Decisión del Govern

La vuelta al cole tras las Navidades en Catalunya será el 11 de enero en lugar del día 8

El Govern realizará PCR voluntarias a los 170.000 trabajadores de la educación desplegada por todo el territorio

Cuatro de cada cinco estudiantes han podido ir a la escuela sin ser confinados durante los 100 primeros días del curso

Salut ya ha realizado 615.000 pruebas PCR a alumnos y personal del entorno educativo de Catalunya

Vuelta al cole en la escuela L'Esperança de Barcelona

Vuelta al cole en la escuela L'Esperança de Barcelona / Ferran Nadeu

Carlos Márquez Daniel

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Algo que muchas familias ya tenían previsto ejecutar se ha convertido en una máxima global. El Govern ha anunciado este miércoles que la vuelta al cole tras las fiestas de Navidad se retrasa al 11 de enero. Estaba previsto que regresaran a los pupitres el viernes 8 de enero, pero por prudencia, para dar más tiempo a que los posibles contagios navideños amainen, se ha decidido prolongar el descanso. Una vez retomadas las clases, el Departament de Salut iniciará un cribaje masivo de profesionales de la educación. Desde el 11 hasta el 29 de enero se prevé realizar 170.000 pruebas PCR que serán voluntarias. Podrán pasar por el frotis profesores, monitores de comedor, servicios de atención educativa especial, responsables de extraescolares..., cualquier persona que trabaje o entre en un centro educativo.

El 'conseller' de Educación, Josep Bargalló, se ha congratulado del funcionamiento de los 100 primeros días del curso 2020-2021. Un optimismo, ha dicho, basado en cifras: solo se ha confinado al 0,61% de los colegios (sobre todo guarderías y escuelas rurales con uno o dos grupos burbuja), el 77,5% de los alumnos no se ha saltado ni un solo día de clase por culpa de la pandemia, es decir, que su clase no ha tenido ningún caso positivo desde el 14 de septiembre, y nueve de cada 10 docentes no han tenido que pasar por un confinamiento. Por todo ello, Bargalló ha insistido en el mensaje que ya compartía al inicio de las clases y que ha sido una melodía de fondo a lo largo de estos tres meses: "Ahora podemos afirmar que la escuela es un espacio seguro".

La fecha del 11 de enero, sin embargo, y tal y como ha admitido el 'conseller', queda supeditada al avance de la pandemia. Es decir, que se modificará, si es menester, en función de las posibles restricciones que decidan tanto el Gobierno como la Generalitat. No es que tenga que pasar, es tan solo una manera de recordar que la educación no es un compartimento estanco respecto al resto de ámbitos afectados por la pandemia. Lo que no está sobre la mesa es el cierre de colegios, que en el peor de los casos, ni que se impusiera un confinamiento similar al del pasado marzo, se mantendrán abiertos para los hijos de los trabajadores esenciales, tal y como ya se dijo en septiembre. Si habrá más cambios en el calendario escolar, Bargalló ha afirmado que se tomarán "todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los alumnos y los profesores". Pero si eso significa tocar la semana santa o el fin de curso, es pronto para valorarlo.

Esos 170.000 test previstos para las tres primeras semanas del segundo trimestre -realizada por el método de la automuestra, esto es, por los propios educadores- se suman a las 615.000 pruebas que ya se han realizado en el entorno educativo, lo que incluye, además de trabajadores, estudiantes y familiares. En esa tarea, según ha señalado el secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, han trabajado 300 personas que cada día han recorrido todo el territorio para tratar de alumbrar el máximo caso posible de asintomáticos.

El 'conseller' ha hecho referencia al absentismo escolar, que al inicio del curso resultaba inquietante ante la cantidad de familias que consideraban que la escuela no era segura, y en consecuencia, dejaban a los niños en casa. En el curso anterior al covid, el porcentaje era del 2%. En este último trimestre ha escalado hasta el 2,4%. Se explica, ha dicho, porque todavía hay hogares que desconfían y porque en otros no se comulga con la obligación de llevar mascarilla en las aulas. A este respecto, Bargalló ha defendido que este es un debate que no merece discusión alguna mientras las autoridades sanitarias consideren que la protección es un elemento imprescindible para combatir la pandemia.