pulso docentes-Govern

Catalunya mantiene los coles abiertos y no hará tests masivos hasta el lunes

El profesorado de escuelas e institutos reclaman retrasar una semana la vuelta al cole para evitar contagios de coronavirus

Educació mantiene el 11-E y anuncia un cribado general a 170.000 docentes a lo largo de este mes

Un alumno vuelve a la escuela tras las vacaciones estivales, en septiembre de 2020

Un alumno vuelve a la escuela tras las vacaciones estivales, en septiembre de 2020 / Ferran Nadeu

Elisenda Colell

Elisenda Colell

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Ayer fue un grupo de científicos catalanes. Hoy ya son los directores y los docentes los que piden a la Generalitat que retrase, al menos tres días, la vuelta a la escuela de forma presencial. "Creemos que habría que esperar una semana tras los últimos encuentros navideños", señala Núria Prunés, portavoz de la asociación AXIA, formada por los directores de las escuelas e institutos públicos. También dice que antes de entrar en un aula, habría que hacer test PCR a los docentes para poder empezar las clases con la "mayor seguridad posible". El sindicato USTEC, mayoritario en los centros escolares, comparte esta opinión, aunque alarga la demora de la presencialidad en una o dos semanas. El Govern sostiene que los colegios son el último servicio que debería cerrar, y se compromete a hacer test PCR a 170.000 docentes a partir del inicio de las lecciones y no antes.

"Volvemos a las aulas con preocupación", sostiene la portavoz de la asociación de directores de escuelas e institutos públicos, Núria Prunés, al hablar de la vuelta a la escuela el próximo lunes 11 de enero. Como ya lo hicieron el pasado martes varios epidemiólogos y científicos, los directores de los centros públicos en Catalunya discuten la fecha del reencuentro escolar. "Lo vemos muy justo. Los síntomas del coronavirus tardan como mínimo cinco días en aparecer, y este día de Reyes ha habido contactos familiares que pueden ser peligrosos. Creemos que habría que esperar como mínimo tres días más y empezar las clases al menos el día 14 de enero", añade la directora. El sindicato mayoritario de docentes USTEC se muestra aún más beligerante, y pide hasta dos semanas de margen para garantizar una vuelta segura a las aulas.

Test PCR antes de ir a clase

Uno de los grandes temores sobre la vuelta a las aulas, según estas entidades educativas, es la falta de test PCR, especialmente entre el profesorado. Antes de conocer las nuevas restricciones tomadas por el Procicat, que alargaron la vuelta a las aulas hasta el día 11, algunas escuelas tenían agendados cribados de personal y alumnos el jueves y el viernes 8 y 9 de enero. Todos han sido suspendidos, y empezarán a hacerse del día 11 de enero en adelante, según confirmó la propia conselleria d'Educació. "Estos cribajes llegan tarde. Los casos positivos que se detecten entonces ya habrán entrado en contacto con el entorno escolar y tendremos problemas. Para ser efectivos, y poder abrir con seguridad, deberían hacer tests antes de la vuelta a las aulas", dice Prunés. Unas demandas que también comparte el sindicato USTEC. "Necesitamos volver a los centros pero con condiciones de seguridad. Hacer las pruebas una vez ya hemos regresado es incoherente", señala Iolanda Segura, la portavoz del sindicato.

Los problemas que señala la directora en caso que haya positivos en las clases son varios. El primero es que les obliga a confinar alumnos y empujarlos a la docencia online. Pero además habrá que buscar profesores sustitutos para impartir las lecciones a los alumnos cuyo profesor se tenga que confinar. "¿Y qué pasa si todo el equipo directivo de una escuela se tiene que confinar? No tenemos ni idea de lo que hay que hacer", agrega Prunés. La dificultad de encontrar sustitutos es precisamente el rompecabezas que ya hace tiempo complica la gestión en tiempos de pandemia. "Los nombramientos de los sustitutos no son inmediatos, y en algunas especialidades no hay profesores disponibles", se queja Prunés, que pide a Educació agilizar los trámites.

Presencialidad necesaria

"Si hay que cerrar, cerraremos. Pero es evidente que la presencialidad es necesaria. Y esta debe ser nuestra apuesta para garantizar el derecho a la educación", señala Prunés. Una propusta que también comparte el Govern. "Las escuelas tienen que ser el último servicio público en cerrar. El cierre provocaría unos efectos devastadores para algunos sectores de la sociedad que también han sido los más afectados por la pandemia. Por eso es tan importante mantenerlas abiertas", dijo el miércoles el 'vicepresident' en funciones de 'president', Pere Aragonés, en declaraciones a la agencia Efe. Más contundente fue Josep Cambray, director general de Centres Públics d’Educació en una entrevista en Catalunya Ràdio. "No nos planteamos retrasar la apertura más allá del 11 de enero", dijo. Sostuvo que la gestión en las escuelas ha sido "un éxito" y anunció cribados masivos a los 170.000 maestros hasta el día 29 de enero.

Otra de las incógnitas que lleva implícita la vuelta a la escuela es si alumnos y profesores, en cribados masivos, tendrán que tomar ellos mismos sus muestras. Una decisión que ya provocó cierta polémica, porque varios expertos y laboratorios tacharon esta medida de innecesaria y temeraria. "De momento no tenemos información al respecto, pero es evidente que se acabarán haciendo", señala Prunés, a quien la idea no le termina de gustar. "No lo vemos factible. Imagínate 30 adolescentes en una aula, quitándose las mascarillas y hurgándose en la nariz para hacerse la prueba. Es complicado y puede ser peligroso", insiste.

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