Informe 'Estat de la Natura 2020'
Catalunya ha perdido en 20 años el 25% de su fauna
Antonio Madridejos
Periodista
La medioluto herrumbrosa y la collalba rubia, una mariposa y un ave de nombres evocadores, son dos buenos ejemplos de animales presentes en Catalunya cuya poblaciones se han reducido a pasos agigantados en las dos últimas décadas.
La medioluto herrumbrosa ('Melanargia occitanica') es un lepidóptero migratorio de color blanco y marronoso que es visible en primavera, especialmente en prados y terrenos pedregosos donde crecen gramíneas, así como en zonas de frutales. Como sucede con otras muchas mariposas, se encuentra en regresión por una combinación de factores entre los que destacan la urbanización y la agricultura intensiva, pero en este caso el declive es particularmente intenso: desde principios del siglo XX, las poblaciones se han reducido en un 90%, como constata el CBMS (Catalan Butterfly Monitoring Scheme), un programa de seguimiento en el que participan especialistas y voluntarios.
La collalba rubia ('Oenanthe hispanica'), por su parte, es un pequeño pájaro paseriforme que, tras invernar en África, llega a Catalunya en primavera para criar, preferentemente en zonas con cultivos de secano, donde es muy apreciada porque contribuye a frenar las plagas. Sin embargo, cada vez es menos frecuente porque los ambientes donde medra están desapareciendo: según datos del programa de seguimiento SOCC, coordinado por el Institut Català d'Ornitología (ICO) y también con la participación de voluntarios, sus efectivos han disminuido el 70% desde el año 2000.
Declive generalizado
Las cosas no les han ido nada bien ni a la medioluto herrumbrosa ni a la collalba rubia, eso está claro, pero su retroceso dista mucho de ser un fenómeno extraño. El informe 'Estat de la Natura a Catalunya 2020', que se ha presentado este miércoles, concluye que las poblaciones de animales silvestres han menguado de media un 25% en las dos últimas décadas -donde antes había 100 ejemplares ahora hay 75-, aunque varía mucho dependiendo del tipo de hábitat. El descenso ronda el 50% en el caso de especies que viven en ríos, lagos y lagunas, el 30% en las de ambientes agrícolas y prados y el 10% en en las que viven en bosques y matorral. En el mar, los datos disponibles indican una situación también desfavorable, aunque es difícil cuantificarlo con exactitud.
"Catalunya vive un declive progresivo y generalizado de su biodiversidad", explica Lluís Brotons, investigador del CREAF (Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals) y coordinador del estudio junto a Núria Pou. Brotons, no obstante, se muestra optimista por los éxitos conseguidos con algunas especies que se han beneficiado de programas de conservación, como la nutria, el tritón del Montseny y el cernícalo primilla. También las praderas marinas de posidonia, el quebrantahuesos y oso pardo, entre otras. El informe "avala la necesidad de impulsar políticas dirigidas a revertir la pérdida de biodiversidad", añade el Departament de Territori de la Generalitat, impulsor de la iniciativa.
El informe adopta el Living Planet Index, un indicador utilizado por las Naciones Unidas que evalúa los cambios en el número de individuos en las poblaciones animales. De hecho, los datos separados del informe ya eran accesibles, pero no se disponía de un balance conjunto de la biodiversidad, como destaca Ferran Miralles, director general de Polítiques Ambientals. "La información estaba hasta ahora muy dispersa. Los datos no estaban integrados. El informe es un esfuerzo descomunal que nos permite ver la evolución cronológica, los impactos y, lógicamente, cuáles son las medidas de gestión más adecuadas", añade.
Concretamente, en el estudio se han incluido tendencias poblacionales de 321 especies, muchas de ellas aves y mariposas, pero también peces, mamíferos, reptiles y anfibios. "Con 20 años de datos ya se pueden ver muchas cosas -destaca Brotons-. Y una es que la tendencia negativa en Catalunya es similar a la de otros territorios europeos, pero más positiva que la media planetaria".
40 grupos de investigación
El 'Estat de la Natura 2020' lo han coordinado por el CREAF y el CTFC, centros públicos de referencia en materia ecológica y forestal, junto al ICO, el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) y la Direcció General de Polítiques Ambientals (Departament de Territori). Para hacerlo, se ha contado con la contribución y los datos de más de 40 entidades de investigación, universidades, administraciones, asociaciones privadas y oenegés, así como centenares de voluntarios.
La pérdida de hábitats es la principal causa de esta pérdida de biodiversidad, fundamentalmente por cambios en los usos del suelo, como la regresión de los cultivos de secano y el avance de la urbanización, aunque cada vez se aprecia más el impacto de las temperaturas más altas (aumento de 0,25 grados por decenio desde 1950) y de la llegada de fauna y flora exóticas. En este último apartado se han detectado en el medio natural nada menos que 1.600 especies diferentes, de las cuales 190 tienen un carácter netamente invasor y son un problema ambiental de difícil erradicación, como el caracol manzana, las tortugas de Florida, el mejillón cebra, la cotorra argentina, el jacinto de agua, el mosquito tigre, los ailantos y el plumero de la Pampa.
Declive de las aves esteparias
El bosque merece un capítulo especial. Aunque la superficie forestal no ha dejado de crecer en los últimos años (hay un aumento de 270.000 hectáreas solo entre 1997 y 2007), "ello no se ha traducido en un incremento de la biodiversidad", dice Núria Pou, puesto que "los bosques son jóvenes y presentan una carencia casi total de elementos de madurez". De hecho, las especies ligadas a ambientes forestales se mantienen estables o aumentan ligeramente, mientras que sufren una gran regresión las propias de antiguos prados y terrenos de cultivo que han acabado transformándose en bosque, como sucede con todas las aves esteparias (ganga, sisón, alcaudón chico...).
A todo ello hay que sumar el incremento de la agricultura intensiva (el consumo de fitosanitarios se ha duplicado en los últimos 13 años) y el retroceso de maleza, las mal llamadas "malas hierbas", dos factores que se alían contra la biodiversidad, añade Pou. Los incendios forestales han sufrido en los últimos años una reducción acusada frente al dantesco periodo 1986-2004, pero al mismo tiempo se han convertido en habituales los años con graves decaimientos del bosque debidos a las plagas o la sequía.
Las aguas continentales, finalmente, siguen siendo los puntos críticos de la biodiversidad en Catalunya, añade el informe. "Se observa una regresión clara de las poblaciones de animales en ríos y lagos, que han perdido el 50% de sus individuos en los últimos 20 años. Además, casi el 80% de las especies evaluadas presenta un estado de conservación desfavorable, especialmente los peces autóctonos, que han perdido 9 de cada 10 individuos. Actualmente se encuentran especies exóticas invasoras en el 64% de los cursos fluviales y en el 73% de las zonas húmedas.
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