y peligrosa escarcha. En las calles secundarias, enterrados en nieve y hielo, también están los cubos de basura, repletos de bolsas con desperdicios porque resulta imposible que los camiones de limpieza circulen.

El Ayuntamiento reparte sal y las arterias principales -Castellana, Bravo Murillo, Santa Engracia, López de Hoyos…- están despejadas gracias a los camiones quita-nieves, pero no se llega a todo. Las calles pequeñas son un témpano. Mientras, miles de coches siguen varados en la M-40, sepultados por la nieve. Los servicios de emergencia avisan a sus propietarios: no vengan a buscarlos. Son ellos los que lo harán y los llevarán a un depósito municipal. Llevan trabajando desde primera hora de la mañana.

Hoy es un día perfecto para quedarse en casa. Muchas oficinas han pedido a sus trabajadores que se conecten desde sus hogares y cumplan así la jornada laboral. Pero si eres dentista o cuidador de un anciano ¿cómo teletrabajas? A falta de transporte público que le lleve a su casa, en el sur de Madrid, Hugo, cuidador de una persona mayor con problemas de movilidad, permanece todavía en casa de la familia para la que trabaja. "Ya veré cuándo me puedo ir. De momento, aquí me quedo porque no tengo manera de desplazarme", comenta. Cercanías va recuperando poco a poco la normalidad (a las 12.25 horas ya se podía ir, por fin, a Leganés y Alcobendas), pero el servicio todavía está congestionado. El aeropuerto de Barajas -donde muchos usuarios han dormido estos dos días por problemas tras ver visto anulado su vuelo- ya tiene dos pistas operativas.

El metro funciona las 24 horas, pero no todas las líneas. Algunas estaciones (bajar las escaleras es una auténtica odisea debido a la cantidad de hielo) han amanecido cerradas, así que la movilidad se complica todavía más.

Mientras tanto, la Guardia Civil lucha a paladas para devolver la normalidad en las carreteras. Los guardias tienen orden de señalar a los servicios de grúa dónde han de retirar vehículos que llevan varados en esa vía desde la noche del pasado viernes. Pero, para que la grúa pueda acceder a cargar los vehículos, es necesario despejar puntos a los que no llegan las quitanieves.

Cuidado con las cornisas

Para los pocos valientes (o inconscientes) que se atreven a bajar a la calle, la opción más segura es hacerlo por la calzada. Algunos lo hacen por los cortafuegos de las aceras, pero se corre el riesgo de que te caiga un montículo de nieve de las cornisas. No solo hay que mirar al suelo sino también al cielo.

Sin fruta en el supermercado

Belén, una joven universitaria, ha salido a la calle, armada con unas buenas botas. Necesita ir al supermercado. Una vez allí comprueba que no hay ni fruta ni verdura fresca. Las estanterías están vacías. Eso sí, no falta ni pan, ni pasta, ni congelados, ni conservas. "No sabemos cuándo van a venir los repartidores. En Mercamadrid están haciendo todo lo que pueden pero no tenemos previsión ninguna", admite una empleada del Carrefour de Ríos Rosas (Chamberí) que, al contrario que otros de sus compañeros, sí ha podido llegar a su puesto de trabajo. 

Los que pueden optar por el teletrabajo lo están haciendo. Eso sí, con la ardua (en muchos casos imposible) tarea de hacerlo con sus hijos ya que la Comunidad ha suspendido durante dos días las clases en todas las etapas educativas. Los coles públicos tienen habilitado un sistema de clases online, pero el portal está desbordado y en muchos casos es imposible conectarse. "Parece mentira que no se haya aprendido nada con el confinamiento de la pandemia. ¿No se puede contratar una buena plataforma en internet? Si no funcionan las clases online ¿cómo voy a teletrabajar? Mi hija todavía es pequeña como para dejarla que haga sola las tareas", comenta Marta, periodista que tiene una hija que va a 4º de Primaria. Estaba previsto que el miércoles abrieran los centros educativos, pero la presidenta madrileña anunció en Twitter que permanecerán cerrados toda la semana. "Es necesario arreglar desperfectos y garantizar una vuelta segura a las aulas tras el temporal de nieve y frío", aseguró en la red social.

Ir al médico

Ir al médico para intervenciones o consultas no urgentes también es otra odisea. Joaquín tenía cita en una clínica privada para quitarse hoy un tumor en la piel. Cuando ha llegado al centro médico le han comunicado que el cirujano no estaba y se ha tenido que dar media vuelta. Manolo ha tenido más suerte. El domingo le llamaron para anular la prueba cardiológica que tenía prevista. Se la han trasladado al jueves.

La previsión del tiempo hace temer que la situación no mejore en las próximas horas. Madrid seguirá siendo, pues, una Comunidad colapsada tras una nevada inédita.