La administración 'Gato Negro' reparte una porción del Gordo del Niño en Barcelona

La administración número 44, Gato Negro de Barcelona, el lugar más céntrico de los tres salpicados por la fortuna este 6 de enero en la capital catalana, ha abierto hora y cuarto después de conocerse que había vendido una parte del número agraciado. Un retraso que ha provocado que durante un rato largo solo la prensa acudiera a la celebración frente al local de la calle de Pelai, una situación extraña, incoherente con el escenario de euforia que encaja en el álbum de la lotería. Y aunque finalmente el dueño se ha presentado en el establecimiento y, en un gesto más cargado de profesionalidad que de entusiasmo, ha levantado la persiana, y ha anunciado que el cava llegaría, la fiesta ha seguido igual de gris: fría por el tiempo, desnaturalizada por la pandemia y sin rastro de los ganadores. 

Durante la espera inicial, Pilar y su marido, ante el despliegue de la prensa gráfica concentrando los focos sobre una administración cerrada, se han acercado para preguntar qué ocurría. Al saber que había tocado el primer premio han informado de que tenían cinco números distintos del Gato Negro, cinco combinaciones que no recordaban. Tampoco ha parecido preocuparles mucho salir de la duda. Han preferido proseguir con el paseo. Ninguna prisa. “Este año hemos aprendido que la salud vale mucho más que el dinero. Si ha tocado, ya nos enteraremos luego”.

La administración de la calle de Pelai es, junto a la popular Valdés, una de las más afortunadas de la capital catalana. Fundada en 1912 comenzó a ser llamada El Gato Negro de la Suerte en la década de 1950, cuando encadenó una racha de varios premios importantes. Más recientemente, en la Navidad de 2003, 2004 y 2010 y en el sorteo del Niño en 2004 volvió a vender parte del Gordo. En 2019 distribuyó una serie entera de un quinto premio, lo que supuso repartir entre sus clientes en torno a medio millón de euros.